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La caída de un imperio: Italia toca fondo en Fórmula 1
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NO HABRÁ NINGÚN PILOTO TRANSALPINO POR PRIMERA VEZ EN 42 AÑOS

La caída de un imperio: Italia toca fondo en Fórmula 1

Este año, Italia no disfrutará de ningún compatriota subido a un Fórmula 1 por primera vez en 42 años. Además de Inglaterra, si un país tiene

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La caída de un imperio: Italia toca fondo en Fórmula 1

Este año, Italia no disfrutará de ningún compatriota subido a un Fórmula 1 por primera vez en 42 años. Además de Inglaterra, si un país tiene en su ADN grabado la Fórmula 1, ese es Italia. Con sólo dos campeones del mundo en toda su historia, Farina y Ascari, la máquina superó al hombre y los transalpinos enfocaron su pasión hacia un escudo con un Cavallino Rampante. Ferrari es el único superviviente italiano, junto con Toro Rosso, de cara a la temporada 2012 tras el adiós forzado de Jarno Trulli. Los petrodólares que Vitaly Petrov ha traído de Rusia han sido los causantes de la caída del último testigo del que fuera un 'imperio' que, por segunda vez en la historia de la Fórmula 1, nLcuenta con ningún piloto en la parrilla.

GP de Italia de 1990: Patrese (5º), Nanini (8º) Caffi, De Cesaris, Larini, Alboreto, Capelli, Modena, Morbidelli, Martini, Tarquini, Barilla y Giacomele. La parrilla fue invadida por hasta 13 pilotos italianos. Ese año participarían en total 15, que suponían más de un tercio del total de 40 corredores que disputaron aquel mundial. Supone el récord de participación de pilotos de un mismo país. Diez años después, la representación italiana descendió a dos: Trulli y Fisichella. Entre 1987 y 1993, Italia contaba, al menos, con una decena de pilotos a los que seguir cada año (era una época en las que los ‘bailes’ de corredores eran más frecuentes que ahora), además de contar con las escuderías Lola, Ferrari, Dallara, Andrea Moda, Fondmetal, Coloni, Lambo, Osella, EurBrun, Minardi y Life.

Fue su particular età d’oro. El paddock 'parlaba' italiano. El país mediterráneo poseía una de las escuderías más potentes -Ferrari- y otras medianas en progresión -como Minardi- que aspiraban a tener algún día un monoplaza entre los grandes. Además estaba Benetton que, aun asentada en Inglaterra, también se trataba de un equipo con mucho sabor a pasta y pizza. Italia ocupaba todos los estamentos  de la Fórmula 1… menos uno: un piloto campeón.

Italia 'despersonalizó' su pasión

Desde 1953, con Alberto Ascari, ningún piloto italiano ha sido campeón del mundo. De los cuatro primeros mundiales, tres fueron ganados por un italiano: Giuseppe Farina (1950) y Ascari (1952 y 1953). Quizás por esa sequía, Italia 'despersonalizó' su emoción hacia el factor humano para celebrar los triunfos de Scuderia Ferrari, que ganó en la década de los 60, 70 y 80 hasta ocho mundiales.

En Italia se antepone el triunfo de Ferrari a la de cualquier piloto de su nación. Riccardo Patrese sufrió en sus propias carnes el desplante de su afición a favor del equipo de Maranello. En el GP de San Marino de 1983, en Imola, el piloto italiano lideraba la prueba cuando perdió el control de su Brabham y se estrelló a falta de seis vueltas. El público, lejos de apenarse, se alegró al ver que por detrás venía un coche rojo: el Ferrari del francés Patrick Tambay ganó la carrera. Por cierto, Patrese, precisamente, fue uno de los  últimos italianos en ganar un gran premio (1992), pasando por  Fisichella  en Brasil 2003 -con un Jordan- y hasta Jarno Trulli, en Mónaco 2004. No obstante y aunque el palmarés no lo diga, quizás Alex Zanardi fue el último gran 'campeón' con el que vibró Italia.

El orgullo nacional que representa Ferrari ha supuesto una losa para los pilotos italianos. "Siendo italiano, es bastante difícil progresar porque aquí tenemos a Ferrari. Es el símbolo de Italia y todos estamos muy orgullosos de ella, pero al mismo tiempo crea algunos obstáculos para los italianos, porque todos los ojos están puestos en Ferrari". Jarno Trulli, el que ayer pudo decir su adiós para siempre a la F1, explicó tiempo atrás lo que significa la Scuderia para los pilotos.

Capelli, una excepción con Montezemolo

Con Ferrari aspirando cada año a ganar, su presidente Luca Cordero di Montezemolo ha dejado claro que lo primero está el coche y luego el piloto. En su mandato, sólo Ivan Capelli (1992) ha sido piloto oficial durante una temporada completa. Morbidelli, Larini, Fisichella y Badoer pilotaron monoplazas rojos puntualmente y como sustitutos. Con Enzo Ferrari en vida, este aspecto era diferente, ¿pura casualidad? Ayer, la propia escudería, lamentaba de que no hubiera ningún compatriota suyo con un volante...

Italia tiene mimbres para construir un piloto campeón. Su categoría de karts es de las más potentes del mundo y Robert Kubica y Fernando Alonso son dos buenos ejemplos de pilotos formados allí. Además, incluso ha contado con un una competitiva Fórmula 3000 autóctona.

A pesar de ser uno de los países con más tradición en el deporte del motor, la actual crisis ha impedido a los pilotos que corrieron con bandera italiana en 2011 repetir este año. Así, Karthikeyan y Petrov, con fuerte apoyo económico, han dejado sin asiento a Liuzzi y Trulli en HRT y Caterham, respectivamente.

La promesa italiana está sin dinero

El futuro no es tampoco halagüeño. Uno de los 'canteranos' que más prometen se llama Kevin Ceccon y realizó los test para jóvenes promesas de Abu Dabi con Toro Rosso el pasado mes de diciembre. “Es una pena que incluso Ceccon no tenga dinero para correr en GP2”. Lucas Filippi se lamentaba ayer de la situación de su compatriota al comprobar que, en la antesala de F1, también es necesario un tener un buen padrino para correr. Filippi, subcampeón de GP2, está buscando asiento en Estados Unidos para 2012.

“Europa está muerta para la Fórmula 1”, señalaba hace unos meses Bernie Ecclestone en comparación con los países emergentes. En lo que Italia respecta, hace mucho tiempo que desaparecieron grandes sponsors como Benetton, Olivetti o Parmalat. Sigue 'viva' Pirelli, que compite contra sí misma. Fuera de la pista, en el paddock, también ha perdido fuerza la influencia desde los despachos encarnada por un italiano llamado Flavio Briatore.

En 2012, aunque dos equipos defienden la bandera transalpina, da la sensación de que Italia habrá tocado fondo en la F1. Sin embargo, uno de esos equipos es un diamante llamado Ferrari. Abandonarán fabricantes, desaparecerán pilotos, vendrán y se irán equipos… Sin embargo, no se concibe una carrera de Fórmula 1 sin un bólido rojo en la salida. Pero una máquina, aunque sea un mito, no es un ser humano con mono, botines, guantes y casco. No es capaz de cantar el himno de Italia en lo más alto de un podio.

Este año, Italia no disfrutará de ningún compatriota subido a un Fórmula 1 por primera vez en 42 años. Además de Inglaterra, si un país tiene en su ADN grabado la Fórmula 1, ese es Italia. Con sólo dos campeones del mundo en toda su historia, Farina y Ascari, la máquina superó al hombre y los transalpinos enfocaron su pasión hacia un escudo con un Cavallino Rampante. Ferrari es el único superviviente italiano, junto con Toro Rosso, de cara a la temporada 2012 tras el adiós forzado de Jarno Trulli. Los petrodólares que Vitaly Petrov ha traído de Rusia han sido los causantes de la caída del último testigo del que fuera un 'imperio' que, por segunda vez en la historia de la Fórmula 1, nLcuenta con ningún piloto en la parrilla.

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