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Estos son los museos más raros del mundo que puedes visitar este verano
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Exponen los objetos más comunes

Estos son los museos más raros del mundo que puedes visitar este verano

No en todos los museos se admiran obras de arte: algunos llaman la atención precisamente por albergar colecciones de lo más extravagantes

Foto: Museo del Ramen instantáneo en Yokohama (Japón)
Museo del Ramen instantáneo en Yokohama (Japón)

Hay museos que no requieren de presentaciones. Basta nombrarlos para comprender su magnitud e importancia: el Museo del Prado, el Museo del Louvre o el British Museum son solo algunos ejemplos. Sin embargo, existen otros totalmente alejados de la idea convencional de espacios museísticos. Las piezas que atesoran, que a su vez se alejan del arte propiamente dicho; su ubicación, y su apuesta por sorprender con colecciones realmente extrañas los hacen únicos y cuanto menos curiosos.

Faloteca Nacional de Islandia (Reikiavik, Islandia)

placeholder Faloteca Nacional de Islandia (Foto:Civitatis)
Faloteca Nacional de Islandia (Foto:Civitatis)

Lo que comenzó en 1997 siendo una misión de investigación biológica, terminó por convertirse en una exposición abierta al público donde es posible encontrar diferentes ejemplares de falos. La Faloteca Nacional de Islandia cuenta con más de doscientos tipos de penes distintos (o parte de ellos) pertenecientes a los mamíferos que habitan en Islandia. En ella se puede ver desde un pene de un hámster que mide 2 milímetros, hasta el de un cachalote de 1,70 metros de longitud y más de 70 kilos. Por supuesto, también se puede encontrar miembros viriles humanos, en concreto tres, que fueron donados al museo tras el fallecimiento de estas personas.

Museo Subacuático de Arte (Cancún, México)

placeholder Museo subacuático en Cancún (Foto: Civitatis)
Museo subacuático en Cancún (Foto: Civitatis)

El MUSA se inauguró en 2009 y, además de ser único, también es uno de los museos más raros del mundo. Alberga más de quinientas esculturas sumergidas, que se han convertido en el hogar de la variedad de criaturas marinas de la zona, especialmente el coral. Para visitar este museo hay que enfundarse un traje de neopreno y descender unos seis metros por las cristalinas aguas de la Riviera Maya, y disfrutar así de una experiencia en la que arte y medioambiente se fusionan de una manera única.

Museo del Ramen Instantáneo (Osaka, Japón)

Los amantes de los fideos más famosos de Asia están de enhorabuena con este museo de Osaka. En él se encuentran una amplia gama de fideos instantáneos expuestos como si una obra de Velázquez se tratase. El Momofuku Ando Instant Ramen Museum, además de tener un nombre difícil de recordar, es otro de los museos más extravagantes del mundo.

placeholder Fuente: iStock
Fuente: iStock

En su interior, el visitante aprenderá cómo se elabora este plato tradicional japonés, los tipos de fideos que se utilizan, cómo se prepara el caldo, etc. A pesar de esto, el museo expone únicamente la versión rápida y precocinada. Además, en este lugar no solo se puede conocer la historia del ramen, también existe la posibilidad de participar en talleres de cocina y degustaciones.

Museo del Collar de Perro (Leeds, Reino Unido)

En la casa solariega del castillo de Leeds existe una exposición permanente de collares para perros que, pese a lo extraño de la misma, visitan cada año medio millón de personas. Inspirada en el amor que tuvo la antigua propietaria de la casa por estos animales, la exhibición cuenta con más de un centenar objetos únicos, así como documentos históricos de los accesorios caninos de diversas épocas. Incluso se pueden contemplar collares para perros que datan de los siglos XV y XVI.

Foto: Foto: iStock.

Museo del Arte Malo (Massachusetts, Estados Unidos)

Ubicado en un antiguo sótano de un pueblo de Massachusetts, Estados Unidos, se encuentra uno de los museos más raros del mundo: el Museo del Arte Malo. Retratos deformes, colores chillones, perspectivas inimaginables… En sus paredes se pueden ver expuestas más de seiscientas obras que no imaginaríamos en museos como el Prado o el Louvre. En definitiva, un espacio que celebra la labor de los artistas cuyo trabajo no sería reconocido ni apreciado en ningún otro lugar más que este.

El Museo de las Relaciones Rotas (Zagreb, Croacia)

¡Si se acabase el amor… ¿Qué se haría con tantos regalos, cartas o poemas románticos? Sería una pena que todos esos recuerdos acabasen en la basura. Así surgió otro de los museos más raros del mundo, en Zagreb, Croacia. El Museo de las Relaciones Rotas fue fundado por una pareja que, tras la ruptura, decidieron recopilar todo lo que compartieron en cuatro años de relación: libros, cafeteras, cucharas, zapatos, regalos de San Valentín… Además de sus pertenencias, en el museo se exponen objetos de amigos que pasaron por la misma situación

El Museo de la Caca (Castelbosco, Italia)

placeholder Museo de la Caca en Italia (Foto: Civitatis)
Museo de la Caca en Italia (Foto: Civitatis)

En el Museo de la Caca, ubicado en Castelbosco, al norte de Italia, podemos encontrar excrementos de vacas que han sido reconvertidos en esculturas. El propietario, Giantonino Lucatelli, decidió aprovechar el estiércol de sus más de 2.500 vacas para hacer fertilizantes y materiales de construcción. Con ello podría crear diferentes obras de arte contemporáneo hechas, básicamente, a base de caca.

Museo del Cabello (Avanos, Turquía)

placeholder Museo del Cabello en Turquía (Foto: Civitatis)
Museo del Cabello en Turquía (Foto: Civitatis)

El último de los museos más raros del mundo se encuentra en Avanos, Turquía. La historia de este sitio tan peculiar comenzó en 1979, cuando un amigo de Galip, el dueño del establecimiento, le regaló un mechón de pelo como recuerdo antes de marchar. Desde entonces, Galip comenzó a coleccionar mechones de pelo de todo aquel que visitaba su taller de alfarería ubicado en esta ciudad de Capadocia. Actualmente están expuestos más de 16.000 mechones con sus nombres y direcciones. Incluso si se desea, con la entrada a este museo, el pelo del visitante podrá formar parte de la colección.

Hay museos que no requieren de presentaciones. Basta nombrarlos para comprender su magnitud e importancia: el Museo del Prado, el Museo del Louvre o el British Museum son solo algunos ejemplos. Sin embargo, existen otros totalmente alejados de la idea convencional de espacios museísticos. Las piezas que atesoran, que a su vez se alejan del arte propiamente dicho; su ubicación, y su apuesta por sorprender con colecciones realmente extrañas los hacen únicos y cuanto menos curiosos.

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