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"Tenía fiebre y vomitaba pero la final estaba en juego, sólo muerto podría dejar de jugar"
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FERNANDO SANZ RECUERDA LA NOCHE MÁGICA DEL REAL MADRID EN DORTMUND

"Tenía fiebre y vomitaba pero la final estaba en juego, sólo muerto podría dejar de jugar"

"Pasé una de las peores noches de mi vida. Tenía fiebre, vomitaba... pero tenía que jugar sí o sí. No podía dejar pasar la oportunidad. Era

Foto: "Tenía fiebre y vomitaba pero la final estaba en juego, sólo muerto podría dejar de jugar"
"Tenía fiebre y vomitaba pero la final estaba en juego, sólo muerto podría dejar de jugar"

"Pasé una de las peores noches de mi vida. Tenía fiebre, vomitaba... pero tenía que jugar sí o sí. No podía dejar pasar la oportunidad. Era una semifinal de la Copa de Europa casi dos décadas después. Sólo lo sabía Guti que era mi compañero de habitación. Me intentaba ayudar pero estaba fatal" comenta Fernando Sanz recordando uno de los partidos que cambiaron la historia reciente del Real Madrid y que significó el pase a la final del equipo que entonces entrenaba Jupp Heynckes. Hoy, el equipo blanco regresa al Westfalenstadion por segunda vez: la primera fue hace diez años con gol de Portillo incluido. El partido no tiene tanta tensión como aquel en el que estaba en juego el billete para Ámsterdam pero el campo del Borussia Dortmund siempre es especial por el calor de la afición y por la presión que siente el jugador rival.

Fernando Sanz terminó la temporada apareciendo habitualmente en el once titular pero atrás quedaban meses de suplencias y juicios paralelos. "No podía dejar pasar la oportunidad de jugar ese partido. Con la camiseta del Real Madrid tienes que jugar hasta casi muerto. Era una semifinal, un partido grande y al fondo estaba la posibilidad de volver a jugar una final y ganar la Séptima. También me servía como reivindicación por todo lo que había pasado durante la temporada. Se había hablado mucho, demasiado, y no con justicia. Ahora jugaba junto a Hierro de defensa titular y no podía quedarme sin jugar. Jupp se me acercó y me preguntó si estaba en condiciones... como para decir que no podía jugar. Me puse la camiseta y a apretar los dientes. No había otra. La misión era clara: dejar la portería a cero. Y se consiguió".

El que fuera central del Real Madrid recuerda el estadio como uno de los mejores en los que ha jugado. "El Westfalen es impresionante. La presión de los fondos es tremenda. He visto pocos estadios así. Si en España están el Bernabéu y el Camp Nou, en Alemania el del Borussia es de los que más impresionan. Está lleno desde dos horas antes y no paran de gritar y animar. Es uno de los estadios más bonitos para jugar. Si en Alemania es complicada ganar, en ese estadio más aún", comenta sobre el ambiente que se vive en la casa del Dortmund que, curiosamente, el sábado perdió tras dos años sin hacerlo en su estadio.

"Al final del partido todos me buscaban porque sabía que lo había pasado mal. La respuesta de los compañeros fue espectacular. Recuerdo la fiesta. Todo el mundo gritando, saltando, celebrándolo y yo apenas podía tenerme en pie", comenta sobre la fiesta del vestuario del Westfalenstadion. Final al margen, la eliminatoria ante el Borussia Dortmund estuvo rodeada de polémica desde el principio. "Recuerdo que era titular en el partido de ida y cuando ya está todo listo para empezar el partido, el fondo sur tira la portería. Caos, confusión y al final que se juega cuando parecía que se podía suspender. Nervios, incertidumbre pero ganamos con dos goles que bastaron para llegar a la final".

"Pasé una de las peores noches de mi vida. Tenía fiebre, vomitaba... pero tenía que jugar sí o sí. No podía dejar pasar la oportunidad. Era una semifinal de la Copa de Europa casi dos décadas después. Sólo lo sabía Guti que era mi compañero de habitación. Me intentaba ayudar pero estaba fatal" comenta Fernando Sanz recordando uno de los partidos que cambiaron la historia reciente del Real Madrid y que significó el pase a la final del equipo que entonces entrenaba Jupp Heynckes. Hoy, el equipo blanco regresa al Westfalenstadion por segunda vez: la primera fue hace diez años con gol de Portillo incluido. El partido no tiene tanta tensión como aquel en el que estaba en juego el billete para Ámsterdam pero el campo del Borussia Dortmund siempre es especial por el calor de la afición y por la presión que siente el jugador rival.