La RAE se hace un ‘lifting’ a los 300 años

Las señoras de una determinada generación suelen quitarse algún añito de encima cuando se les pregunta por su edad. Alguna, sin embargo, se convierte en excepción y vive encantada pregonando lo bien llevados que tiene sus “taitantos”. Una de estas señoras es la Real Academia Española, que el 3 de octubre (fecha oficial, aunque surgió unos meses antes) cumple 300 años y no se avergüenza de ello, sino que pretende realizar una gran fiesta para que todo el mundo conozca su pasado, presente y futuro. Nueva web, concurso literario, intercambio de libros, premio al mejor guión cinematográfico... y por supuesto la presentación de la nueva edición del diccionario de la lengua española , todo esto para celebrar semejante efeméride. 

A este gran evento la Academia pretende invitar a todo el mundo, incluso a las instituciones gubernamentales que en esta época de crisis han tenido una aportación más limitada que lo que cabría esperar. Pero los cumpleaños no son época de enfados, por lo que Darío Villanueba, secretario general de la Academia, ha querido quitar peso al asunto asegurando que gracias al impulso de Acción Cultural Española (única institución española patrocinadora) se han podido realizar estos actos, a lo que José Manuel Blecua, director de la RAE, ha añadido que “las administraciones no están en condiciones de pedirlas nada, como mucho su colaboración”, aunque también se reafirmó en que la Academia tiene que ser solidaria con la situación, por lo que se intentará que el programa esté presidido por la austeridad sin que se reduzca la calidad. 

Para honrar a todos sus invitados la Academia ha diseñado un calendario de eventos durante todo el año para intentar hacer olvidar el segundo centenario de la institución. Un aniversario al que no se dio ninguna repercusión y que no se promocionó de ninguna forma especial, pasando pronto al olvido. Sin embargo hasta en los malos cumpleaños siempre hay momentos para el recuerdo. En 1913 también se realizaron un par de actividades que la RAE ha querido mantener y prolongar en el tiempo. Este es el ejemplo del Boletín de la Real Academia Española, que ahora cumple 100 años y que sigue vigente para intentar “comunicar más y mejor con las corporaciones hermanas o similares, con sus propios individuos residentes fuera de Madrid y con la generalidad del público”.

Estas actividades comenzarán con la exposición La lengua y la palabra. Trescientos años de la Real Academia Española que mostrará la historia y evolución de la RAE a lo largo de estos 300 años y que acogerá la Biblioteca Nacional. Para terminar los fastos por todo lo alto, en 2014 se publicará la nueva edición del Diccionario de la lengua española. Un diccionario del que se había dicho que podría ser el último en papel, algo que Villanueba se ha encargado de negar tajantemente “no será la última en papel, lo que es evidente es que será elaborado y difundido de una forma completamente distinta a todas las ediciones anteriores”. Para su creación cualquier ciudadano puede enviar sus solicitudes a la Academia sobre palabras que consideren que pueden ser incluidas en la nueva edición, aunque como declara José Manuel Blecua “las que no tienen futuro se desechan rápido, el resto se discuten”.

Para este contexto la RAE ha querido prepararse ya que, como muchas señoras de su edad, también ha tenido que hacerse algún retoque. Mientras otras acuden a la cirugía estética, la Academia ha utilizado las redes sociales. Y el éxito es indudable. Si alguien hace 3 años dice que una institución como la Academia superaría los 360.000 seguidores en Twitter (y creciendo a un ritmo trepidante) nadie le creería. Su éxito radica, además de en informar constantemente de todas las actividades organizadas, en su función de responder las dudas gramaticales de los ciudadanos. Así y bajo la etiqueta #RAEinforma, los tuiteros pueden dejar sus consultas y la Academia publicar normas básicas para que la gente no se olvide de cómo se escribe.Las administraciones no están en condiciones de pedirlas nada, como mucho su colaboración

Este uso de las redes sociales ha acercado a la RAE a las nuevas generaciones, a las que en este tercer centenario asegura tener muy presente: “Además de las consultas lingüísticas, las redes sociales serán este año muy útiles para difundir actividades como el certamen de redacción, que este año estará enfocado a conmemorar la Academia. Intentamos que todos los proyectos redunden en los jóvenes. Ellos son nativos digitales por lo que hay que estudiar el cambio, cómo se asimilan los textos en estas nuevas generaciones”.

En este afán de rejuvenecerse se enmarcan otras de las novedades que trae la RAE para su 300 aniversario. La más importante es la nueva web, completamente rediseñada y que se presentará en octubre en Panamá. A esta se une la digitalización del archivo, para que en 2014 se pueda consultar toda la documentación relativa al siglo XVIII, y el proyecto CORPES XXI, con el que se busca crear un banco de datos de 300 millones de formas del español de todo el mundo.

Cómicos de la lengua

Un buen cumpleaños tiene que tener invitados sorpresa y la celebración de la Academia no podía ser menos. Por ello, y bajo el título Cómicos de la lengua, actores consagrados de nuestra cinematografía junto a jóvenes promesas harán una lectura dramatizada de obras claves de la literatura española entre la Edad Media y el siglo XX. Además un académico comentará cada texto señalando sus características fundamentales. Este proyecto está dirigido por una mano experta, la del académico, actor y director teatral José Luis Gómez. Pero, como una buena sorpresa tiene que conservarse hasta que ocurra, ni Blecua ni Villanueba han querido avanzar quiénes serán los intérpretes que honraran a la RAE con su presencia.

Además, la Academia volverá a establecer sinergias con el mundo del cine con la creación del premio Borau-RAE en el año 2014 con el que se distinguirá el mejor guion cinematográfico del año escrito en lengua española y producido posteriormente. 

Por supuesto de quiénes la RAE no se olvida en esta celebración es de los libros. La Academia ha propuesto la creación de un club de lectura en el que usuarios, expertos y académicos puedan charlar y comentar los títulos que componen la Biblioteca Clásica. También pretende crear, bajo el título de Libros Libres, una red de bookcrossing dejando libros en lugares públicos para que sean recogidos por lectores anónimos, que a su vez lo dejen en otro lugar cuando lo terminen con el fin de potenciar el hábito de la lectura.

Una afición que la RAE sigue intentando mantener, como así lo hicieron hace 300 años los ocho primeros académicos fundadores que el 6 de julio de 1713 realizaron la primera junta y establecieron las bases de lo que hoy conocemos. Entre ellos estaba el Marqués de Villena, en cuya casa se celebraban las reuniones. Los contenidos de estos encuentros se recogían en los libros de actas que todavía hoy se conservan en la actual sede de la RAE. Estos libros, junto a otras publicaciones como la primera gramática española o la primera ortografía, se exhiben orgullosos como una abuela que muestra a todo el mundo el primer regalo que le hace su nieto. Este año la abuela cumple 300 años en un contexto (económico y cultural) en el que parece difícil que pueda celebrar otros 100, aunque ganas no le falten. Lo veremos dentro de un siglo.