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El Bayer envenena al Atleti con su medicina
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el golazo de Çalhanoğlu complica el pase

El Bayer envenena al Atleti con su medicina

El Bayer Leverkusen fue muy superior al Atlético de Madrid en Alemania y se lleva un valioso 1-0 para la vuelta del Calderón. Los alemanes fueron pura intensidad y anularon a los rojiblancos

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No hay nada más cruel que ser castigado con la misma medicina con la que sometes a tus rivales, como le pasó a Thomas Cromwell, que de tanto mandar decapitar bajo el reinado de Enrique VIII, acabó con su cabeza cayendo a una cesta un tiempo después. Al primer ministro inglés le ejecutaron con tres golpes, haciendo doloroso un final que se preveía rápido y sencillo. Al Atleti le han asestado el primero de los golpes y le han dejado muy tocado de cara al partido de vuelta. Y tendrá que cambiar radicalmente para que aún pueda seguir vivo una ronda más en la Champions League. Bueno, más bien, tendrá que hacer todo lo contrario a lo que hizo en el BayArena, donde perdió por 1-0… y gracias, muchas gracias.

El Bayer Leverkusen le dio un repaso muy serio al Atlético de Madrid. Digámoslo, no pasa nada. Asumir los errores es el primer paso para aprender de ellos y mejorar en el futuro. Y el Atleti sólo puede mejorar después de lo visto en Alemania. Se hablaba que los rojiblancos eran tremendamente favoritos, que iban a aplastar al Bayer de manera similar a como hizo el Madrid con el Schalke 04 en aquel 1-6 del año pasado. Pero los germanos estos no son cojos, ni mucho menos. Más bien ha parecido lo contrario, que los que eran cojos eran los colchoneros. En realidad, dos acabaron casi cojos: Siqueira y Saúl, aunque en el caso del canterano son problemas en un costado.

La realidad del Atlético de Madrid es que con su juego no pueden enamorar a muchos. No suelen ser atractivos para el espectador neutro, que puede más admirar el ímpetu y la capacidad de superación de estos jugadores que de su preciosismo con el balón. El Atleti se cimienta desde la defensa, la que es la base del equipo y a partir de la cual se extiende todo lo demás. Lo siguiente, la firmeza e intensidad al límite del reglamento (el cual rara vez se sobrepasa) en el centro del campo, lugar donde se roban los balones para buscar los ataques. El contragolpe es una forma de vida, no tanto por la velocidad con la que se ejecuta, sino por la exactitud de los pocos toques que necesita. Y todo eso es lo que ha hecho el Bayer.

Schmidt es un entrenador valiente, que prefiere atacar a defender y que basa su éxito en la capacidad goleadora, flojeando siempre atrás. Sin embargo, esta vez, Emir Spahić se convirtió en un emperador defensivo sobre el que se edificó el mejor Bayer de esta Champions. No hubo más que una ocasión clara del Atleti en la que Bernd Leno se disfrazó de felino para detener a Tiago. El trabajo colectivo fue espléndido desde el portero al delantero. Y luego estuvo la labor de Lars Bender, un pulpo por todo el campo. Lo mismo robaba un balón, o hacía falta en su defecto, que servía de enlace para continuar una jugada vertiginosa. Bellarabi y Çalhanoğlu ponían la magia que tanto le gusta a Schmidt.

Vamos a detenernos en el tema de las muchas faltas que hizo el Bayer. 14 en la primera parte, 11 en la segunda. 25 en total. ¿Son muchas? Puede ser, pero no es criticable que lo hiciera el Bayer. Si el equipo de la Aspirina sabía que el Atlético destaca por su capacidad de romper los partidos al contragolpe, ¿no es lógico que intente evitarlo todo lo que pueda? Claro que sí. Y así lo hizo. No había manera de atravesar el centro del campo alemán con el balón controlado. En el momento en que Arda, Griezmann, Mandzukic o el que fuera recibía la pelota para salir de su jaula, recibía una descarga que lo frenaba. El partido acabó sin un solo contragolpe del Atlético, sin una jugada asociativa, sin fútbol, en definitiva.

Tan flojo fue el partido del Atlético que ni siquiera le hizo falta al Bayer hacer el partido perfecto para ganar con comodidad. Para ser franco, lo único que le hizo falta para hacer el partido perfecto fue crear más ocasiones de gol. Las tuvo, pero tampoco de una manera muy continuada ni clara. El misil tierra-aire de Spahić fue hasta el gol, la única verdadera oportunidad. Al menos funcionó la pareja de centrales cuando el desconcierto en el centro del campo se acrecentaba. Gabi no acertó casi nunca, Tiago estaba desubicado y superado hasta que se expulsó y Saúl, hasta que aguantó, sostuvo un nivel aceptable. Con Raúl y Gámez, los jugadores que reemplazaron a los lesionados, no hubo un cambio especialmente notable. El Atleti siguió sin dominar la medular y, por lo tanto, sin mandar en el partido.

El premio a la superioridad del Bayer fue un gol que tendrá pocos rivales entre los mejores de la competición. Bellarabi había tomado un par de decisiones desacertadas en el primer tiempo cuando su equipo salía a la contra que él comandaba. Llegó el minuto 57 y se rehízo. Se quedó sin espacios ante una defensa ya bien compuesta del Atleti. Fue paciente ante la pasividad contraria y esperó a que Çalhanoğlu apareciese por su espalda. Sin más opciones que un taconazo, se la ofreció de cara de esa manera al turco, que se perfiló para después romper el balón y clavarlo en la portería de Moyá. Imponente gol.

Una vez no le funcionó, pero parece que Simeone aún tiene un filo de esperanza en el tridente ofensivo. Cuando el partido seguía sin cambiar el rumbo, el Bayer mandaba y el Atleti sufría, el Cholo gastó su último cambio dando entrada a Torres por Arda Turan. Cambio extraño por el elegido para irse al banco, ya que Arda estaba siendo el mejor rojiblanco. Torres, Griezmann y Mandzukic acabaron el partido juntos y como en Vigo, no sirvió para prácticamente nada. Ni una ocasión de gol crearon en casi media hora. Y porque el Bayer se conformó con el 1-0, porque de lo contrario el Atleti se podría haber llevado un resultado mucho peor para el intento de remontada de dentro de tres semanas.

No hay nada más cruel que ser castigado con la misma medicina con la que sometes a tus rivales, como le pasó a Thomas Cromwell, que de tanto mandar decapitar bajo el reinado de Enrique VIII, acabó con su cabeza cayendo a una cesta un tiempo después. Al primer ministro inglés le ejecutaron con tres golpes, haciendo doloroso un final que se preveía rápido y sencillo. Al Atleti le han asestado el primero de los golpes y le han dejado muy tocado de cara al partido de vuelta. Y tendrá que cambiar radicalmente para que aún pueda seguir vivo una ronda más en la Champions League. Bueno, más bien, tendrá que hacer todo lo contrario a lo que hizo en el BayArena, donde perdió por 1-0… y gracias, muchas gracias.

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