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A Ibaka no le queda más remedio que tirar del carro de unos Thunder gafados
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casi medio equipo lesionado

A Ibaka no le queda más remedio que tirar del carro de unos Thunder gafados

El pívot hispano-congoleño se ha erigido en una de las referencias de un equipo que está sufriendo las bajas de Kevin Durant y Russell Westbrook

Foto: El pívot promedia 17,1 puntos y 7,9 reboets (Reuters)
El pívot promedia 17,1 puntos y 7,9 reboets (Reuters)

El domingo, los Oklahoma City Thunder solventaron un momento complicado en la segunda parte del partido (que ganaron por 101-93) contra los Sacramento Kings con un quinteto formado por Ish Smith, un base fichado un par de días antes; Sebastian Telfair, antigua leyenda de instituto que nunca ha dado lo que se esperaba de él y que la temporada pasada jugó en China; Lance Thomas, un alero con casi más experiencia en la D-League que en la NBA; Nick Collison, ala-pívot que solo ha jugado 9 partidos de titular en las últimas cinco temporadas; y Kendrick Perkins, pívot sobrepagado que este año ha perdido el puesto de titular.

Esa es la situación de un equipo que hasta hace un mes era uno de los favoritos para ganar el anillo y que intenta aguantar el chaparrón hasta que vuelvan Kevin Durant y Russell Westbrook, lesionados. El problema es que no son lo únicos: de los 16 jugadores que componen la plantilla, 7 están lesionados. Jugadores como Jeremy Lamb, Anthony Morrow o Perry Jones, que tendrían que sustituirlos, también son baja. Toda esta situación ha dejado a Serge Ibaka como el único titular de la pasada temporada que sigue saliendo en el cinco inicial y no ha sufrido ningún contratiempo físico, para alivio de Scott Brooks, entrenador del equipo.

El pívot hispano-congoleño es la principal referencia ofensiva del equipo junto al base Reggie Jackson. Ibaka, que acaba de comezar su sexta temporada en la franquicia, se ha visto obligado a dar un paso más en su juego ante las numerosas bajas. Ha adquirido más protagonismo en ataque, lanzando más y sobre todo acertando más, lo que por el momento le coloca con los mejores números ofensivos de su carrera: 17,1 puntos, por los 15,1 de la temporada pasada.

El internacional español está demostrando en este inicio de temporada que la paulatina evolución en su juego no se ha detenido. Desde que llegó a la NBA, el exjugador del Manresa ha ido ampliando su rango de acción hasta convertirse, en el inicio del curso 2014-2015, es una seria amenaza desde la línea de tres puntos. El cambio ha sido muy importante: en su primer año en la Liga solo tiró dos triples; y en los siete partidos de la presente temporada ya lleva 33, una media de 4,7 por encuentro. Ya ha tirado desde esa distancia la mitad que en toda la temporada pasada.

"Está preparado para dar otro paso, y creo que lo ha hecho", decía antes de la temporada Scott Brooks, que lo definía como uno de los mejores tiradores de media distancia de la competición. Ibaka ha conseguido convertirse en un peligro para los rivales desde más allá de la línea de tres, pero sin perder su capacidad para ser determinante también dentro del arco. En el tiro de tres, la 2014-2015 puede ser la temporada en la que se consolide en un camino que abrió en la 2012-103, cuando lanzó 57 triples, 54 más que la campaña anterior.

Lanzamientos de Ibaka en su primer año en la NBA y en el actual.

Pero la explosión desde la línea de tres también tiene sus consecuencias negativas. Ibaka promedia 7,9 rebotes, casi una captura menos que la temporada pasada. Y la explicación está en su lanzamiento de tres puntos, que lo aleja del aro y le impide cargar el rebote ofensivo con la frecuencia con que lo hacía antes. Coge 1,7 rebotes ofensivos, un 6,5% de los rechazos en el tablero contrario cuando está en pista, según Basketball Reference. Es el porcentaje más bajo de toda su carrera.

En lo que vuelven las dos grandes estrellas del equipo, Ibaka seguirá siendo el líder de una franquicia que navega por lugares de la clasificación que no visitaba desde hacía un lustro. De 7 partidos, los Thunder solo han ganado 2. Y aunque aún es pronto, el futuro esta temporada en Oklahoma City no es muy halagüeño. Cuanto más tarden en volver Kevin Durant y Ruseell Westbrook -hasta dentro de un mes no lo harán-, más se complicarán las opciones de meterse en 'playoffs'. "Una cosa que me gusta de este grupo es que estamos disminuidos, pero no lo utilizan como una excusa", decía Scott Brooks tras la victoria ante los Kings. Puede ser cierto, pero por ahora les hace falta algo más que eso.

El domingo, los Oklahoma City Thunder solventaron un momento complicado en la segunda parte del partido (que ganaron por 101-93) contra los Sacramento Kings con un quinteto formado por Ish Smith, un base fichado un par de días antes; Sebastian Telfair, antigua leyenda de instituto que nunca ha dado lo que se esperaba de él y que la temporada pasada jugó en China; Lance Thomas, un alero con casi más experiencia en la D-League que en la NBA; Nick Collison, ala-pívot que solo ha jugado 9 partidos de titular en las últimas cinco temporadas; y Kendrick Perkins, pívot sobrepagado que este año ha perdido el puesto de titular.

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