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“En España hay mucho miedo, se ha convertido en un país asustado”
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LOS LÍMITES DE LA REALIDAD, SEGÚN ARANOA

“En España hay mucho miedo, se ha convertido en un país asustado”

DOMADOR DE DRAGONES El director que fuera azote de conciencias con ‘Barrio’ (1998), ‘Los lunes al

Foto: “En España hay mucho miedo, se ha convertido en un país asustado”
“En España hay mucho miedo, se ha convertido en un país asustado”

DOMADOR DE DRAGONES

El director que fuera azote de conciencias con ‘Barrio’ (1998), ‘Los lunes al sol’ (2002) o ‘Princesas’ (2005), vuelve a escena con su primer libro bajo el brazo, ‘Aquí yacen dragones’ (Seix Barral). Se trata de una compilación de pequeños cuentos que suceden al otro lado de la frontera donde termina lo real y comienza lo imaginario, el territorio por explorar de nuestras fantasías (cotidianas). El retorno a la palabra de un escritor que, circunstancialmente, dirigió alguna película.

Sólamente el formato del libro, con tantas pequeñas historias, obliga a contar de otra manera. Esa es la principal diferencia. He tratado de llevar al lector muchos personajes, muchas situaciones y lugares fantásticos, y al mismo tiempo, y esto conecta con mi obra anterior, explicar la vida cotidiana. Una de las apuestas del libro es explicar lo prosaico, lo ordinario, lo cotidiano, de manera fantástica, paradójica, desde un ángulo muy particular.

El libro está escrito en ratos muertos, pero su depuración de estilo no parece producto de la prisa.

Está escrito a lo largo de los años, en paralelo al cine, que es lo que más tiempo me ha ocupado. Hacer cine exige un compromiso con cada historia muy firme y muy largo, lo que me impedía escribir otras historias, manejar otros personajes. Lo sentí como un empobrecimiento, porque cuando era guionista trabajaba a la vez en diferentes proyectos, lo que era más divertido. No poder hacerlo por estar comprometido con una película me llevó a ir escribiendo pequeñas historias. Hace cuatro o cinco años empecé a sentir que esto era más que una vía de escape, un libro con unidad y propósito.

Curiosamente, el título coincide con el de la película de Roland Joffé sobre Escrivá de Balaguer.

Es una leyenda fascinante, que aparecía en los mapas antiguos para indicar ese límite entre lo conocido y lo desconocido, una manera de advertir la posibilidad del peligro y señalizar el comienzo de lo imaginario. Esa frontera me parece un lugar mítico donde empieza la fantasía y donde los escritores comienzan a hacer su función. El libro intenta explicar lo que en el día a día nos parece inexplicable.

Nunca me he sentido cómodo con la etiqueta del hiperrealismoAunque el libro parezca una ruptura con sus películas, su realismo siempre ha estado imbuido de cierta fantasía.

Lo siento así. Ni mis películas son tan realistas ni mis cuentos están tan de espaldas a la realidad. Me gusta trabajar en la frontera entre lo real y lo ficticio, y quiero pensar que el libro tiene esa doble nacionalidad. La realidad es importante en este porque es de lo que se habla, aunque el mecanismo sea más fantástico. En las películas ocurre lo mismo: aunque el código sea más realista, la manera de contar esa realidad tiene una gran importancia. Nunca me he sentido cómodo con la etiqueta del hiperrealismo, para mí la realidad no tiene nada de realista. La realidad está llena de cosas inverosímiles, y está bien que las películas lo cuenten. Me gusta imaginar y explorar los límites de esa realidad. Decía Chéjov que la misión del novelista no era contar las cosas como son, sino como el autor las ve. No puedo estar más de acuerdo.

A sus personajes, la fantasía les sirve de válvula de escape. ¿Y a usted?

Para lo que a cualquiera: es una fuente absoluta de placer e inspiración. Para mí, los mejores libros son los inspiradores, los que te empujan a escribir. Los que te hacen decirte “quiero escribir así”.

¿Y cuáles son?

Me gusta todo, soy muy poco ortodoxo. Mis cuentos preferidos cuando empezaba a escribir eran los de Raymond Carver, los de Tobias Wolff, últimamente he leído los cuentos completos de Julio Ramón Ribeyro, el escritor peruano… Y los que juegan más con lo fantástico, como Cortázar. Si tuviera que mencionar alguno en concreto que me haya influido para este libro, diría algún poema en prosa de Roque Dalton.

¿Escribir y dirigir son actividades muy diferentes?

En lo esencial es parecido, es contar historias. La dirección, sobre todo la puesta en escena y la planificación, es una gramática, tiene unas reglas. Tienes que aprenderlas, y puedes mejorarlas o romperlas, pero es un lenguaje como el escrito. Pero el proceso es muy distinto, se necesitan dos almas, dos personalidades casi opuestas, para escribir o rodar. Escribir es más solitario, rodar es mucho más social. Es un poco esquizofrénico.

Un amigo me dijo que lo que más se parecía a escribir, en el cine, era montar una película.

Completamente. Quizá por eso siempre me haya gustado el montaje, ese momento en el que regresas a la escritura del guión. Reescribo más en montaje que en el set, donde intento pegarme a lo que está escrito. En montaje vuelves a trabajar solo, con un montador, y vuelve la calma.

¿Es un director que escribe o un escritor que dirige?

Durante mucho tiempo, cuando he impartido algún taller, me he sentido más cómodo haciéndolo de escritura de guiones. Los guionistas son muy autores de las películas, es donde nace la historia y aparecen los personajes. Son tan autores como el director. Es cierto que, después de Amador, me siento más cómodo en el papel de director, de hecho tengo ganas de volver al rock and roll del rodaje. Algo que hace diez años no me habría apetecido. Sabía que tenía que rodar yo, pero había algo en mí que me decía “¡uf! Otra vez a rodar…” Ahora me divierte.

Está bien que las cifras del paro pasen a ser historias¿Cree que cuanto peor está el país, mejores son sus películas? Siguiendo esa lógica, la próxima será una obra maestra.

Por favor, ¡que no lo diga! (Risas) Me lo comentan a menudo, pero estoy orgullo de haber hecho Los lunes al sol cuando la hice, el tema del paro era un tema importante en ese momento, como lo es ahora, pero que no estaba sobre la mesa. Las películas se hacen cuando tienen que hacerse, y pensando en que tengan validez ahora y dentro de veinte años. Esas historias de parados y desahuciados, relatadas desde su intimidad, están ahora en las portadas de los periódicos. Está bien que se cuenten y que los medios se tomen ese trabajo, que las cifras pasen a ser historias, que es lo que me proponía yo con Los lunes al sol.

¿Es complicado sacar adelante un proyecto cinematográfico en España en estos momentos?

Aparte de que hay menos medios, quizá el problema mayor es la incertidumbre, no saber qué va a pasar con la Ley de Cine, si va a haber desgravaciones, si no… No se sabe. Y como no se sabe, es difícil ponerlo en pie. Las películas son caras, asumes muchos riesgos. Como los que hacemos cine somos muy cabezotas, cuando tienes la necesidad de contar y vocación, seguimos haciéndolo. Se han contado historias desde que el mundo es mundo, y eso no se acaba en 2013. Pero hay que ponerle ganas y empeño.

El modelo de superproducción supone una rendición a la entrada del inglésEl modelo parece estar evolucionando hacia una gran polarización: grandes producciones como Lo imposible y otras mucho más pequeñas.

Es algo que se anunciaba hace diez años, incluso lo he leído como recomendación: “El cine tiene que ser así, o grandes películas o pequeñas”. La gente tiene que saber que esas películas sólo se pueden hacer en inglés y con protagonistas americanos, y la gente tiene que saber que, en general, las pequeñas no se pueden estrenar. Si queremos que ese sea el modelo del cine español, está bien, es a lo que vamos, pero no creo que ninguno de los dos extremos deba ser el de nuestro cine. Me parece muy bien que se hagan los dos, pero creo que en medio hay un montón de historias que se deberían poder contar, y que son las que están encontrando más dificultades. El modelo de superproducción supone una rendición a la entrada del inglés y con estrellas extranjeras. Si queremos que el cine español sea así, será complicado, porque no se harán más de dos películas al año. Será un empobrecimiento absoluto.

¿Irá a los Goya?

No, sólo voy cuando tengo alguna película nominada. Pero los veré en casa como siempre. Hay mucha gente que quiere ir, siempre hay tortas.

En 2003, el No a la Guerra protagonizó la gala. ¿Ocurrirá este año algo semejante?

No lo sé. Creo que la única respuesta es que cada uno actúe respecto a su conciencia, tan equivocados son los llamamientos a no hacer nada como los llamamientos a hacer algo. Aquí somos todos adultos y cada cual es muy libre de decir lo que quiera, dedicarle el premio a su madre o quejarse de los recortes. Es mala idea tanto intentar prohibirlo como decir qué es lo que hay que hacer.

Son momentos difíciles, pero te reconforta ver que hay gente muy valiente que dice lo que piensaNo sé cómo ve España ahora mismo. Hay lucha, pero también una gran decepción.

Lo que hay es mucho miedo, es un país más asustado. A veces, con motivos, y a veces porque se nos invita a tenerlo. Son momentos difíciles, pero te reconforta ver que hay gente muy valiente que dice lo que piensa. Ese equilibro se va a dar siempre. No me parece un país rendido, con la rodilla hincada en el suelo. Todos los días se ven cosas que son un estímulo.

Muchos movimientos surgidos recientemente han sorprendido incluso a sus propios integrantes.

El 15M ha sido muy espontáneo, aunque se intente vender lo contrario. Las cosas que más fuerza tienen son las que funcionan de esa forma, lo organizado es más sospechoso. Cuando las cosas ocurren así, hay que tomar nota de ellas, cuando sucede de esa manera es por algo. La realidad va siempre por delante de la legislación y las decisiones de los gobiernos, que van por detrás adaptándose a los hechos consumados. Sería de agradecer que fuese al revés, que tuviésemos dirigentes con capacidad de ir por delante y no esperar que las cosas sean inevitables para organizarlas o legislarlas.

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