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La invasión de las ladronas de novios
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LA HISTORIA VIENE FIRMADA POR STEPHANIE MEYER, AUTORA DE LA SAGA 'CREPÚSCULO'

La invasión de las ladronas de novios

Invasión extraterrestre del planeta. Las criaturas han tomado el control de las mentes humanas tras poseer sus cuerpos. La resistencia tiene dos focos: los que

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La invasión de las ladronas de novios

Invasión extraterrestre del planeta. Las criaturas han tomado el control de las mentes humanas tras poseer sus cuerpos. La resistencia tiene dos focos: los que lograron escapar y los que se rebelan con la mente a la posesión de sus cuerpos, como la joven Melanie Stryder, que convence a su extraterrestre para saltar a la clandestinidad.  

The Host (La huésped) es la primera adaptación de una novela de Stephanie Meyer tras el pelotazo de Crepúsculo. La escritora estadounidense, que ejerce de productora todopoderosa, ha dicho por activa y por pasiva que no se trata de otro capítulo de la saga de los vampiros adolescentes, que estamos ante ciencia ficción adulta, de ahí que eligiera como director a Andrew Niccol, autor de otros títulos del género como Gattaca (1997) o In time (2011).

Pero la cabra tira al monte. Lo importante en The Host es, otra vez, un romance juvenil virtuoso. Territorio clásico de la escritora que puso de moda el vampirismo casto. La colonización alienígena se resuelve aquí en unos cuantos brochazos deslavazados, quizás para que centremos nuestra atención en un nuevo triángulo meyeriano, aunque el frente romántico tampoco esté exento de problemas narrativos.

Dice Meyer que “era muy complicado trasladar a imágenes la historia de dos personajes encerrados en un cuerpo y enamorados de personas distintas”, pero que el director lo resolvió bien. Sin embargo, no se puede decir que se rompieran la cabeza pensando en soluciones visuales al asunto. Simplemente se recurre a una (irritante) voz en off para que la humana poseída charle con su huésped alienígena cuando le viene en gana.

Más interés tienen los equívocos amorosos provocados por la situación. Quizás sólo a una mente como a la de Meyer, inflamada por masas de fans pidiendo un nuevo giro al género del romance adolescente, se le podía ocurrir la idea de dos chicos enamorados de la misma chica… que en realidad son dos chicas. El conflicto sentimental está servido. Por ambos lados. 

“Es raro estar dentro de un cuerpo que no me deja usarlo”, se queja la alienígena (y no se refiere a Stephanie Meyer, sino a su poseída). “Si beso al que te gusta a ti, te enfadas, y si beso al que me gusta a mí, te enfadas también. Es todo muy confuso”, añade. Como si The Host fuera una versión femenina, extraterrestre y pasada de rosca del bolero de Machín: cómo se puede querer a dos hombres a la vez, y no estar loca.

Lo que no está claro del todo es si estamos ante lances sentimentales  dramáticos o cómicos. Con Meyer nunca puede estar uno seguro: la tensión sexual no resuelta de Crepúsculo, que perturbó a tantos adolescentes, tenía mucho de hito del humor involuntario.

Invasión extraterrestre del planeta. Las criaturas han tomado el control de las mentes humanas tras poseer sus cuerpos. La resistencia tiene dos focos: los que lograron escapar y los que se rebelan con la mente a la posesión de sus cuerpos, como la joven Melanie Stryder, que convence a su extraterrestre para saltar a la clandestinidad.