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Del turismo de lujo a las profundidades del mar: la ciudad hundida de Baia
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El pasado bajo el agua

Del turismo de lujo a las profundidades del mar: la ciudad hundida de Baia

Junto a Pozzuoli y Miseno, Baia se elevaba como una de las áreas comerciales más famosas del Imperio Romano, el punto de encuentro de la élite de aquel momento. Ahora, las tres aguardan sumergidas como parque arqueológico

Foto: Restos sumergidos del ninfeo del emperador Claudio en el Parque Arqueológico Subacuático de Baia. (Wikimedia)
Restos sumergidos del ninfeo del emperador Claudio en el Parque Arqueológico Subacuático de Baia. (Wikimedia)

Estamos en el Campi Flegrei, del griego "tierra ardiente", una caldera volcánica ubicada en el noroeste del golfo de Nápoles. En esta zona de Italia, de origen volcánico, como su nombre bien indica, se da el fenómeno del bradiseísmo. Se trata de una subida o bajada del nivel del suelo, un proceso natural relativamente lento en la escala de tiempo humana, pero muy rápido en comparación con los tiempos geológicos.

Los resultados de estos movimientos son visibles sobre las aguas del mar, pero especialmente bajo ellas. No solo porque allá donde el ojo humano no llega con la misma facilidad que en tierra tiene lugar los epicentros mismos del devenir terrestre, sino porque este, a veces, inunda lo que una vez fue superficie.

Foto: Fuente: iStock

Sabemos bien que la civilización moderna de hoy se ha elevado, a menudo, sobre los pilares de civilizaciones pasadas, que bajo nuestros pies existió la vida, que en silencio permanece casi intacta sin ser vista. De la misma forma que la tierra arrastra muros, el agua se ha llevado consigo pueblos enteros. Sus profundidades resultan más inciertas, habría que embotellar demasiado oxígeno para pasearse por ellos, y no hay ninguna otra forma de devolverlos al aire. Pero entre leyenda y leyenda alimentadas por estas dificultades, hay quien ha sostenido su respiración lo suficiente como para retratar la arqueología ahora marina, y así evidenciarla. Este es el caso de la antigua ciudad de Baia o Baya en español.

Escenario de la élite romana

Fue uno de esos sitios de gran importancia en la época romana. Junto a Pozzuoli y Miseno, Baia se elevaba como una de las áreas comerciales más famosas del Imperio, algo así como el punto de encuentro de la élite de aquel momento, el lugar turístico del lujo por excelencia. Ahora, las tres aguardan sumergidas el paso de los siglos como parque arqueológico.

placeholder Vista aérea de Campi Flegrei y Pozzuoli. (Wikimedia)
Vista aérea de Campi Flegrei y Pozzuoli. (Wikimedia)

Baiae se construyó en la península de Cumaean, originalmente como un puerto. Sin embargo, no tardó en convertirse en puerta de entrada para la élite hacia el comienzo del Imperio Romano. Antes de su desenlace, fue el lugar de vacaciones más popular entre los miembros destacados de aquella aristocracia: Julio César, Nerón, Calígula, Augusto, Pompeyo el Grande, Marco Antonio, Septimio Severo... todos acudieron a ella. De hecho, muchos tenían sus propias villas construidas allí. Vamos, un auténtico núcleo de segundas residencias para ricos.

placeholder (Parco Sommerso di Baia/Parco Archeologico Campi)
(Parco Sommerso di Baia/Parco Archeologico Campi)

Una "guarida de libertinaje y vicio", un "vórtice de lujo". Baia era, como afirman los historiadores que la han estudiado, el centro de la cultura del libertinaje, el prólogo antiguo de Las Vegas. Las fiestas en aquellas playas eran el día a día, y la diversión estaba asegurada bajo las directrices de entonces. "Las mujeres solteras son propiedad común, los hombres mayores se comportan como niños pequeños y muchos niños pequeños actúan como niñas", fue lo que escribió sobre ella el erudito Marcus Terentius Varro.

Aguas termales con consecuencias

Desde este plano, habría que darle un buen repaso a aquella moral que, desde luego, está muy lejos de llamar a la diversión en la actualidad, pero aquel era el ambiente que entonces atraía a las clases poderosas. Aunque no solo por aquellas prácticas se hizo famosa Baia. Como explica Amanda Ruggeri en la BBC, también fue muy conocida por sus aguas termales, sus preciosos mármoles, mosaicos y esculturas. En definitiva, todo en Baia brillaba y deslumbraba. Allí no había luz artificial, pero el brilli brilli era ya filosofía.

Precisamente aquella carga de adornos y decorados, el peso de todo el atrezzo de la fiesta de la época, fue lo que provocó su final. "Los romanos tenían pocas formas de saber cuándo se avecinaba una erupción o un terremoto. Estaban casi indefensos cuando se trataba de proteger su ciudad contra la invasión del mar", explica Ruggeri.

placeholder Estampa antigua de la erupción de un volcán en la zona del golfo de Nápoles a principios del siglo XIX. (Wikimedia)
Estampa antigua de la erupción de un volcán en la zona del golfo de Nápoles a principios del siglo XIX. (Wikimedia)

Cuando llega el calor… ya sabemos, pero la misma actividad volcánica subterránea que llevó agua caliente a la superficie de Baiae estableciéndola como la capital imperial del hedonismo también provocó su caída. De repente, un día, toda la tierra que la sostenía cayó más de seis metros bajo sí misma. Lo que ocurrió es científicamente entendido como el vaciamiento de la cámara de magma subyacente a una superficie, en resumen denominado bradiseísmo.

El supervolcán inquieto

Así dicho, resulta una catástrofe similar a la de Pompeya. Mucha gente pudo haber muerto, enterrada en este caso por el mar Tirreno, pero no. El derrumbamiento sucedió en algún momento del siglo XVI. Para entonces, Baiae ya era una mera sombra de su antigua magnificencia. Los días de gloria de Baiae habían llegado a su fin ocho siglos antes con las invasiones bárbaras y las incursiones de los gobernantes musulmanes en territorio romano.

placeholder Estatua de Ulises entre los restos sumergidos del ninfeo del emperador Claudio. (Wikimedia)
Estatua de Ulises entre los restos sumergidos del ninfeo del emperador Claudio. (Wikimedia)

"Hace treinta años, el pequeño puerto de Baia fue dragadoque, en aquella época, además de los veleros que atracaban allí para la carga de puzolana, servía también de atraque de los barcos de línea a Procida e Ischia. Pero las profundidades eran poco profundas y los aterrizajes arriesgados; los documentos del Almirantazgo marcaban bajíos sumergidos en limo; se necesitó una draga y un balde resistente para sacar los secos del fondo. Una vez iniciado el trabajo y bajado el balde al agua para morder y arrancar, se vio que en lugar de bajíos y rocas, jirones de la fábrica, pedazos de pisos de mosaico, fragmentos de mármol y algunos miembros desgarrados de una estatua salían entre las mandíbulas del balde. Era el Lido di Baia que resumía desde el fondo de las aguas, el Lido de la Bahía sumergido por el bradiseísmo que lo había hundido lentamente a lo largo de los siglos, en al menos un milenio y medio de años", explicaba A. Maiuri en un artículo titulado "Arqueología anclada" y publicado en 'Le vie dell'Italia' en marzo de 1958.

El área de Campi Flegrei o Campos Flégreos en español es más que una (irregularmente) amenaza dormida, como subraya Ruggeri. Bajo sus suelos, un supervolcán “inquieto” que da nombre a la zona es la razón por la que gran parte de lo que ahora se conoce como un ejemplo único en el área mediterránea de protección arqueológica y naturalista submarina nunca ha dejado de estar en riesgo tanto indirectamente, gracias al efecto del mar sobre los artefactos, como directamente, en términos de la amenaza de terremotos u otra erupción volcánica.

placeholder Estatua de Antonia Minore en el Ninfeo de punta Epitafio. (Wikimedia)
Estatua de Antonia Minore en el Ninfeo de punta Epitafio. (Wikimedia)

No obstante, un equipo de arqueólogos e ingenieros está desarrollando nuevas tecnologías sorprendentes para proteger este espectacular sitio submarino para que continúe como hasta ahora durante generaciones futuras. Mientras tanto, siguen descubriendo nuevas zonas hasta la fecha ocultas. En 2020, explican desde el portal de 'Napoli Turistica', se identificó un complejo termal con un mosaico policromado de "rara belleza" entre estructuras conocidas como el Ninfeo de Claudio y la Villa dei Pisoni.

Las investigaciones siguen en curso, el trabajo de búsqueda también, pero es posible visitarlo. Para ello es imprescindible acudir en compañía de personal de los centros subacuáticos autorizados por el propio Parque Arqueológico de los Campos Flégreos y el Parque Sumergido de Baia. Aunque también puedes limitar tu visita a encontrarte en la superficie con los hallazgos del yacimiento que se han extraído del agua y ahora se exponen en el Museo, en el interior del Castillo Aragonés de Baia.

Estamos en el Campi Flegrei, del griego "tierra ardiente", una caldera volcánica ubicada en el noroeste del golfo de Nápoles. En esta zona de Italia, de origen volcánico, como su nombre bien indica, se da el fenómeno del bradiseísmo. Se trata de una subida o bajada del nivel del suelo, un proceso natural relativamente lento en la escala de tiempo humana, pero muy rápido en comparación con los tiempos geológicos.

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