Roquetas de Mar: planes para descubrir esta localidad almeriense más allá de sus playas
Es uno de los destinos de sol y playa más populares de Almería, pero este municipio esconde otros secretos, como su pradera de posidonia oceánica o la Reserva Natural de Punta Entinas-Sabinar
Zonas desérticas que conviven con montañas, playas rocosas y dunas; además de multitud de invernaderos donde se cultiva gran parte de la huerta que llega a nuestras mesas. Así es el paisaje que nos regalan los más de 200 kilómetros que comprende la Costa de Almería. Esta heterogeneidad se sucede de un extremo a otro. En el suroeste, por ejemplo, los acantilados dan paso un litoral más llano, donde uno de los municipios más destacados, y muy cercanos a la capital, es Roquetas de Mar.
Esta localidad es uno de los destinos de sol y playa más popular de Almería. En sus 16 kilómetros encontramos nueve playas, seis de ellas urbanas, caracterizadas por su cuidado, limpieza, seguridad y accesibilidad. Sin embargo, Roquetas de Mar es mucho más. En el contexto de Fitur 2024, que se celebra en Ifema del 24 al 28 de enero, te contamos todo lo que puedes hacer en el municipio.
Deportes náuticos, buceo, golf…
Gracias al clima de la región, con temperaturas suaves en otoño e invierno y muchas horas de sol al año, es posible practicar ejercicio al aire libre prácticamente durante los 12 meses. Al ser una zona de costa, los reyes son los deportes náuticos. En aguas roqueteras pueden verse personas practicando kitesurf, windsurf, paddle surf (SUP), vela ligera, catamarán o kayak. De hecho, son numerosas las empresas que ofrecen cursos de estas disciplinas, muchas de ellas ubicadas en el puerto deportivo.
El fondo marino almeriense es uno de los más atractivos. De hecho, Roquetas de Mar presume de tener un gran bosque bajo el agua: la Pradera de Posidonia Oceánica. Ese paisaje atrae a submarinistas de todas partes del mundo. También es muy común ver a bañistas enfundarse sus máscaras, gafas, tubos y aletas para hacer snorkel y disfrutar de la posidonia sin tener que sumergirse.
Ya en tierra firme, la Reserva Natural de Punta Entinas-Sabinar se abre paso para los amantes de la naturaleza. Hay multitud de senderos para recorrer a pie o en bicicleta.
Roquetas de Mar también es destino para los triatletas o los golfistas, con algunos greens como el Club de Golf Playa Serena de 18 hoyos. Toda esta tradición deportiva se traslada también a la celebración de varios eventos nacionales e internacionales como la Vuelta Ciclista España o el Campeonato de España de Triatlón.
Posidonia oceánica y avistamiento de aves
A medio camino entre Roquetas de Mar y El Ejido se extiende, durante un kilómetro, la Reserva Natural de Punta Entinas-Sabinar. Este espacio de gran valor natural combina playas arenosas, sistemas de dunas fijadas por matorral mediterráneo, salinas (Cerrillos y Salinas Viejas) y pequeñas charcas que, en su conjunto, dan lugar al humedal de la Ribera de la Algaida. Una zona que es el hogar de numerosas especies de aves que la eligen como alto en el camino de sus rutas migratorias. Allí se puede avistar desde flamencos, correlimos de distintos tipos, archibebes o agujas hasta gaviotas. Un paraíso para aquellos que gusten del turismo ornitológico.
La flora varía en función de los ecosistemas, mostrando una gama cromática de colores tierra, verdes y azules, que incluso se extienden hasta el mar. Del carrizo y tiraje de las zonas más cercanas del humedal, a la sabina y el espino negro, el lentisco o el barrón de las dunas, para terminar con la colonia más occidental del Mediterráneo de posidonia oceánica.
Y finalmente, sus nueve playas, la mayor parte de ellas urbanas e ideales para tumbarse al sol y disfrutar de un día en familia. Una de las más famosas es la de Aguadulce. Aunque todas ellas están distinguidas con certificaciones, como la Q de calidad, la S de sostenibilidad, Ecoplayas o Bandera Azul, que reconocen su limpieza y cuidado.
Mar y huerta
Como no podía ser de otro modo, la gastronomía de Roquetas de Mar está muy influenciada por el mar. Un recetario donde pescados y mariscos, como salmonete, breca, pargo, lubina, dorada, gallo pedro, gallineta, gambón, cigala, quisquilla o gamba blanca, son la base de su cocina. Podemos comerlos de diversas maneras (fritos, en cuajadera -recipiente similar a una fuente de horno-, al horno, a la plancha…) y siempre combinados con otras de sus señas de identidad, el tomate y otros productos de la huerta.
Sus platos son un paseo para la historia. El caldo de pescado o el arroz aparte reflejan la tradición marinera de la zona, mientras que el escabechado, de origen árabe, nos muestra la herencia de sabores y formas de cocinar que dejaron civilizaciones pasadas.
Te recomendamos que te des un paseo por las inmediaciones del Puerto Pesquero para disfrutar de los sabores roqueteros: el arroz o gurullos con bogavante, paella marinera, trigo, cazuela de fideos con rape, fideguá…
Festivales de música y otras actividades culturales
Y finalmente, la cultura que no está relegada únicamente al verano, cuando aumenta considerablemente la población del municipio. Además de su programa estival A pie de calle, con talleres, exposiciones y otras actividades que abarcan prácticamente todas las artes, se celebran varios festivales de música como el Mare Musicum, el Almeriblues o el Pulpop.
En el municipio también se organizan las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro, la Semana del Libro o del flamenco. Su Teatro Auditorio, que este año celebra su XX aniversario, es el centro neurálgico de la programación cultural.
Por último, dos joyas arquitectónicas: el Castillo de Santa Ana, una fortificación del siglo XVII, que durante años sirvió para guarecerse de los ataques de piratas y corsarios, y que más tarde fue destruida, quedando en pie una única torre. Y el Faro de Roquetas de Mar, del siglo XIX, uno de los lugares más fotografiados por los visitantes desde donde disfrutar de los bellos atardeceres mediterráneos.
Zonas desérticas que conviven con montañas, playas rocosas y dunas; además de multitud de invernaderos donde se cultiva gran parte de la huerta que llega a nuestras mesas. Así es el paisaje que nos regalan los más de 200 kilómetros que comprende la Costa de Almería. Esta heterogeneidad se sucede de un extremo a otro. En el suroeste, por ejemplo, los acantilados dan paso un litoral más llano, donde uno de los municipios más destacados, y muy cercanos a la capital, es Roquetas de Mar.