Aquel abrazo sin brazos a Fillol y Tarantini tras ganar el Mundial 78: el abrazo del alma

A petición de Grinbuzz, un portal de apadrinamiento de niños, Yo vi el gol de Katalinski está dedicado esta semana a contar un cuento de Navidad. Una historia real que mucha gente conoce, sobre todo a raíz de que Coca-Cola la aprovechara para hacer un anuncio. Es la historia de un argentino, Víctor D'Aquila, que perdió sus brazos durante su infancia, en un accidente con un poste eléctrico en San Francisco Solano, donde vivía, pere que saltó al campo a abrazar a los campeones del mundo de 1978. Un fotógrafo inmortalizó ese momento en que parecía que abrazaba porque sus mangas al frenarse dan la impresión de que abrazan. Fue, es y será 'El abrazo del alma'.

Tras la victoria de Argentina ante Holanda en la final del Mundial 78, la alegría estalló en las gradas del Monumental. La gente mostraba su felicidad por la victoria conseguida. En ese momento no pensaban en el contexto político, ni en la represión, ni en las desapariciones. En ese momento, todos los argentinos estaban unidos en la felicidad que llegaba a través del fútbol.

Entre los fotógrafos que inmortalizaron la alegría estaba Ricardo Osvaldo Alfieri, de la revista El Gráfico. El flash de su cámara se disparó y captó una imagen que pasó a la historia. Un hombre sin brazos corrió hacia el portero Fillol y el defensa Tarantini, que estaban de rodillas y abrazados. Lógicamente, no los pudo abrazar, pero esa escena, por sí misma, representaba el abrazo de todo un pueblo con su selección. Un abrazo sin brazos. No fue un abrazo físico. Fue un abrazo emocional. El abrazo del alma.