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Futuro 2.0: la palabra en libertad
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SANTIAGO MUÑOZ MACHADO REPASA CINCO SIGLOS CONTRA LA CENSURA AL INGRESAR EN LA RAE

Futuro 2.0: la palabra en libertad

Cinco siglos de itinerario incierto y la libertad de la palabra no tiene el futuro asegurado. El nuevo académico Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, Córdoba, 1949), en

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Futuro 2.0: la palabra en libertad

Cinco siglos de itinerario incierto y la libertad de la palabra no tiene el futuro asegurado. El nuevo académico Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, Córdoba, 1949), en su discurso de ingreso a la Real Academia Española (RAE) recorrió los hitos que ha debido sortear la libertad para crecer entre leyes y censuras desde el siglo XVI hasta “su aparente consagración” en el siglo XXI.

El catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense y académico de número de la real Academia de Ciencias Morales y Políticas, considerado como el gran renovador del Derecho Público advirtió que no se debe “banalizar una conquista que ha costado varias centurias, para no distraerse ante cualquier nueva amenaza” (aquí, el discurso íntegro).

Porque justo en el momento en el que en todo Occidente se ha consolidado y compartido una misma libertad de expresión, se abren “dos espectaculares brechas que dan paso a nuevas categorías de problemas no explorados” en esos cinco siglos descritos. Se refiere el académico a la “creciente importancia de la libertad de palabra en la calle” y “los retos de la comunicación en Internet”.

Sobre la primera “brecha”, el miembro que ocupará el sillón r (la plaza que fue de Antonio Mingote, fallecido en abril de 2012), constata que las calles, plazas, parques y cualquier otro lugar público fueron los emplazamientos donde se desarrolló el derecho de hablar, opinar y debatir. “Una de las alternativas a los medios tradicionales es la más antigua y directa forma de ejercicio de la libertad de palabra: utilizar las calles y los espacios públicos”, ha escrito en un discurso que será recordado por el respaldo a la palabra como razón y fundamento de las relaciones sociales, sin olvidar el último minuto de estas (la era digital).

Indignadas contra intolerantes

Esos lugares públicos, que habían perdido protagonismo tras la aparición de la imprenta y la prensa, “están siendo retomados cada vez con más frecuencia para expresar opiniones disidentes, algunas veces justamente indignadas, otras sencillamente intolerantes”, añadió Muñoz Machado en clara alusión a la actualidad española. Han vuelto con fuerza para acoger la libertad de palabra.  

Para el académico Internet es “la más impresionante y vertiginosa revolución informativa” de la historia de la humanidad. Y, sin embargo, advirtió, con el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, presidiendo el acto, que los poderes públicos tienen que “hacer mucho todavía para evitar que se cometan delitos horrendos como los robos de propiedad intelectual ajena”.

También se refirió al control necesario sobre el discurso del odio, la violencia y los abusos de datos personales. A pesar de estas coacciones, Santiago Muñoz Machado zurció al aire la bandera de la esperanza para la libertad en las redes: “La palabra, cuando consiste en expresar opiniones o se emplea como vehículo para la creación, no encontrará en Internet censuras ni regulaciones opresivas”.

Territorio libertad

Sin embargo, advierte que el territorio Internet no está gobernado por un único soberano, ni existe un gobierno universal de la red, ni una gestión unitaria. Este es el motivo por el que las normas de utilización de esta herramienta “están muy fragmentadas”. “La diversidad de regulaciones públicas, sumada a los intereses y condicionamientos que imponen las empresas privadas que dominan la prestación de servicios esenciales en Internet, ha puesto sobre la mesa si los límites constitucionales a la libertad de comunicación siguen siendo útiles para resolver los problemas que suscita la gran red”, apunta.

En su discurso, que resumió en una lectura de unas 30 páginas, tres nombres sonaron como pilares esenciales en todo este maltrecho trayecto: Milton, Spinoza y Locke. En ellos, y en sus postulados a favor de la libertad de expresión, Muñoz Machado aventura una suerte de solución indestructible en el siguiente axioma: las palabras sólo se contrapesan con más palabras y los discursos con más discursos.

Además, la libertad si bien se ha concebido como un ámbito exento a la intervención del poder político, no se ha evitado el riesgo de medios con intereses ideológicos o económicos. El alegato final en la defensa de Internet retumbará por muchos años: “Internet es un mercado universal de ideas y la tarea de los poderes públicos no es restringirlo, sino conseguir que haya en él una competencia efectiva”. “Debe dejarse fluir su tráfico inmenso con el convencimiento de que nos conduce hacia cotas de mayor tolerancia y bienestar”.

Cinco siglos de itinerario incierto y la libertad de la palabra no tiene el futuro asegurado. El nuevo académico Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, Córdoba, 1949), en su discurso de ingreso a la Real Academia Española (RAE) recorrió los hitos que ha debido sortear la libertad para crecer entre leyes y censuras desde el siglo XVI hasta “su aparente consagración” en el siglo XXI.