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Las tasadoras sobreviven a pesar de reducir un 40% sus ingresos y un 70% sus beneficios
  1. Vivienda
AGUANTAN GRACIAS A SU ESTRUCTURA DE COSTES

Las tasadoras sobreviven a pesar de reducir un 40% sus ingresos y un 70% sus beneficios

Han reducido sus ingresos en un 40%. Han visto cómo se evaporaban más de un millar de puestos de trabajo y han echado el cierre a más

Foto: Las tasadoras sobreviven a pesar de reducir un 40% sus ingresos y un 70% sus beneficios
Las tasadoras sobreviven a pesar de reducir un 40% sus ingresos y un 70% sus beneficios

Han reducido sus ingresos en un 40%. Han visto cómo se evaporaban más de un millar de puestos de trabajo y han echado el cierre a más de sesenta sucursales. Las tasadoras no han sido ajenas a la crisis pero en el mercado sigue operando prácticamente el mismo número de compañías que antes del estallido de la burbuja: 57 tasadoras en 2007 frente a las 55 de 2010. Todas ellas, según los últimos datos del Banco de España, están activas.

Fuentes del sector explican esta situación por su estructura de costes. “Las tasadoras son principalmente empresas de servicios. En la mayoría de los casos las oficinas están amortizadas, los costes no requieren apenas de endeudamiento y al trabajar con tasadores independientes que van comisión, los costes fijos no son tan elevados como en otros tipos de compañías”, asegura un directivo de una de las mayores tasadoras de España.

En las épocas de vacas gordas –en el año 2007- los ingresos del sector llegaron a superar los 550 millones de euros. El año pasado, la cifra se redujo a 324 millones. Las tasadoras se han apretado el cinturón como también ha quedado reflejado en sus gastos: de 477 millones a poco más de 300 millones lo que se ha traducido en una reducción de sus beneficios cercana a 70%.

La crisis inmobiliaria ha pasado factura a todos los segmentos del mercado. Las tasaciones de edificios de uso terciario –naves logísticas e industriales- se desplomaron un 60% en 2010, las de oficinas un 10%, el mismo porcentaje que las de locales comerciales. 

Entre las supervivientes existen once participadas por entidades financieras después de que el  año pasado Tinsa, uno de los peces gordos del sector –participada por la Ceca, la patronal de las cajas de ahorros- pasara a manos de la firma de capital riesgo Advent en una operación valorada en 100 millones de euros con la que se hizo con el 94,5% del capital. El 5,5% restante se mantiene en manos de sus fundadores.

De esta manera, el grupo de tasadoras relacionadas con entidades de crédito han pasado a realizar el 44% del número de tasaciones en 2009 al 21% en 2010, concentrando ese año el 19% de los ingresos, frente al 47% de 2009.

Además, en 2010 se produjo una baja, por la fusión por absorción de Innotasa por Arco Valoraciones, y el alta de dos nuevas, Insituto de Valoraciones y Aseval. 

El sector continúa concentrándose principalmente en dos compañías: Sociedad de Tasación y Tinsa. Ambas se repartieron el año pasado un tercio de las tasaciones y del importe tasado. 

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Han reducido sus ingresos en un 40%. Han visto cómo se evaporaban más de un millar de puestos de trabajo y han echado el cierre a más de sesenta sucursales. Las tasadoras no han sido ajenas a la crisis pero en el mercado sigue operando prácticamente el mismo número de compañías que antes del estallido de la burbuja: 57 tasadoras en 2007 frente a las 55 de 2010. Todas ellas, según los últimos datos del Banco de España, están activas.