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Una final contra Casemiro y diez más
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"me encanta el peso de 113 años", dice el cholo

Una final contra Casemiro y diez más

El Cholo Simeone menciona hasta cuatro veces al brasileño como el hombre más importante del Real Madrid y reconoce que sólo levantando la Copa de Europa se marcharía satisfecho de Milán

Foto: Simeone sonríe durante la rueda de prensa de este viernes (Stuart Franklin/EFE)
Simeone sonríe durante la rueda de prensa de este viernes (Stuart Franklin/EFE)

Qué poco tiene que ver una final de la Champions League con cualquier otro partido, otra situación deportiva, es otro mundo. En el Atlético hace tiempo que ya lo saben. Han jugado dos en tres años, no muchos equipos pueden decir eso, ni siquiera equipos grandes de más renombre internacional. Y por eso, cuando muchos otros podrían decir que saldrían contentos de Milán si su equipo compite al máximo, lo da todo en el campo, se deja la vida en el césped (y demás clichés manidos), Simeone dice que levantar la Copa de Europa es lo único que le haría marcharse contento de Italia hacia sus vacaciones.

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La experiencia siempre es un grado. Jugar dos finales casi seguidas permite haber comprendido los errores cometidos y encontrar la manera de subsanarlos. Simeone y el Atlético ya no quieren ir de víctimas, no asumen ese papel en ningún instante. En realidad, porque no lo son, ¿cómo lo van a ser si han eliminado a dos de tres últimos campeones? “Hay muy pocos equipos mejores que el Atlético de Madrid, quizá el Bayern, el Real Madrid, el Barcelona, y luego nosotros”, dijo el Cholo. Mensaje, este, que sirve para cualquier jugador que piense que yéndose a otro lugar va a estar en un equipo mejor que el Atlético.

Al Cholo especialmente se le veía muy tranquilo. Más que eso. Llegó y desde el primer instante poseyó la carpa utilizada en los aledaños de San Siro como sala de conferencias de prensa. “Me encanta tener el peso de 113 años de historia a la espalda, ¡me encanta!”, espetó con euforia. Se sentó cómodamente, como si lo hiciera ante la silla de su escritorio para analizar a un rival. O ni siquiera eso, para relajarse. Los nervios están, por supuesto, pero van por dentro. Simeone sabe que el momento de desahogar toda esa tensión acumulada será cuando Mark Clattenburg pite el inicio y el balón especial de la final empiece a rodar por el césped del Meazza.

De fútbol, extrañamente, no se habló demasiado en la rueda de prensa. De hecho, este periódico le preguntó por cómo iba a plantear el Atlético el partido, cuál era su idea de juego, y la respuesta, más allá de la broma de “vamos a salir con once apretaditos en su área”, acabó refiriendo de nuevo al Real Madrid y Casemiro. Casemiro, sí. El jugador más importante en cuando “a mantener el equilibrio” del Madrid, según Simeone. En cuatro preguntas diferentes acabó saliendo el nombre del pivote brasileño, el único futbolista del rival que mencionó en toda la rueda de prensa. Ni una mención a Cristiano, ni a Bale, ni a Ramos, ni a Modric… Casemiro y diez más.

Lo que está claro es que este Atlético de Madrid es un equipo mucho más maduro que el que jugó la final de Lisboa, y no solo por saber ya lo que es perder una final de Copa de Europa y de la manera más dura, sino porque este equipo ha ido mejorando con el tiempo tanto mental como futbolísticamente. El entrenador habla de que uno de sus secretos ha sido la capacidad que ha tenido el Atleti de reinventarse. “La base que nos viene acompañando en los últimos años se tiene que reinventar continuamente. Quedan diez futbolistas de los que estaban en aquella final. Y ese es nuestro secreto”. Ocho, en realidad: Godín, Filipe, Giménez, Juanfran, Tiago, Koke, Gabi y Óliver. El resto son nuevos (o ‘antiguos’, como Torres). Al Cholo le bailaron un poco los números.

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Y resulta llamativo lo poco que le gusta a los miembros del club rojiblanco que se les recuerde la final de 2014. Ni siquiera desde un punto de vista positivo, es decir, para hablar de lo que se ha aprendido de aquella tarde de mayo. “El pasado no vale nada. Ni ganarle al Madrid tantas veces seguidas, ni la final de Lisboa. Fue una derrota cruel, pero teníamos la esperanza y la ilusión de tener otra oportunidad”, dijo el capitán, Gabi, que se quedó a dos minutos de levantar la Copa de Europa, algo con lo que soñaba “desde pequeño”.

Y tanto para él, como capitán, como para Torres, esto es algo más que para otros que no estén jugando con el equipo al que animaban desde casa, o desde la grada. Incluso para el ‘9’, campeón de Europa y del mundo con España y campeón de Europa con el Chelsea, este es “el partido más importante y especial” de toda su carrera. Lo dice alguien al que no le queda casi nada por ganar. “Cualquier cosa que pueda conseguir en el club en el que me he criado y del que soy aficionado es superior a cualquier cosa”, dijo emocionado Torres.

Qué poco tiene que ver una final de la Champions League con cualquier otro partido, otra situación deportiva, es otro mundo. En el Atlético hace tiempo que ya lo saben. Han jugado dos en tres años, no muchos equipos pueden decir eso, ni siquiera equipos grandes de más renombre internacional. Y por eso, cuando muchos otros podrían decir que saldrían contentos de Milán si su equipo compite al máximo, lo da todo en el campo, se deja la vida en el césped (y demás clichés manidos), Simeone dice que levantar la Copa de Europa es lo único que le haría marcharse contento de Italia hacia sus vacaciones.

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