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Cuatro maneras crueles de fastidiar a tope a tu pareja (sin decir una sola palabra)
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Cuatro maneras crueles de fastidiar a tope a tu pareja (sin decir una sola palabra)

Puedes mostrar tu desaprobación y desprecio hacia una persona sin usar una sola palabra desagradable o un tono negativo. Ten cuidado, tu lenguaje no verbal puede destrozar tus relaciones

Foto: "Vaya, parece que se ha tragado el 'no estoy enfadada'. Voy a poner más cara de mosqueo a ver si lo pilla". (Corbis)
"Vaya, parece que se ha tragado el 'no estoy enfadada'. Voy a poner más cara de mosqueo a ver si lo pilla". (Corbis)

Todos los días nos comunicamos a través de gestos que expresan mucho más que cualquier palabra que podamos decir en voz alta. Pero este tipo de comunicación no siempre transmite cariño y el lenguaje corporal que estés utilizando podría destruir tu relación.

Esos molestos suspiros eternos que no dicen nada pero demuestran hastío y pereza, cuando te tomas el café de la mañana de un sorbo mirando al infinito y sin dirigirle ni una palabra, o esos paseos en los que vas con los brazos cruzados y manteniendo una distancia de seguridad de al menos 20 centímetros. Te crees que nadie se está dando cuenta de que estás siendo un ogro, pero a la larga, todas estas muestras silenciosas están hiriendo a tu pareja.

Sabes que a través de estos mensajes no verbales puedes salirte con la tuya o, simple y llanamente, castigar a tu pareja para que se sienta mal. El leitmotiv ya es cosa tuya.

¿No habría sido más sencillo decir directamente lo que querías en lugar de sobrecargar la “conversación” de energía negativa?

Sin pronunciar ni una sola palabra, “a lo largo del día envías mensajes no verbales a tus amigos, familiares y compañeros que se traducen alto y claro en un ‘¡déjame en paz!’, ‘estoy ocupado’, ‘te estoy prestando atención’, ‘te quiero’ o ‘atrás, imbécil’”, explica Resmaa Menakem en su libro 'Rock the Boat: How to Use Conflict to Heal and Deepen Your Relationship'(Hazelden).

Muchas veces emitimos vibraciones positivas o negativas inconscientemente, perono nos engañemos, en lo que a relaciones sentimentales se refiere sabemos perfectamente que estamos hiriendo a nuestra pareja y está captando el mensaje: su actitud, comentarios o actividades te molestan infinitamente.

Menakem cree que hay cuatro actitudes comunes que son las responsables de que una pareja esté abocada al fracaso. Puedes tratar de frenarlas para salvar tu relación, o usarlas más a menudo hasta que consigas destruirla. ¿Lo mejor? Siempre podrás refugiarte en los ‘pero si yo no he dicho nada’ y lavarte las manos.

1. Utilizar el silencio como castigo

Cuando tu pareja toma una decisión crucial en su vida lo suyo sería que le apoyases escoja la opción que sea. Pero, ¿qué pasa cuando hace justo lo contrario a lo que tú querías en realidad? Menakem explica que puedes mostrar tu desaprobación y desprecio sin usar una sola palabra desagradable o un tono negativo: tu silencio ante su excitación e ilusión por sus novedades vitales lo dirá todo.

“Tu pareja inmediatamente capta este mensaje cargado de vibraciones negativas como un puñetazo en el estómago”, continua el autor. Cualquier cosa que hubieses comentado, incluso un ‘bueno, podría estar mejor’, es mejor que no decir absolutamente nada. Es el arte de la sutil crueldad: violencia silenciosa que no deja huellas visibles.

Tu pareja se sentirá dolida por tu falta de empatía y conexión con sus novedades. Claro que cuandoreaccioney se muestre enfadada por tu actitud, siempre puedes disimular, decir que no has dicho ni hecho nada e incluso defenderte alegando que está reaccionando exageradamente. Además, esta técnica se puede ir mejorando con el tiempo añadiendo un pequeño gesto, un ligero cambio en tu postura, una mirada perdida o usando un tono de voz diferente. “Con pequeños gestos microagresivos o sencillas expresiones faciales puedes transmitir claramente el siguiente mensaje: Sólo te amo cuando haces lo que quiero, y si me parece mal, te voy a hacer pagar por ello’”, explica Menakem.

2. Hacerte la víctima

La mejor estrategia para aquellos que les gusta tenerlo todo controlado sin que se note. Por ejemplo, si el día que te habías comprometido a acudir a un evento con tu pareja –pongamos, la comunión de su sobrina– que no te apetece nada, te empiezas a “encontrar fatal”. Lo comentas de soslayo y decides actuar como un auténtico enfermo, con malas caras, suspiros infinitos y pequeños gruñidos casi imperceptibles. Pretendes salirte con la tuya e intentas por todos los medios que quede claro que estás haciendo el esfuerzo de tu vida a cambio de nada.

Siempre puedes disimular, decir que no has dicho ni hecho nada e incluso defenderte alegando que está reaccionando exageradamente

Lo más probable es que al final te diga que no hace falta que vayas y, aunque eso era lo que buscabas, empieces a hacerte el sorprendido con preguntas como ‘pero, ¿por qué?, ‘No entiendo nada, ¿qué está pasando?’ incluso unos dramáticos ‘¿qué pasa?, ¿es que no quieres que vaya?’, y actúes como si fueras la víctima de su repentina mala energía.

“Felicidades, has conseguido lo que querías ignorando los sentimientos de tu pareja, y tienes la oportunidad de convertirla en la mala de la película actuando como si tu fueras la víctima”, sentencia el autor.

3. Intimídale modulando la voz

El enfoque contrario al anterior. Quieres algo y no piensas aceptar un no por respuesta pero en lugar de utilizar el silencio escoges el camino contrario. Empiezas a hablar sin parar hasta aturdirle y “vas aumentando el volumen de tus palabras con el objetivo de verter una tonelada de energía negativa en tu pareja y crear el efecto de olla a presión”, ejemplifica Menakem.

Más trucos, si además de subir o bajar el tono, le hablas muy despacio como si fuese un niño pequeño que no te entiende, vas en buen camino. Decir, no has dicho nada negativo, pero tus modulaciones tonales hablan por sí mismas.

Cuando por fin haya captado tu mensaje y lo que verdaderamente se escondía detrás de tu show, puedes preguntarte: ¿no habría sido más sencillo decir directamente lo que querías en lugar de sobrecargar la “conversación” de malas vibraciones? Que igual no, ¿eh?

4. “Que sí, que sí…”: cómo hacerle el vacío

Ignorar a una persona sin hacerlo descaradamente es todo un arte, especialmente cuando se está manteniendo una conversación. La clave está en dar una muestra de atención justo al principio y después pasar olímpicamente de lo que diga. Desquiciante para el interlocutor, estará convencido de que te interesaba su opinión sobre el tema –que, además has empezado tú–, pero no, lo que tenga que decir no te interesa en absoluto y pretendes que lo note.

Es un juego de poder basado en que sólo tus argumentos o temas de conversación son los interesantes. No estás conversando, estás controlando la situación y sólo estarás al cien por ciencuando seas tú el protagonista. Menakem expone algunos ejemplos en los que se utiliza esta táctica:

- Tu pareja empieza a contarte alguna anécdota que le ha pasado en el día. Finges escuchar brevemente y cambias de tema antes de que termine.

- Empezáis una discusión como no estás de acuerdo con su postura, mientras tu pareja habla te dedicarás a contestar emails, mandar mensajes por el móvil o navegar por internet, incluso interrumpirás la conversación para hacer una llamada telefónica que ni siquiera es urgente.

- Finges prestar atención diciendo periódicamente ‘ajá’ o ‘anda ¿sí?’ pero en realidad no te interesa lo más mínimo la conversación. En un momento dado haces que se note utilizando un tono de aburrimiento total que haga ver que te hastía que todavía estéis hablando del mismo tema.

- Contestaciones indiferentes con un tono monótono como ‘no me importa’ o ‘haz lo que sea’ que hagan ver que no te interesa nada de lo que dice cuando en realidad sí. Al rato mostrarás que querías haberlo hecho de otra y que por su culpa todo está saliendo mal.

Sin decir nada puedes transmitir el siguiente mensaje: sólo te amo cuando haces lo que quiero, y si me parece mal, te voy a hacer pagar por ello

Antes de herir a tu pareja con estos trucos, quizás debas plantearte que ha llegado el momento de ser honesto y hablar abiertamente de tus sentimientos que, claramente, parecen haberse convertido más en desprecio y dejadez que en amor y complicidad. Trata de solucionarlo o decide si quieres seguir en esa relación, pero deja de hacerte el mártir y manipular conversaciones.

Todos los días nos comunicamos a través de gestos que expresan mucho más que cualquier palabra que podamos decir en voz alta. Pero este tipo de comunicación no siempre transmite cariño y el lenguaje corporal que estés utilizando podría destruir tu relación.

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