Los 'olvidados' de Mou se doctoran en un estadio de Primera mientras esperan su oportunidad

Una de las prioridades deportivas del Real Madrid es desde hace un lustro conseguir devolver al Castilla a Segunda división. El objetivo está prácticamente conseguido tras el 0-3 que cosecharon ayer los chavales de Toril ante el Cádiz en el Ramón de Carranza, equipo y estadio a priori mucho más complicados que lo que muestra el resultado, de la que era la ida de una de las dos eliminatorias de campeones de 2ªB.

La importancia de la empresa explica que hasta la ciudad andaluza se desplazara el presidente de la entidad blanca, Florentino Pérez, quien, al lado de la alcaldesa de la 'Tacita de Plata', Teófila Martínez, y del jugador del primer equipo Esteban Granero, dio buena cuenta del extraordinario puñado de jugadores que se encuentran en la antesala del primer equipo. Jóvenes promesas que, sin embargo, y debido en gran parte a la filosofía de trabajo de José Mourinho, aún son desconocidos para la gran mayoría de la afición madridista.

A los jugadores del Madrid, en cualquier categoría, se les presupone la calidad. Lo que ya es más difícil de encontrar con asiduidad es la grandeza y determinación de los futbolistas que arrasaron en Cádiz. Tanto el gran protagonista Joselu, autor de los dos primeros goles y asistente del tercero, como Morata, el otro goleador, pasando por Jesé, Juanfran, Mandi, Carvajal, el portero Jesús o el capitán Nacho se sobrepusieron al excelente marco de un estadio de Primera, con 15.000 voces caldeando un intimidador ambiente donde ya hay que ser hombres hechos y derechos para que no tiemblen las piernas. En definitiva, cualquiera de los chicos del Castilla demostró que no le vendría grande una oportunidad con los mayores.

Pero con Mou deben armarse de paciencia. El técnico luso no es un entrenador de cantera. Nunca lo ha sido, como demuestra su forma de conformar las plantillas a lo largo de su carrera. Siempre prefiere poblarlas de jugadores contrastados, a poder ser, ya formados física y mentalmente para la élite. Prefiere que los terminen de moldear en otro lado para, si despuntan, contar con ellos. El caso de Callejón (similar al de Granero o Arbeloa, hombres que debieron irse fuera del club para hacerse profesionales, consiguiendo volver al cabo de los años) es su ideal de jugador joven y de cantera que puede permanecer en su equipo. Sería una auténtica rareza ver a Mourinho dando la alternativa a canteranos al 'estilo Barça', es decir, de un día para otro, como pasó en la etapa de Guardiola con, por ejemplo, Busquets, Pedro o Cuenca, y antes con Messi, Bojan, Xavi, Puyol y un largo etcétera.

Una década sin canteranos que suban para quedarse

El año pasado, sin ir más lejos, el Real Madrid apostó por algunos jugadores extranjeros para reforzar el fondo de armario del equipo. Las contrataciones de Altintop o Varane (este, al menos, un jugador de futuro) fueron tenidas en cuenta antes que la posibilidad de dejar hueco a algunos de los que este domingo deleitaron con su fútbol en Cádiz. Y a lo largo de la campaña que toca a su fin, en las dos o tres ocasiones donde por lesiones y sanciones el filial podría haber sido útil, Mourinho no lo usó, o lo usó de aquella manera, como cuando hizo debutar en el duelo intrascendente de la Champions en Amsterdam al central suplente del Castilla Mendes, compatriota suyo y con quien comparte agente. Por cierto, decisión que, como ya contamos en El Confidencial, desmoralizó a más de un jugador del segundo equipo.

Salvo debacle el próximo fin de semana, el Real Madrid volverá a tener al segundo equipo en la división de plata del fútbol español. Debería ser el primer paso para que una de las dos mejores canteras del país vuelva a nutrir al primer equipo, como históricamente ha sido. El capitán Iker Casillas es prácticamente el último canterano que subió para quedarse, y de eso ya han pasado casi trece años. El Castilla actual demostró ante su mayor prueba que cuenta con varios futbolistas con una carrera prometedora. Habrá que esperar para saber si la dirección deportiva del club, es decir, Mourinho, les encuentra sitio, o si los héroes de Cádiz acaban haciendo las maletas rumbo a otra plaza sin ni siquiera haber tomado la alternativa. En el Bernabéu, desde siempre, pocas ovaciones son tan sentidas como la que de forma unánime se le brinda al canterano que debuta.