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Los museos españoles ante su mayor reto tras un año aciago: hablan sus directores
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Los museos españoles ante su mayor reto tras un año aciago: hablan sus directores

Las colecciones se enfrentan a un 2021 en el que potenciarán su proyección digital y se abre el melón sobre si es necesario cobrar por este nuevo tipo de contenido

Foto: Los museos, como el Prado, bajaron sus visitas un 70% en 2020. (EFE)
Los museos, como el Prado, bajaron sus visitas un 70% en 2020. (EFE)

Como quien mira al cielo esperando que descargue la tormenta, durante la semana del 9 al 15 de marzo de 2020 en los museos de toda España –como en otros tantos lugares– se miraba de reojo las noticias. Y lo inminente, finalmente se produjo. Cierre de candado hasta nuevo aviso, que llegaría ya a finales de mayo cuando comenzó una tímida apertura, dos meses después. Por el camino, muchas cosas: reorganización de programaciones, peticiones de prórroga de préstamos y pérdida de visitantes e ingresos. A comienzos de este año, los grandes museos como el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen hicieron públicos sus resultados del año aciago en relación a 2019: el primero perdió un 73% de sus visitantes; el segundo, un 71,8 %; y el tercero, un 67 % respecto a 2019. En los estatales (Romanticismo, Arqueológico, del Traje, entre otros) perdieron el 63,55%, según datos del Ministerio de Cultura. Los visitantes volvieron, sí, pero a cuentagotas.

Los guarismos no ofrecen lugar a la duda del desastre en términos económicos de lo que supuso el cierre, el fin del turismo y los posteriores confinamientos perimetrales. A lo que hay que sumar el aforamiento de las pinacotecas. Esas suelen ser las consecuencias que trae consigo el virus en todos los sectores. De esta manera, el Prado se quedó en los 852.161 visitantes frente a los 3,2 millones de 2019, cuando se alcanzó un récord histórico. Y si en 2019 se facturaron 22 millones de euros en entradas, en 2020 se quedaron en cuatro millones de euros. Por su parte, el Reina Sofía pasó de los 4.425.699 visitantes registrados en 2019 a 1.248.486 en 2020; y el Thyssen, de 1.034.873 a 341.008 visitantes.

El Prado se quedó en los 852.161 visitantes frente a los 3,2 millones de 2019, cuando este museo alcanzó un récord histórico

En los museos autonómicos y municipales ocurrió lo mismo. El MACBA de Barcelona perdió un 70% de sus visitantes y se quedó en los 85.502 visitantes; el MUSAC de León pasó de los 62.473 visitantes a 19.652. Y en otros como el CDAN de Huesca los adelgazamientos tanto de visitantes como presupuestarios les han llevado a plantearse su cierre.

¿Qué ocurrirá durante 2021 con las pinacotecas españolas? ¿Cambiarán las programaciones, la forma en la que visitamos las exposiciones? ¿Serán más virtuales? ¿Podrían asumir un nuevo confinamiento? A todas estas preguntas responden los directores de los principales museos.

placeholder El museo del Prado tras la nevada. (EFE)
El museo del Prado tras la nevada. (EFE)

Miguel Falomir (Museo del Prado): "La actividad 'online' puede ser un mercado potencial de ingresos"

El cierre del Prado le sirvió a los dirigentes de esta gran pinacoteca para poner en marcha una reorganización de sus colecciones. Era algo que su director, Miguel Falomir, llevaba en mente desde hacía tiempo. La exposición ‘Reencuentro’, una especie de grandes éxitos de la permanente que se abrió en junio, fue el punto de partida.

"Habrá una reordenación de las colecciones del siglo XIX, ya que ahora mira más al siglo XVIII que al XX. Y queremos incorporar a más mujeres artistas y dar una visión más plural del siglo XIX, por ejemplo con pintura social y de otras procedencias como Filipinas", explica Falomir.

placeholder Miguel Falomir, director del Museo del Prado. (EFE)
Miguel Falomir, director del Museo del Prado. (EFE)

También habrá cambios físicos en el museo, como la recuperación de las galerías jónicas, adyacentes a la central, en la que se dispondrán 51 esculturas clásicas y habrá una sala dedicada a la historia del museo.

Otro asunto que llevaba años pendiente son las obras del Salón de Reinos, que finalmente empezarán en noviembre. "Ya contamos con la línea de financiación, que se incluye en los últimos Presupuestos Generales del Estado y que será de 36 millones de euros. Se hará el concurso para la constructora (el aspecto material de la obra). Serán cuatro años de ejecución. Para 2025 se espera que sea una realidad", manifiesta Falomir.

Las obras del Salón de Reinos finalmente empezarán en noviembre. Tendrán un coste de 36 millones de euros, que salen de los PGE

Pero donde más va a cambiar el museo es en el aspecto 'online', una continuidad de lo iniciado en 2020. "Hubo un comportamiento ejemplar. Más de trece millones de visualizaciones en el canal de YouTube. Y Twitter e Instagram nos han colocado en vanguardia", sostiene el director, que apunta a que este año habrá proyectos digitales más elaborados, en parte porque recibirán cinco millones de los fondos europeos para ello. No obstante, Falomir también abre una nueva posibilidad y es que la actividad 'online' "puede ser un mercado potencial de ingresos. Nada de lo que se ofrece ahora de forma gratuita va a ser cobrado, pero puede haber proyectos específicos que sí".

Con respecto a las exposiciones, desde el museo se insiste en que no se han rebajado los esfuerzos y habrá dos grandes exposiciones. Entre ellas se presentarán en marzo –si no hay otro confinamiento– las seis poesías que Tiziano dedicó a Felipe II. "No se había hecho nunca pero existía la posibilidad de préstamos. Ya se ha hecho en 2020 en Londres y Boston también la va a hacer. Edimburgo se retiró porque no tenía dinero. El Prado incluirá pintores que muestran el impacto que tuvo Tiziano para ellos", comenta el director. En octubre llegará ‘Tornaviaje’, otra de las exposiciones fuertes, que tratará el arte iberoamericano en España.

placeholder El Museo Reina Sofía. (EFE)
El Museo Reina Sofía. (EFE)

Manuel Borja-Villel (Museo Reina Sofía): "Se pasará de visitar museos, de la gente que pasa corriendo, a habitar; un cambio de ritmo".

Como a todos, la primera reacción de Manuel Borja-Villel ante el cierre fue de sorpresa. Después, "una reacción automática de empezar a volcar cosas en la red" y conformar la exposición digital 'Arte en cuarentena' con los artistas encerrados en sus casas y enviando creaciones, algunos desde sus balcones. Más tarde llegó ya la reflexión. "La maquinaria se había parado y era el momento de cambiar y buscar otro tipo de modelo de museo bajo tres parámetros: dándonos más tiempo; impulsando el espacio, primero el más pequeño, que es Lavapiés, donde estamos, y luego que hablara de Europa y América Latina; y tres, recuperando el lenguaje, porque hay palabras como libertad que nos han robado. La gente que entró en el Capitolio, por ejemplo, pedía libertad".

placeholder El director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel (EFE)
El director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel (EFE)

Fue un cambio filosófico que el director quiere que se implemente en este 2021: "Mantuvimos exposiciones porque de nosotros depende mucha gente, muchos trabajadores. Por eso hicimos presencial Audiosfera. O Mondrian, que parecía una exposición imposible".

"La cosa narcisista no tiene sentido. Antes solo los grandes museos podían hacer grandes exposiciones, pero eso va a cambiar"

Esta nueva forma de mirar y hacer las cosas cree que traerá consigo transformaciones en todos los museos. Por ejemplo, con menos espectacularización de las exposiciones. "Lo que nos ha hecho la pandemia es darnos cuenta de la fragilidad del ser humano y si no empezamos a cuidarnos nosotros y el planeta, vamos encaminados a una sexta extinción. Y que se aprende con los demás. La cosa narcisista no tiene sentido. Y ahí se están viendo cosas. Antes solo los grandes museos podían hacer grandes exposiciones, pero eso va a cambiar".

Como todos sus colegas, también cree que la digitalización será fundamental. Ya lo es. Antes, dice, había setenta personas en una conferencia en el museo. Ahora se llega a mil. No obstante, no cree que esto sustituirá a lo presencial, y tampoco se muestra de acuerdo con que se cobren las actividades 'online'. "Yo no quería ni cobrar en lo presencial… Como institución pública mi obligación es dar acceso. Nosotros somos custodios del Gernika, pero pertenece a todo el mundo. Hay que fomentar la creatividad porque el dinero público es el que hay, y tendremos que buscar recursos de forma distinta, pero no a costa de la gente", manifiesta.

“Yo no quería ni cobrar en lo presencial… Como institución pública mi obligación es dar acceso. El Gernika pertenece a todo el mundo"

Al museo también le llegarán este año los fondos europeos, que se destinarán a varios ámbitos. "La idea es que una de las partidas vaya a que los edificios sean más sostenibles, también a la digitalización; y otra partida destinada a fomentar el conocimiento", comenta. E insiste en que este año no solo deben ser beneficiados los grandes museos, sino también los más pequeños, ya que "cuando vuelva a haber movimiento de gente, nosotros vamos a ser los privilegiados, pero a los más pequeños la gente va menos y en este ecosistema todos somos importantes". Su conclusión es que, al fin y al cabo, habrá cambios positivos tras la pandemia: "Se pasará de visitar museos, de la gente que pasa corriendo, a habitar, a estar: un cambio de ritmo".

placeholder Museo Thyssen-Bornemisza. (EFE)
Museo Thyssen-Bornemisza. (EFE)

Evelio Acevedo (Museo Thyssen-Bornemisza): "Las exposiciones serán más pequeñas y se enriquecerán con contenidos digitales"

"Ha sido un máster", afirma Evelio Acevedo, director gerente del Thyssen cuando se le pregunta por 2020. El año había empezado muy bien con la exposición sobre los retratos de Rembrandt, "con un 23% de visitantes por encima de lo que teníamos previsto. Era un año muy completo con exposiciones como la de Alex Katz y Magritte y todo eso se fue al garete".

placeholder Evelio Acevedo, director general del Museo Thyssen Bornemisza. (EFE)
Evelio Acevedo, director general del Museo Thyssen Bornemisza. (EFE)

En el museo tuvieron que "ponerse la pilas en minutos e ir desarrollando la actividad tecnológica de una manera improvisada. Eso funcionó muy bien porque pasamos de un millón de visualizaciones a tres millones". Y reconfigurar la agenda de las exposiciones. Se pudo alargar la de Rembrandt hasta septiembre; y se le dio un nuevo impulso a la del expresionismo alemán, que estaba concebida como un proyecto más pequeño dentro de la celebración del centenario del barón Thyssen en este 2021. Pero se reunieron las obras del barón, de Tita y de sus hijos para convertirse en una de las grandes exposiciones del año pasado.

No obstante, la bajada de visitantes y de ingresos y la incertidumbre de 2021 han hecho que este año se organice de una manera particular. Se mantendrán las celebraciones del centenario del barón, se recuperará Magritte y habrá otra sobre Georgia O’Keefe. "Pero vamos a dar lo que hoy por hoy podemos confirmar. Esperamos contar con la ayuda de la Comunidad de Madrid y vamos a ajustarnos en todo lo posible al nuevo entorno, ajuste de costes y visitantes. Y vamos a digitalizar esos contenidos", manifiesta Acevedo.

"Nuestro objetivo no es ganar dinero, pero tenemos claro que habrá servicios que se harán digital y algo habrá que cobrar"

En este sentido y abierta la espita de si cobrar o no por las actividades digitales, el director gerente estima que al ser un museo público "nuestro objetivo no es ganar dinero, pero tenemos claro que habrá servicios, como visitas escolares, que ahora no se pueden hacer presencialmente, que se harán digital y algo habrá que cobrar, igual que pagaban cuando venían al museo. Moneticemos porque si no no vamos a poder ofrecer esos contenidos. Las visitas privadas virtuales también se pueden cobrar porque son como las visitas que se hacen presenciales".

Otra de las cuestiones que cambiarán será el tipo de exposiciones y el aforamiento (y no solo por la pandemia). "Habrá menos público. Cuando no había cupos, en las temporales sí estábamos a veces apretados. Es difícil calcular el aforo. Pero creo que no tenemos que tener esa obsesión por el cómputo de visitantes. Las exposiciones se redimensionarán y serán más pequeñas, pero también se enriquecerán con contenidos digitales. Vamos a ese modelo, una expo más pequeña, midiendo más el acceso de público y contenido digital", manifiesta Acevedo, que también cree que, por el aumento de costes de los préstamos –no es tan fácil en pandemia– también habrá una mayor mirada a las propias colecciones. "Y tendrán que ser instituciones más próximas a la sociedad. No un recinto elitista para determinados públicos", zanja.

placeholder MACBA de Barcelona. (EFE)
MACBA de Barcelona. (EFE)

Ferrán Barenblit (MACBA de Barcelona): "Nos volcamos en lo digital, pero defiendo la experiencia física, no podemos renunciar a ella"

En el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) la pandemia no pilló tan de improviso. Al menos la posibilidad, ya que como señala su director, Ferrán Barenblit, en muchas de sus actividades "había un cuestionamiento de una crisis civilizatoria. No era una idea lejana". Sin embargo, también tuvieron que adecuarse rápidamente resolviendo todos los retos de todos los museos: "Cambio de programación, ver los préstamos que teníamos por todo el mundo, los de otras instituciones... Fue un trabajo brutal".

placeholder Ferran Barenblit, director del MACBA. (EFE)
Ferran Barenblit, director del MACBA. (EFE)

Como en el resto de museos, fortalecieron la parte digital, pero para Barenblit es muy importante no perder la función presencial. "Nos volcamos en lo digital, pero defiendo la experiencia física, no podemos renunciar a ella. Sobre todo porque estás creando comunidad, experiencia, el dominio del tiempo. En un museo el espectador domina el ritmo de la visita a su placer", manifiesta.

Con respecto a las exposiciones finalmente no tuvieron que hacer demasiados cambios. "La de Fina Miralles dialoga con la fragilidad de la naturaleza, son piezas de los 70 que parecen actuales. Y tenemos una exposición de Félix Gonzalez Torres, que es un artista que dialogó con una pandemia, la del sida, y sucumbió a ella".

Barenblit cree que en estos próximos tiempos el visitante querrá ver exposiciones que le hablen de la actualidad u otras más de desconexión. "Habrá las dos cosas, esa voluntad de consuelo, pero también entender más el mundo en el que vivo. Y de mayor resistencia política porque en las últimas semanas hemos visto riesgos involucionistas y toda esa situación precaria en lo económico y político. La cultura tiene que responder a esta necesidad”.

"Esa visión neoliberal de la búsqueda de recursos propios, venta de entradas, nos apartaba de nuestra misión como servicio público"

En términos pecuniarios, tras este año en el que ha habido una notable bajada de visitantes, el director del MACBA piensa que habrá un nuevo reposicionamiento. "Esa visión de la cultura neoliberal, de la búsqueda de recursos propios, venta de entradas, nos apartaba de nuestra misión básica como servicio público. Somos trabajadores públicos. Ese juego entre número de visitantes e ingresos propios nos hace olvidar que somos constructores de la cultura. Y tendremos que buscar otros caminos para hacerlo".

En su caso, no obstante, cree que "las autoridades han estado a la altura. Nos han permitido equilibrar el presupuesto. Pero el verdadero reto viene a partir de ahora. Cada vez que se rompe un espacio de este tejido, sea una galería pequeña, estamos retrocediendo muchísimo. Un país europeo como España no puede dejar de cuidar eso al máximo".

placeholder MUSAC. (Héctor G. Barnés)
MUSAC. (Héctor G. Barnés)

Manuel Olveira (MUSAC de León): "Las exposiciones 'blockbuster' han pasado a la historia"

Si en los grandes museos el cierre cayó como una bomba, no lo fue menos en los museos autonómicos y municipales como el MUSAC de León. Y, además, con menos herramientas a las que agarrarse. Tuvieron que adecuarse a toda velocidad y dirigiendo la mirada a quienes, después con los confinamientos perimetrales, iban a ser sus más potenciales visitantes, el público local, que pasó del 30% a casi el 50%. Y con un golpe económico añadido: los recortes.

placeholder Manuel Olveira. (EFE)
Manuel Olveira. (EFE)

Porque si bien los grandes museos nacionales han tenido el respiro con los Presupuestos Generales del Estado y tendrán ayudas europeas, otros autonómicos como el MUSAC no han corrido la misma suerte: "En junio la Consejería de Cultura nos metió un hachazo de 430.000 euros en el apartado de exposiciones y actividades tras el estado de alarma. Para 2021 todavía no nos han asignado presupuesto", manifiesta su director, Manuel Olveira.

"En junio la Consejería de Cultura nos metió un hachazo de 430.000€ al apartado de exposiciones y actividades tras el estado de alarma"

En este museo de arte contemporáneo ahora se ven obligados a trabajar a dos velocidades. Los nuevos proyectos "nos pillan con pocos recursos, por lo que hacer una nueva agenda está siendo complicado", señala Olveira, que cree que deberían estar más preparados para el nuevo escenario. La mirada, en cualquier caso, después de 2020 seguirá siendo más local. Y más contextualizada en los entornos en los que el museo se inserta con una museografía adaptada. "Habrá menos visitantes y eso, unido a la restricción económica, nos obligará a trabajar de otra manera. Las exposiciones 'blockbuster' han pasado a la historia y se trabajará con otros parámetros", afirma el director, que piensa que con la pandemia se ha visto la situación de los diferentes museos españoles: "Hay algunos museos que sí están teniendo un apoyo del Estado, el Prado, el Reina, el MACBA y alguno más; pero la gran mayoría de museos autonómicos y municipales estamos en una situación desastrosa. La realidad de España no es Madrid o Barcelona. Existe un país más allá de esas grandes ciudades".

En relación a las actividades digitales sostiene que "se pueden plantear cobrar, pero todo el mundo llama actividad en línea a cosas que no lo son. Colocar una cámara delante no lo es. Yo defiendo el servicio público y hay que facilitar que la gente tenga acceso a los recursos".

En definitiva, su sensación es que 2021 será muy parecido a 2020, con toda la incertidumbre ante posibles confinamientos. De hecho, en Castilla y León ya han empezado el año con cierres a las ocho de la tarde. "Igual las vacunas funcionan muy bien y en el verano podemos viajar, pero como mínimo hasta junio nada sustancial va a cambiar", sostiene.

placeholder Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano de Valladolid. (EFE)
Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano de Valladolid. (EFE)

Javier Hontoria (Patio Herreriano de Valladolid): "Estamos enfocando las exposiciones hacia nuestro público local"

El cierre en el Patio Herreriano de Valladolid fue bastante traumático, dice su director, Javier Hontaria. Los pilló con una nueva inauguración, nuevo cartel y una programación en la que habría una exposición de Eva Lodz. Todo se fue al traste y hubo que volcar el contenido a la red. Como en el resto de museos. Hasta que pudieron reabrir el 26 de mayo.

placeholder Javier Hontoria
Javier Hontoria

Esta reapertura ya dio muestras de lo que vendría en el futuro: la mirada local. "En septiembre inauguramos 'La ciudad inaudita', una exposición que fuera un homenaje a la ciudad de Valladolid y a la vez reflexionar sobre la imagen contemporánea a través de la fotografía. Era una fotografía urbana pero en tiempos de pandemia. Fue un acierto y logramos conectar con la ciudadanía", manifiesta Hontaria.

"Es un momento de mucha incertidumbre. Teníamos pensada una exposición grande de pintura española y la vamos a posponer"

Algunas de las exposiciones previstas han cambiado. Y siguen sin tener muchas actividades cerradas. Así es como se trabaja en museos que no son las grandes pinacotecas. "Es un momento de mucha incertidumbre. Teníamos pensada una exposición grande de pintura española y la vamos a posponer. Estamos inaugurando exposiciones muy dirigidas a nuestro público local. Esto es un museo municipal y es muy visitado por la gente de Valladolid".

La bajada de los visitantes, como a todos, también les afectó. "Hemos tenido un bajón del 60%, que es una reducción muy considerable. Somos una ciudad a una hora de Madrid, pero no es Madrid. Y hemos dejado de contar con los talleres escolares. Las visitas guiadas también eran más complicadas. Ha habido que tirar de ingenio para ver qué tipo de actividades se podían hacer. El Ayuntamiento aportó un ciclo de música, teatro y cine que tuvo lugar en el Patio de los Reyes del museo y eso también atrajo a mucha gente joven", manifiesta el director, que sostiene que en su caso, donde la entrada está totalmente subvencionada, se mantendrá el presupuesto para este año. "Es una buenísima noticia. Queremos pensar que en verano ya se podrá viajar un poco más y podrá venir más gente".

Como quien mira al cielo esperando que descargue la tormenta, durante la semana del 9 al 15 de marzo de 2020 en los museos de toda España –como en otros tantos lugares– se miraba de reojo las noticias. Y lo inminente, finalmente se produjo. Cierre de candado hasta nuevo aviso, que llegaría ya a finales de mayo cuando comenzó una tímida apertura, dos meses después. Por el camino, muchas cosas: reorganización de programaciones, peticiones de prórroga de préstamos y pérdida de visitantes e ingresos. A comienzos de este año, los grandes museos como el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen hicieron públicos sus resultados del año aciago en relación a 2019: el primero perdió un 73% de sus visitantes; el segundo, un 71,8 %; y el tercero, un 67 % respecto a 2019. En los estatales (Romanticismo, Arqueológico, del Traje, entre otros) perdieron el 63,55%, según datos del Ministerio de Cultura. Los visitantes volvieron, sí, pero a cuentagotas.

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