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El Barça, a un paso de la quiebra: el momento exacto en que se torcieron las cuentas
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El Barça, a un paso de la quiebra: el momento exacto en que se torcieron las cuentas

Los gastos del club llevaban varias temporadas en crecimiento descontrolado, pero la marcha del brasileño lo precipitó. Distintos economistas desgranan la deriva financiera culé

Foto: Dembélé, el primer fichaje muy por encima de mercado de Bartomeu. (Reuters)
Dembélé, el primer fichaje muy por encima de mercado de Bartomeu. (Reuters)
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“El Barça ha sufrido una crisis de liquidez que derivó en una crisis de deuda. Lo que ahora tiene por delante es una crisis de solvencia, que es el episodio final”. El prestigioso economista José María Gay de Liébana comienza así su charla con El Confidencial cuando se le pregunta por el momento que vive el Fútbol Club Barcelona. Su situación económica no solo amenaza su continuidad como equipo de alto nivel, sino su propia pervivencia. Las elecciones del próximo 24 de enero designarán a un nuevo presidente que tendrá la difícil tarea de oxigenar las ahogadas arcas del club al mismo tiempo que se forma un nuevo proyecto deportivo.

Todos conocemos la situación del Barça, pero pocos son capaces de señalar exactamente cuando empezaron a flaquear las cuentas del club de fútbol que más ingresa del mundo.

“El Barça se lanza a la compra de jugadores, tras la venta de Neymar, que no han dado el resultado esperado. Dembélé, Coutinho, Griezmann… Son 400 millones de euros en fichajes que no te están sirviendo, y parte de esos traspasos entran también en la deuda a corto plazo”, expresa Gay de Liébana cuando se le pregunta por el punto de inflexión. Marc Ciria i Roig, economista que llegó a ser baza en la candidatura de Joan Laporta en el 2015, también apunta a aquel dichoso verano del 2017: “La salida de Neymar”. El Paris Saint-Germain ejecutó la compra vía talonario del extremo brasileño dinamitando el proyecto deportivo blaugrana, que recurrió a dos traspasos muy por encima de su valor de mercado, Dembélé (105 millones más 45 variables) y Coutinho (120 millones más 40 en variables).

placeholder Messi, en una imagen frente a la Real Sociedad. (Reuters)
Messi, en una imagen frente a la Real Sociedad. (Reuters)

“El club se encuentra con una sola salida, un pago de cláusula de recisión que le obliga a dejar ir al jugador. Para contrarrestar el efecto de su marcha, en lugar de apostar por un modelo deportivo, se apuesta por jugar a la Playstation. El Barça se empieza a cargar de deuda a corto plazo, más una serie de renovaciones a los cracks del equipo para subirles las cláusulas y que no vuelva a pasar lo de Neymar. Esto da lugar a una masa salarial desorbitada”, asegura el especialista en banca. Fue en ese momento cuando se empezaron a sobrecargar los balances, aunque para entonces la deriva del club inquietaba: “Ese año 2017, aunque las líneas de tesorería ya estaban tensionadas, la dirección del club pierde un poco el norte y se endeuda por encima de los niveles de coherencia”, dice Ciria.

Ese mismo verano el Barcelona renovó, entre a otros jugadores, a Leo Messi. Otra vez, sí, aquella fue la octava. El argentino pasó a tener una cláusula de recisión de 700 millones de euros, el asterisco en su contrato que no le permitió abandonar el club este verano, aumentando una ficha que alcanza los 100 millones al año. “En esa temporada el gasto de personal deportivo pega un salto bestial, es una barbaridad. Aumenta en casi 200 millones, no me lo puedo explicar”, confiesa en declaraciones para El Confidencial Albert Deulofeu, economista y fundador de Marca Cardinal. El capitán del Barça ya cobraba en ese momento salario importante, el más alto de la escala del vestuario, y aquello hizo añicos el techo salarial del club. El coste deportivo, desgranado entre la masa salarial del club y las amortizaciones (dinero que año a año se ha ido pagando de pasadas compra), ha ido creciendo parejos a los ingresos netos hasta la temporada 2017/18, cuando se disparó.

"Los grandes clubes funcionan así", explica Gay de Liébana, "gastan muchísimo dinero porque saben que tienen un flujo constante de ingresos. El problema es cuando ese flujo se detiene, como pudo pasar con el coronavirus o con otras circunstancias en menor medida, porque los equipos no tienen herramientas para recortar sus gastos, una gran parte de ellos son costes fijos. Entonces, cuando deja de entrar el chorro de dinero, la estructura se viene abajo rápido".

“El mandato de los dos últimos presidentes, los de la última década, ni Rossell ni Bartomeu han estado a la altura, pero el gran declive ha venido de los cinco años de la última directiva. Todo se explica por los gastos, están fuera de control y han provocado un incremento de la deuda”, resume el historiador de fútbol y economista David Valero Carreras. Remata el argumento Gay de Liébana: “En la 2018/19, el Barça tenía casi el doble de masa salarial que el Madrid, aunque es verdad que el Barcelona tiene más secciones que el Madrid y por lo tanto una estructura mayor de costes, hay jugadores que son realmente caros y que no están siendo rentables”.

La ingeniería financiera, un arma de doble filo

“¿De qué me sirve facturar mil millones si gano dos?”, pregunta retóricamente Marc Ciria al poner los ingresos récords que en las últimas cinco temporadas presentaba el Barcelona a diario. El economista incide en el maquillaje financiero utilizado por la directiva de Josep Maria Bartomeu en algunas operaciones. Por ejemplo en el trueque de porteros, Cillessen-Neto, que el Barcelona efectuó con el Valencia en el pasado 2019, cuando ambos fueron intercambiados por un precio de entre 25 y 30 millones. “La venta la sumas en las cuentas automáticamente, pero el activo puedes amortizarlo en los años de contrato. Yo compro a Neto, si tiene un contrato de cuatro años, lo puedo amortizar el precio y dividirlo en los siguientes años, mientras que la venta de Cillessen son 30 millones de ingresos, pero a mi bolsillo no va nada, en realidad me estoy endeudando más. No cobro nada y difiero una compra, los próximos años afrontas el contrato”, explica Ciria. En ese mismo sentido, Gay de Liébana señala los problemas de planificación deportiva de los blaugranas: “La inversión en un jugador es la misma que una empresa hace en una máquina, tiene que hacer su función eficazmente durante un tiempo determinado. Si se firma a un jugador para 5 años, significa que el club considera que esa es su vida útil y al año sexto tiene que tener otra máquina, porque si no entramos en obsolescencia. Lo que sucede es que muchos jugadores son capaces de imponer unos contratos que a los clubes no les interesan”.

placeholder Cillessen acabó en el Valencia mientras que Neto llegó al Barça para ser suplente de Ter Stegen. (Reuters)
Cillessen acabó en el Valencia mientras que Neto llegó al Barça para ser suplente de Ter Stegen. (Reuters)

El enigma de la deuda y el patrimonio del Barça

El Barcelona todavía no ha hecho público el balance de las cuentas de la pasada temporada. Los socios solo tienen acceso a unas cifras exhibidas por el club en un Powerpoint. La comisión gestora, por su parte, confirmó que existen facturas de las que no se conoce con exactitud su validez y de las que no se harán cargo, al menos de momento. Entre os precandidatos cude la inquietud respecto al tamaño de la deuda que acabará por heredar el futuro presidente de la entidad. “El volumen de la deuda supera los 1.000 millones”, estima Gay de Liébana. A Valero Carreras le preocupa más cómo se va a hacer frente: “La deuda es difícilmente pagable por la incapacidad de generar beneficios”.

Gay de Liébana estima que la deuda del Barcelona supera los 1.000 millones de euros

Según las cifras no oficiales trasladadas por el Fútbol Club Barcelona, el final del curso 2019/20 se cerró con un patrimonio neto (diferencia entre el activo y el pasivo) de 35 solo millones de euros, advirtiendo que el covid-19 había significado una pérdida de 97 millones en este apartado. Muchos aficionados han interpretado que, si el Barcelona vendiese todo lo que tiene y lo usase para pagar deudas, solo quedarían 35 millones limpios. No es así. Lo explica Gay de Liébana: “Hay que tener cuidado con los activos, porque en ellos no se contabiliza el valor de los canteranos. Esto es, Ansu Fatim Piqué o Messi no figuran como activos, aunque es obvio que el club podría sacar cientos de millones vendiéndolos. Al respecto, me acuerdo de los años de Núñez, que incluía en las cuentas un anexo con el valor de la plantilla".

Sin embargo, tampoco los activos reflejados en las cuentas conservan su valor: “Jugadores que compro por un valor de 100 ó 120, Coutinho o Griezmann, tienen a día de hoy un valor de mercado sustancialmente más bajo. Su valor contable no refleja la realidad, cuando lo vendas tendrás una pérdida añadida. Muchos clubes se esperan temporadas para poder amortizar año a año y que el gasto quede más diluido”, resalta por contra Deulofeu.

placeholder Messi saluda a Dembélé y Coutinho, los fichajes más caros de la historia del club. (Reuters)
Messi saluda a Dembélé y Coutinho, los fichajes más caros de la historia del club. (Reuters)

El coronavirus, la gota que colma el vaso

Para el doctor en Economía y Derecho Gay de Liébana, el virus ha sido mucho más lacerante de lo previsto: “Creo que el Barça habría aguantado sin pandemia”. No obstante, el descontrol financiero acabó por crear un escenario con pocas soluciones. “Ruina es un término poco financiero, lo que sí es cierto es que los números son muy malos. El club no es capaz de sacar beneficios por su propia actividad ordinaria, lleva varios años que, para dar un resultado positivo, había que incluir venta de jugadores”, reflexiona David Valero, que también lamenta los traspasos a final de temporada cuya finalidad era “dar la vuelta a las cuentas”. “Y en el último caso, la transacción Arthur-Pjanic, con la sospecha evidente de que el precio no es de mercado, sino que está inflado y la cuenta de resultados así lo requiere”.

Foto: Banderas a media asta en el Camp Nou por la muerte de Maradona. (EFE)

“Si a la situación pre covid, con una cuenta de resultados dependiente de la venta de jugadores, se le une una bajada de ingresos tan grande… Es la tormenta perfecta. El mercado se para y será mucho más difícil dar salida a los jugadores, y su precio será más bajo, porque a todos los clubes les afecta el virus”, valora por su parte Deulofeu. Los efectos de la crisis pandemia ya se vieron a final de la temporada 2019/20, aunque solo hubiera afectado a tres meses del año económico. El Barcelona se desprendió de jugadores como Luis Suárez, Arturo Vidal o Ivan Rakitic a, prácticamente, coste cero. La necesidad de aligerar la masa salarial estaba por delante del proyecto deportivo.

En cuanto a la toma de decisiones, Marc Ciria se muestra especialmente inquieto por el aumento salariol de “personas cercanas a la directiva y cuyas responsabilidades suelen estar difuminadas”. “Cuando llegan los dos últimos años se empieza a incrementar el volumen de ejecutivos y una serie de renovaciones de salarios en los deportistas que son más para la foto que para la administración prudente del club. Se debería tener un control del salario total del club, no poder fichar a amigos por 150.000 euros anuales. El Barça no ha entrado en concurso de acreedores porque es el Barça y no una empresa, pero cumple todos los requisitos. Si esto fuera Antonio S.A, estaríamos hablando de quiebra”, lamenta el economista.

Hoja de ruta: cantera, recortes y ventas

La situación es crítica y necesita urgentemente de un plan. Los precandidatos, aunque hablen de fichajes de efecto como la supuesta vuelta de Neymar, conocen el duro camino que le queda por delante al futuro presidente. “El Barça, ahora mismo, está con el grifo cerrado por las entidades financieras por la deuda a corto plazo, tiene que aplicar medidas de choque abruptas e impopulares. Se necesita que haya un modelo deportivo y económico que vayan de la mano, vender a activos bien valorados en el mercado. No solo por el precio del traspaso, sino por aliviar la masa salarial. Por convicción o por obligación hay que contar con gente joven de casa, el 60% ó 70% del primer equipo de la próxima temporada debería ser de la Masía”, reflexiona Ciria.

Un modelo similar señala Albert Deulofeu, quien ve en los recortes de sueldo en la primera plantilla como la única escapatoria del Barcelona: “Lo que se ha hecho hasta ahora es una huida hacia delante. Es muy fácil decirlo desde fuera claro, pero nadie ha querido afrontar la situación. El diferimiento permite evitar un incumplimiento de los pagos a corto plazo, pero no es suficiente. Lo necesario es ajustar los gastos y costes de la primera plantilla, a no ser que alguien me sorprenda, se va a producir una venta de jugadores con fichas altas y a precio bajo”.

placeholder Suárez se marchó a un rival directo como el Atlético de Madrid la pasada temporada. (Reuters)
Suárez se marchó a un rival directo como el Atlético de Madrid la pasada temporada. (Reuters)

Para complicar aún más la situación, el Barça se encontrará en el mercado veraniego con una tesitura añadida. Por un lado, tan solo los clubes de la Premier League, imbuidos de keynesianismo, parecen dispuestos a continuar invirtiendo las cantidades que el fútbol ha movido a esta ahora. Todo lo que no se coloque en esas islas, se venderá con una fuerte depreciación. Y, aunque el Barça tiene jugadores apetecibles para los grandes clubes, todos saben que pueden apretar al máximo en las negociaciones, porque los culés necesitan dinero inmediato: “El Barça necesita liquidez, si quieres asegurar las ventas, tendrás que bajar mucho el precio. Es una sábana corta, o te tapas la cara o los pies”, dice Deulofeu.

Si el Barça quiere asegurar las ventas, tendrá que poner precios bajos

“Algún día, alguien encontrará la manera de monetizar las masas de aficionados, y se dice que el Barça tiene 400 millones de seguidores. Esto parece muy sencillo, pero nunca nadie lo ha logrado. Los clubes siguen viviendo de patrocinadores, televisión y estadios, como siempre”, afirma con una media sonrisa Valero, antes de mostrar su pesimismo con el futuro más inmediato del club: “Sería un salto de escala, pero hasta que esto no sea posible hay que asumir que el club no va a poder competir en el más alto nivel en los próximos tres o cuatro años”.

Para Gay de Liébana, no solo el Barcelona sufrirá en la pos pandemia: “El fútbol ha perdido chispa. En los próximos años, los futbolistas van a ganar menos dinero que antes, porque esto no se sostiene. ¿Crees que van a abrir los estadios y se van a llenar inmediatamente? Muchos aficionados, como yo, no nos vamos a querer ver dentro de una muchedumbre durante un largo tiempo. A mí, concretamente, no me van a volver a ver en un evento de 100.000 personas”, sotiene el popular economista, que ya no sigue ni a su querido Espanyol: “¿Fútbol? Yo ahora, en el fin de semana, veo Netflix y HBO”.

“El Barça ha sufrido una crisis de liquidez que derivó en una crisis de deuda. Lo que ahora tiene por delante es una crisis de solvencia, que es el episodio final”. El prestigioso economista José María Gay de Liébana comienza así su charla con El Confidencial cuando se le pregunta por el momento que vive el Fútbol Club Barcelona. Su situación económica no solo amenaza su continuidad como equipo de alto nivel, sino su propia pervivencia. Las elecciones del próximo 24 de enero designarán a un nuevo presidente que tendrá la difícil tarea de oxigenar las ahogadas arcas del club al mismo tiempo que se forma un nuevo proyecto deportivo.

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