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Ferrari, una maldición trágica y mediática para los pilotos italianos
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LA 'SCUDERIA' SE CONVIERTE EN UN OBSTÁCULO EN SU PROPIO PAÍS

Ferrari, una maldición trágica y mediática para los pilotos italianos

"Siendo italiano, es bastante difícil progresar porque aquí tenemos a Ferrari. Es el símbolo de Italia y todos estamos muy orgullosos de ella, pero al mismo

Foto: Ferrari, una maldición trágica y mediática para los pilotos italianos
Ferrari, una maldición trágica y mediática para los pilotos italianos

"Siendo italiano, es bastante difícil progresar porque aquí tenemos a Ferrari. Es el símbolo de Italia y todos estamos muy orgullosos de ella, pero al mismo tiempo crea algunos obstáculos para los conductores italianos, porque todos los ojos están puestos en Ferrari". Jarno Trulli fue sincero este miércoles ante sus paisanos en la 'Fota Fans Forum Italia'. Simplifica el muro con el que cargan desde el primer minuto en el que deciden lanzarse a la carrera automovilística. En este sentido, quizás la política de Luca Cordero di Montezemolo ha tenido gran parte de culpa.

El pesar de Jarno contrasta con las palabras de su ex compañero de equipo Fernando Alonso a la hora de resumir lo que significa trabajar en Maranello: "Si no corres para Ferrari, tu vida profesional como piloto de Fórmula 1 está incompleta". El sueño que supone para cualquier conductor foráneo se transforma en una pared prácticamente insalvable cuando se trata de un italiano. No obstante, esa especie de maldición que acompaña a los actuales conductores transalpinos se podía calificar de trágica si se traslada a compatriotas suyos que sí corrieron para Ferrari antes de la muerte de Enzo Ferrari, en 1988.

La actual presión de los medios de comunicación se traslada a la calle y la responsabilidad de conducir una bala roja se multiplica por cien cuando el pasaporte del piloto indica que pertenece a la Repbblica italiana. Giancarlo Fisichella, al lograr su única (y polémica) victoria en 2003 (Brasil) con un Jordan, señaló que "es muy importante para Italia". Él sabía que la única manera de 'rivalizar' con Ferrari en las portadas italianas es con podiums (la anterior victoria de un transalpino fue la de Riccardo Pastrese en 1992). 

Más recientemente, en 2009, Ferrari dio vida y posteriormente 'enterró' a Luca Badoer. El italiano sustituyó a Felipe Massa en dos carreras (GP de Europa y GP de Bélgica) con sendos fracasos: 17º y 14º, respectivamente. Tras la humillación que significó para la Scuderia, Montezemolo fichó a Giancarlo Fisichella y Badoer terminó abandonando Ferrari y la Fórmula 1 un año después. Fue un huracán en el que se vio envuelto durante unas semanas y del que no se pudo levantar. Quizás si hubiera sido de otra nacionalidad no hubiera tenido la oportunidad, al igual que tampoco le hubieran ‘matado’ desde la prensa. En cualquier caso, fue un error que temían cometer y que, con Montezemolo al mando, no volverá a ocurrir.

Con Montezemolo, los italianos corren fuera de Ferrari

Montezemolo ha terminado de inculcar una mentalidad clara a toda Italia: Ferrari primero, el piloto después. Desde la muerte en 1988 de Enzo Ferrari, sólo un compatriota ha trabajado durante un año completo en Maranello: Iván Capelli en 1992. Otros no tuvieron tanta suerte: Gianni Morbidelli (sólo disputó el GP de Australia de 1991), Nicola Larini (Australia y Japón de 1992 y Pacífico y San Marino de 1994) y los mencionados Badoer y Fisichella (cinco últimas pruebas de 2009).

¿Qué estaba antes, el huevo o la gallina? ¿En la actualidad no hay pilotos italianos lo suficientemente buenos para Ferrari o la ‘Scuderia’ dificulta la progresión de pilotos italianos como en otros países? Trulli afirma que sucede esto último. Tal vez sea una mezcla de ambos.

Con Enzo en vida era algo más común ver a un italiano pilotar un Ferrari. Michele Alboreto corrió 80 pruebas en la década precisamente de los 80 y sólo ganó 3 (fue remplazado, casualidad o no, cuando Montezemolo fue nombrado presidente. Arturo Merzario estuvo presente en el campeonato de 1973 y anteriormente disputó dos pruebas en 1972, tomando el relevo del italoamericano Mario Andretti (1971) e Ignazio Giunti (1970). En los sesenta estuvieron Ernesto ‘Tino’ Brambilla (1969 y, por cierto, nacido en Monza), Andrea de Adamich (1968, sólo en Sudáfrica), Lorenzo Bandini (1967, GP de Mónaco), Ludovico Scarfiotti (esporádicamente de 1963 a 1967), Lorenzo Bandini (1962-1967), Giancarlo Baghetti (1961, 1962). En los cincuenta destacaron Luigi Musso, Eugenio Castellotti, Giorgio Scarlatti, Piero Taruffi, Luigi Villoresi

Ascari corrió, ganó y murió en un Ferrari

Mención especial merecen los dos mejores pilotos italianos que ha tenido Ferrari, ambos de principio de los cincuenta. Con los que Enzo creyó que era posible ver en los ochenta a un transalpino en lo más alto del podio: Giuseppe ‘Nino’ Farina y, sobre todo, Alberto Ascari. Farina sólo ganó una carrera para Ferrari, Nurburgring en 1953, pero logró cuatro subcampeonatos. Todos ellos obtenidos tras Ascari. Alberto es el único italiano que ha ganado un mundial para Ferrari (concretamente dos, 1952 y 1953) teniendo un récord de nueve victorias consecutivas en 1953 y el de ganar todas las pruebas en 1952 salvo una, Indianápolis.

Sin embargo, si los pilotos italianos de hace unas décadas no tenían tanta competencia foránea ni soportaban tanta presión como la actual, casi todos ellos perecieron antes de tiempo en un accidente. El más llamativo fue el de Ascari, lo hizo en Monza en 1955 (en la hoy llamada y remodelada curvas Ascari). Farina, Musso, Giunti, Bandini, Scarfiotti y Alboreto también fallecieron trabajando.

Vitantonio Liuzzi, un italiano que corre con el peor coche de la parrilla (HRT), ha querido hacer un guiño a sus paisanos con un casco dedicado a sus aficionados y con la que celebra el 75º Gran Premio de Fórmula 1 de Italia: "Monza es el lugar perfecto para complacer a mis aficionados", los mismos que desean por encima de todo que un Ferrari cruce primero la línea de meta.

"Siendo italiano, es bastante difícil progresar porque aquí tenemos a Ferrari. Es el símbolo de Italia y todos estamos muy orgullosos de ella, pero al mismo tiempo crea algunos obstáculos para los conductores italianos, porque todos los ojos están puestos en Ferrari". Jarno Trulli fue sincero este miércoles ante sus paisanos en la 'Fota Fans Forum Italia'. Simplifica el muro con el que cargan desde el primer minuto en el que deciden lanzarse a la carrera automovilística. En este sentido, quizás la política de Luca Cordero di Montezemolo ha tenido gran parte de culpa.