Iker Casillas se vuelve a sentir valorado y querido tras el desprecio de Mourinho

España se estrena hoy ante Haití en el camino que terminará el próximo 30 de junio en Maracaná si todo transcurre según el libro de ruta marcado. Del Bosque quiere el título que le falta a este grupo de jugadores y no es otro que la Copa de las Confederaciones, pero lo que realmente quiere es recuperar a Casillas. El seleccionador no ha ocultado su preocupación con todo lo que le ha sucedido al capitán del Real Madrid y su objetivo es que regrese el Iker de siempre, el decisivo, el que nunca falla con la Selección.

El cuerpo técnico de la Federación ha tenido muchas dudas respecto al estado anímico en el que iba a llegar a la cita. Incógnitas despejadas de inmediato. En el mes de enero, cuando ya había probado el sabor del banquillo, por la Ciudad del Fútbol de Las Rozas tenían el convencimiento que el portero iba a dejar de ser el titular en su equipo. La lesión adelantó un proceso que según el cuerpo técnico estaba escrito de antemano. Lo dicho se confirmó cuando Casillas dejó atrás la operación y llegaron las reiteradas suplencias del también capitán madridista.

A Casillas no le hacen falta mimos especiales. Sabe cuál es su sitio, pero está claro que agradece las muestras de cariño que ha recibido por parte de Del Bosque en los últimos meses. "Me duele lo que ha pasado Casillas", "Los dos somo hijos del Real Madrid", "Me cuesta creer que Casillas se borrara para el partido ante Osasuna" o "Siempre ha tenido una trayectoria impecable y no se le puede reprochar nada", son algunas frases de ánimo que el seleccionador ha pronunciado y que ahora cobran más sentido al comprobar la confianza que Del Bosque y el resto de compañeros le han trasladado en cuanto se ha colocado el escudo de España en el pecho.

El portero, tal y como reconocen los propios dirigentes del Real Madrid, ha tenido un comportamiento "excelente, muy por encima del que ha tenido Mourinho en los últimos meses". Todas sus declaraciones han ido encaminadas a no crear más polémica, a suavizar una tensión que el portugués se ha encargado de animar hasta el último día de estancia en el Real Madrid. Incluso hasta ha deseado suerte al que ya es su exentrenador, algo que en la otra dirección no se ha producido.

Ahora llega el momento de volverse a sentir importante y respetado, algo que no ha sucedido en las últimas semanas. Jugara o no, Casillas siempre ha estado dispuesto a ayudar al equipo. Nunca ha dejado de sentirse portero, algo que volverá a demostrar a partir de esta noche, pero que tendrá la culminación cuando la competición se inicie ante Uruguay en Brasil.