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Mourinho no frena la relajación y el Real Madrid se vuelve vulgar
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EL GALATASARAY LLEGÓ A METER EL MIEDO EN EL CUERPO A LOS BLANCOS

Mourinho no frena la relajación y el Real Madrid se vuelve vulgar

José Mourinho y los suyos decidieron que el partido y la eliminatoria habían terminado a los siete minutos. En ese momento, Cristiano Ronaldo lograba inaugurar el

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Mourinho no frena la relajación y el Real Madrid se vuelve vulgar

José Mourinho y los suyos decidieron que el partido y la eliminatoria habían terminado a los siete minutos. En ese momento, Cristiano Ronaldo lograba inaugurar el marcador y todo hacía indicar que el pase de los blancos a las semifinales de la Champions estaba garantizado. Ningún dato hacía pensar que el equipo blanco iba a terminar pidiendo la hora, sufriendo y siendo humillado por un Galatasaray que nada había dicho hasta el descanso. El gol del portugués, tras perfecta asistencia de Khedira, colocaba al Real Madrid con cuatro de ventaja y obligaba a los turcos a lograr cinco tantos para consumar el milagro. Pues bien, Eboué, Sneijder y Drogba metieron el miedo en el cuerpo a unos jugadores que decidieron bajar los brazos, pensar en otra cosa hasta que volvió a aparecer el de siempre, es decir, Cristiano. El portugués cerró la eliminatoria a un minuto del final con un nuevo gol, el undécimo de la competición.

El resultado de la ida invitaba a pensar en un plácido partido, acentuado con el tanto de Cristiano Ronaldo nada más iniciarse el choque, pero esa ventaja fue la peor compañera de viaje de un Real Madrid que volvió a mostrar su peor cara en la segunda parte. Tras el control y dominio de los primeros cuarenta y cinco minutos, el equipo blanco perdió el control, mejor dicho se acobardó ante la carga de energía que Fatih Terim y los suyos decidieron meter al juego. Bastó un poco de intensidad y un par de apariciones de Drogba especialmente para dar la vuelta al marcador y llevar a los seguidores turcos a ver de como real la posibilidad de, por lo menos, meter el miedo en el cuerpo a los madridistas.

Hasta el minuto 38 el Galatasaray no se acercó a la portería de Diego López. Un disparo de Sneijder sirvió para comprobar que el equipo turco existía, que no era de cartón piedra. Hasta ese momento era el Real Madrid el que jugaba a lo que quería, a ver cómo avanzaba el reloj y, de vez en cuando, a cambiar el ritmo y presentarse en el área de Muslera como el que no quiere la cosa. No le hacía falta nada más. Di María, el propio Ronaldo e Higuaín asustaron a los turcos que parecían conformarse con no salir goleados. El control era total y absoluto, lo que llevó a los madridistas a pensar que ya estaba todo hecho y que lo único que tenían que hacer era pensar en el sorteo del viernes, algo que no debió gustar a los turcos que decidieron pasar a la acción dando patadas a diestro y siniestro con Cristiano Ronaldo como el objetivo preferido. Felipe Melo y Eboué se llevaron la palma.

Cambio de guión y peligro

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El descanso sirvió para que uno y otro equipo asumieran a la perfección el papel de los últimos minutos de la primera parte. A los turcos se les fue calentando la sangre, mientras que a los madridista el rojo elemento se convirtió en horchata y pasaron a ser jugadores vulgares, del montón. Ni rastro de sangre ni nada aparecido. De esta manera, el Galatasaray se iba creciendo pese al aviso que lanzó Cristiano en el minuto 56. A partir de ese instante y hasta que el propio portugués cerrara el partido en el último instante del choque, nada de fútbol por parte de los blancos, lo que llevó al equipo de Terim a dominar el partido y a llegar a pensar en la remontada.

Eboué, un minuto después de la ocasión de CR7, enganchó un disparo desde fuera del área que entró por toda la escuadra. La grada ya se daba por satisfecha pero los jugadores del Galatasaray querían más. El Real Madrid perdió el control y los nervios por completo. El Galatasaray entre el minuto 60 y el 75 acumuló dos goles y otras dos ocasiones que bien pudieron dar forma al milagro pero Sneijder, pese a marcar, no tuvo su día. 

Cristiano, el de siempre

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Además de la dejadez blanca, el cambio de escenario llegó con ese paso adelante y la carga de intensidad que el Galatasaray puso al partido gracias a la decisión de jugadores como Drogba que, durante ese cuarto de hora indicado, logró volver loca a la defensa. Varane comprobó lo duro que es pelear todos los días con delanteros de ese calibre y por primera vez tuvo que inclinar la cabeza ante un rival, algo que, por extensión, hizo todo el equipo, transmitiendo una sensación que no invita al optimismo. Mourinho habló en la previa de evitar la relajación de sus hombres, pero no lo logró. Menos mal que por ahí pasaba Cristiano, el de siempre, el de todos los días, el mejor jugador del Real Madrid en décadas.

Ficha técnica

Galatasaray: Muslera; Eboué (Elmander, m.80), Semih, Gökhan, Riera; Altintop (Amrabat, m.46), Felipe Melo, Selçuk, Sneijder; Umut Bulut (Sarioglu, m.63) y Drogba.

Real Madrid: Diego López; Essien, Varane, Pepe, Coentrao; Khedira, Modric, Özil (Albiol, m.81); Di María, Cristiano Ronaldo e Higuaín (Benzema, m.73).

Goles: 0-1, m.8: Cristiano Ronaldo. 1-1, m.57: Eboué. 2-1, m.71: Sneijder. 3-1, m.72: Drogba. 3-2, m.93: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Laurent Lannoy (FRA). Amonestó a Sneijder (20), Eboué (45) y Amrabat (94) por el Galatasaray. Expulsó en el minuto 89 a Arbeloa por el Real Madrid.

Incidencias: partido de vuelta de cuartos de final de Liga de Campeones, disputado en el estadio Ali Sami Yen, lleno, ante 52.600 espectadores.

José Mourinho y los suyos decidieron que el partido y la eliminatoria habían terminado a los siete minutos. En ese momento, Cristiano Ronaldo lograba inaugurar el marcador y todo hacía indicar que el pase de los blancos a las semifinales de la Champions estaba garantizado. Ningún dato hacía pensar que el equipo blanco iba a terminar pidiendo la hora, sufriendo y siendo humillado por un Galatasaray que nada había dicho hasta el descanso. El gol del portugués, tras perfecta asistencia de Khedira, colocaba al Real Madrid con cuatro de ventaja y obligaba a los turcos a lograr cinco tantos para consumar el milagro. Pues bien, Eboué, Sneijder y Drogba metieron el miedo en el cuerpo a unos jugadores que decidieron bajar los brazos, pensar en otra cosa hasta que volvió a aparecer el de siempre, es decir, Cristiano. El portugués cerró la eliminatoria a un minuto del final con un nuevo gol, el undécimo de la competición.

José Mourinho