Es noticia
La Historia escrita sobre el cuerpo desnudo
  1. Cultura
PHOTOESPAÑA PRESENTA UNA GRAN COLECCIÓN DE FOTOGRAFÍAS DE SHIRIN NESHAT

La Historia escrita sobre el cuerpo desnudo

La historia de las naciones, la de sus sociedades y la de sus revoluciones –la Historia, en suma– se escribe en el cuerpo de quienes la

La historia de las naciones, la de sus sociedades y la de sus revoluciones –la Historia, en suma– se escribe en el cuerpo de quienes la protagonizan. También las ideologías se registran en los cuerpos de quienes las acuñan, de quienes las practican y de quienes las sufren. El cuerpo es el soporte más primario que existe y sin duda uno de los más imperfectos: se puede reescribir, es perecedero y puede resultar ilegible a conciencia, bien de su legítimo dueño, bien de quienes no lo son en realidad. El cuerpo, como soporte, es pobre y deficiente, pero como altavoz es rotundo y poderoso. Pocas cosas son tan elocuentes como aquellas que cuenta el cuerpo.

"El tratamiento del cuerpo femenino define la ideología de una sociedad". Lo dice Shirin Neshat, fotógrafa y cineasta iraní y estrella invitada –una de las más rutilantes, por cierto– a PHotoEspaña 2013, que este miércoles presentó ante la prensa su colección, Escrito sobre el cuerpo en la madrileña Fundación Telefónica. "El planteamiento de PHotoEspaña –cuyo eslogan en 2013 es Tu cuerpo es el mensaje– me ha hecho pensar de forma diferente", explicó la autora, "y ver cómo he utilizado el cuerpo como metáfora para expresar ideas políticas, sociales, sexuales".

Y para hablar de la evolución histórica a través de la materialidad de las personas, una de sus grandes singularidades como creadora. Nashet "replantea el cuerpo como texto histórico", según el comisario de la muestra, Octavio Zaya, que resalta como ejemplo las piezas del recorrido procedentes de El Libro de los Reyes.

En esta obra la fotógrafa y cineasta revisitó el Shahname, la epopeya fundacional persa, que lee e interpreta después de la Revolución Iraní de 1979 –que se saldó con el derrocamiento del sah y la instauración de la actual República Islámica–. "En esta serie Shirin asume más que en otras producciones la historia persa, pero en realidad veo que ha intentado desarrollar una metáfora sobre la actualidad de su país", explicó el comisario.

Una metáfora en la que veremos textos e imágenes del Shahname sobreimpuestas, como tatuadas, sobre la piel de sus herederos iraníes, que personifican así "la transformación profunda que ocurrió en la cultura iraní, pasando de la persa a la musulmana". La autora reflexiona desde esta fractura sobre la universalidad y sobre la propia vigencia histórica de las transiciones. "He dedicado mucho tiempo a estudiar cómo el lenguaje del cuerpo es universal, cómo poner la mano en el pecho significa lo mismo en todo el mundo", explica sobre su fotografía en la que un hombre alude a su propio corazón. Como el propio Libro de los Reyes explica que ocurría en el pasado y como sabemos hoy que sigue ocurriendo, "hay personas que sacrifican su vida por amor a la nación", sostiene Nashet.

Hombres desnudos, mujeres vestidas

El pecho desnudo del hombre que empuña su corazón, sin embargo, contrasta con la ausencia del cuerpo femenino, enterrado en sus fotografías bajo aparatosos chadores que niegan la presencia, acaso la mera existencia, de quienes lo visten.

En estas imágenes, que pertenecen a la ilustración de su proyecto en vídeo Rapture, las mujeres aparecen tapadas y anónimas bajo sus velos pero capaces y determinadas, paseando por el desierto o manejando vigorosamente una barca en el rompiente de las olas. Actuando por sí mismas, en suma, y poniendo en práctica su voluntad en lugar de figurando en segundo plano, escurridizas y empequeñecidas, como acaso sugeriría que hicieran su figura oscura y desnaturalizada. "Son mujeres ocultas y negadas en su subjetividad", subrayó Zaya.

En el centro de la amplia sala que la Fundación Telefónica dedica a Neshat en pleno centro de Madrid podremos también disfrutar del cortometraje Zarin, reelaborado a partir de Women Without Men –"mujeres sin hombres"–, la película con la que la iraní ganó en 2009 el León de Plata en el Festival de Cine de Venecia. 

Zarin refleja "un problema universal", comentó la artista, que es el papel del cuerpo como vehículo de la vergüenza, una emoción que, en muchas sociedades, unas personas espolean sobre otras para conseguir su control y su represión. En la historia una prostituta se dedica a castigar su cuerpo de diferentes maneras, entre ellas la anorexia, para expiar moralmente su sentimiento de culpabilidad.

La historia de las naciones, la de sus sociedades y la de sus revoluciones –la Historia, en suma– se escribe en el cuerpo de quienes la protagonizan. También las ideologías se registran en los cuerpos de quienes las acuñan, de quienes las practican y de quienes las sufren. El cuerpo es el soporte más primario que existe y sin duda uno de los más imperfectos: se puede reescribir, es perecedero y puede resultar ilegible a conciencia, bien de su legítimo dueño, bien de quienes no lo son en realidad. El cuerpo, como soporte, es pobre y deficiente, pero como altavoz es rotundo y poderoso. Pocas cosas son tan elocuentes como aquellas que cuenta el cuerpo.