Roger Schmidt, elogio de lo radical

Si el Cholo Simeone ha estudiado al Bayer Leverkusen, y seguro que lo ha hecho, sabrá lo que le espera en cuanto el árbitro pite el inicio del partido (20:45 horas) que enfrenta al Atlético de Madrid y al equipo alemán: una avalancha de jugadores que presionará la salida de balón rojiblanca como muy pocos en Europa hacen, una presión axfisiante capaz de llevarse por delante a cualquiera. El equipo alemán vive de llevar ese planteamiento al extremo, a veces con consecuencias nefastas para sus intereses, porque su rendimiento defensivo no iguala su ímpetu ofensivo.

El responsable de ese estilo de juego es el alemán Roger Schmidt, fichado en abril de 2014 del Red Bull Salzburgo, club con el que consiguió el doblete en Austria. Schmidt es una de las caras de la última generación de entrenadores alemanes que han irrumpido en los últimos años en la Bundesliga, como Thomas Tuchel y sobre todo Jürgen Klopp. El entrenador del Bayer Leverkusen ha llegado el último, pero quizá sea el más radical en su idea de juego, lo que muchas veces convierte los partidos de su equipo en correcalles de los que no siempre consigue salir airoso. Cuando el Bayer tiene el balón, este viaja a una velocidad de vértigo hacia la portería contraria. Pero cuando lo tiene su rival, suele suceder lo mismo.

Pep, "encantado" de volver a jugar contra Schmidt

El Bayer de Schmidt intenta ser una versión mejorada del Red Bull de Schmidt: un equipo muy vertical que intenta presionar lo más arriba posible para robar en zonas peligrosas y hacer mucho daño a su rival. Cuanto menos tiempo pase defendiendo, mejor. Una de sus mejores armas es el contragolpe, elemento fundamental en prácticamente la mayoría de los equipos alemanes.

"Esta liga es bestial en materia de contraataques. Es la 'Contra Bundesliga'. En España hay grandes equipos que hacen buenos contragolpes, pero en ningún lugar como en Alemania hay tantos equipos tan eficaces al contraataque y tan rápidos", explicaba Pep Guardiola al poco tiempo de llegar a Múnich, según recoge el periodista Martí Perarnau en el libro 'Herr Pep'. El máximo exponente en los últimos años ha sido el Dortmund de Klopp, que ahora paga las dificultades que encuentra cuando enfrente tiene un rival que no le permite correr. Algo parecido le sucede al Bayer, que tras un buen comienzo de liga ahora atraviesa una mala racha: tras el parón de invierno solo ha conseguido 5 de 15 puntos posibles.

Aquellas palabras de Guardiola fueron pronunciadas bastante antes de su primer enfrentamiento con Roger Schmidt, en enero de 2014. En un partido amistoso disputado en Salzburgo durante el parón, el Bayern sufrió su peor derrota de la temporada hasta ese momento: 3-0 en un repaso del Red Bull. Antes de ese partido, Guardiola seguía a Schmidt, y a partir de entonces le prestó más atención. El 6 de diciembre volvieron a enfrentarse en la Bundesliga y esa vez ganó el técnico de Santpedor: 1-0 para el Bayern. Antes, Pep había elogiado al alemán. “Estoy encantado de volver a jugar contra Rodger Schmidt, soy un gran fan suyo. Entrenadores como él son buenos para el fútbol, porque siempre quiere jugar al ataque”, dijo.

Simeone también elogia su valentía

“Sabemos que siempre empiezan muy fuertes los partidos, pero al final es distinto porque cuando juegas de esta forma es muy difícil mantener el ritmo durante los 90 minutos”, advertía André Villas-Boas, entrenador del Zenit, antes del partido de su equipo en el Bay Arena. El Bayer ganó ese encuentro y el siguiente en Rusia, lo que le ayudó a completar una buena primera fase de la Liga de Campeones: acabó en segunda posición del Grupo C por detrás del Mónaco y por delante del propio Zenit.

"Piensa ofensivamente con una valentía importante", declaró Simeone sobre el Bayer en la rueda de prensa previa. Si el Atlético de Madrid sale como contra el Madrid en el derbi, el equipo alemán se encontrará un muro que le costará saltar porque su plan de juego no está preparado para ello y aún no maneja una alternativa que le permita atacar de otra manera. Pero si sale como hace diez días en Balaídos, la eliminatoria se le puede poner cuesta arriba.