Guillermo Barrientos, de 'Sueños de libertad' a lo nuevo de Álex de la Iglesia: "Me enamoré de Luis desde el primer momento"

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El actor madrileño Guillermo Barrientos ha tocado todos los palos: desde el cine hasta la televisión, pasando, por supuesto, por las tablas del teatro. De lo que nunca había ejercido era de perfumista en una serie de televisión.

Podría decirse que su personaje de Luis Merino en Sueños de libertad, producción diaria de Diagonal TV con la que Antena 3 intriga y emociona a partes iguales a sus espectadores de entre semana, es una masculinidad delicada, sentimental y con gran atención a los detalles, poco habitual en el retrato de la época en la que transcurre la acción, finales de los años cincuenta. El de Barrientos es un personaje cálido, con el que quedarse a vivir, aunque no siempre encontrará la fórmula del amor como lo hace con sus esencias en el laboratorio.

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Bien sean perfumes o una serie diaria de máxima audiencia, toda obra de arte requiere tiempo. Entre bambalinas y peluquería, EL CONFI TV tuvo la oportunidad de charlar un momento con el ya veterano intérprete, con experiencia en otras ficciones como SMS: Sin miedo a soñar, Bandolera o Amar es para siempre. La producción Sueños de libertad supone una nueva etapa para el intérprete, y un escaparate óptimo dados los datos de audiencia que ha tenido en su primer mes de estreno, posicionándose así como la serie más vista de la televisión, con baremos entre el 11 y el 15,5% de cuota de pantalla.

El compañero de Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay en la nueva propuesta dramática del canal en abierto, nos habla sobre las vicisitudes de un oficio como el de la actuación, sobre su próximo proyecto bajo la dirección del cineasta Álex de la Iglesia, y sobre el destino que le espera al personaje de Luis en el melodrama líder de su franja horaria.

Joan Noguera, creador de la serie, me dijo: "Tienes un personaje muy, muy bonito"

PREGUNTA. ¿Imaginabas cuando comenzasteis el proyecto que alcanzaría estos datos de audiencia?

RESPUESTA. Ha sido una grata sorpresa. Al empezar un proyecto nunca sabes cómo va a funcionar, y es imposible imaginarse un mejor arranque para la serie, la verdad. Estábamos muy contentos con los guiones y con la pinta que tenía toda la preparación, pero a todos nos ha sorprendido mucho la buena acogida que ha tenido. No cabría un escenario más optimista.

P. ¿Te daba respeto eso de cogerle el testigo a las tardes de Antena 3, después de que Amar es para siempre estuviese tanto tiempo en emisión?

R. Era, desde luego, una responsabilidad, y veías además que todo el equipo temía ese peso de ser herederos de una serie tan longeva y tan asentada. Por parte de todos los departamentos y por parte de la cadena, sabían que era un paso que no dejaba de ser arriesgado. Amar al final era una serie que funcionaba muy bien y que tenía el cariño de muchísima gente. Sí, esa responsabilidad ha estado presente de una manera invisible por parte de todos. Hasta que hemos podido estrenar y ha acabado funcionando la serie.

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P. Y tú que has estado en las dos series, ¿qué dirías que ha cambiado entre una y otra a la hora de trabajar?

R. La propia historia es muy diferente. El género de Amar era más costumbrista, y aquí estamos más en un melodrama, con tintes, a veces, de misterio. Sí que es verdad que más del 85% de la gente que hay en el equipo vienen de Amar, entonces es como jugar también en casa. La parte técnica y del día a día me era familiar, porque ya había estado una temporada en Amar, y eso me hizo muy fácil sentirme desde el primer día en un entorno de confianza.

P. ¿Cómo fue ese proceso de selección?

R. Te puedo contar una anécdota, y es que a mí, en un primer momento, me dijeron que no, porque consideraron que el personaje para el que hice la prueba no lo iba a hacer yo. Pasé tres días con la moral por los suelos, y ya cuando había pasado página, se produjo la llamada de mi representante, que se resumió en "Te voy a dar la noticia del año". Y así fue. Llegué y me dijeron con cuatro cachetes en la cara: "¿Qué? ¿No te lo esperabas?". De repente fue todo muy alucinante y estuve como un mes y medio en el que me pellizcaba todavía, porque no terminaba de creérmelo.

"Un tío me regaló la novela 'El perfumista', y entré en contacto con este universo"

P. El personaje de Luis es un tipo sensible, sensato y que no se deja llevar por los nervios. ¿Cómo preparaste el personaje?

R. Joan Noguera [creador de la serie] me dijo: "Tienes un personaje muy, muy bonito", y cuando empecé a leerlo me enamoré de Luis desde el primer momento, porque aparte de esa sensibilidad que tiene, cuenta con esa pasión por su trabajo y su compromiso. Creo que tiene un espíritu de lucha, de no conformarse, de querer volver a la posición que tenía su familia antaño, cuando vivía su padre.

Cuando empezamos con las lecturas, con cada personaje y con las tramas con los demás compañeros, fuimos entrando en ellos, y la verdad es que están muy bien escritos. Cuando un personaje está bien perfilado, en seguida entra tu imaginario, y te va llevando también la intuición. Y luego también te envuelven unos decorados que son estupendos. Yo tengo un laboratorio, que me quedé boquiabierto cuando entré, la primera vez que me lo enseñaron. También me preparé leyendo. Un tío mío me regaló la novela de El perfumista, que no me la había leído, y entré en contacto con todo este universo de las esencias y demás.

P. Luis también supone un buen contrapunto a otros personajes como Jesús, Andrés o Joaquín, que utilizan más la fuerza. Luis es el cerebro, y se deja llevar por lo sensorial. ¿Compartes eso con tu personaje?

R. No tenía ningún acercamiento previo al mundo de los perfumes. Sí que me une a él su amor por el campo, porque también es un tipo que disfruta mucho en sus salidas a buscar sus flores, sus plantas y demás. Me gusta mucho la montaña, y Luis para eso es muy risueño.

P. Ahora que se debate su entrada en el consejo directivo de la empresa, ¿llegaremos a verle al frente de la empresa junto a Andrés?

R. Sería una pena desvelar cosas, pero digamos que la lucha está ahí. Las aspiraciones las tiene siempre muy presentes, y desde luego es una persona que también es muy ambiciosa, aunque sobre todo es justiciera. Considera que la situación de la familia es absolutamente injusta, y quiere, ante todo, pelear, porque no es una cuestión solo de ambición personal, es una cuestión de injusticia. Quiere devolverle el lugar que le corresponde a la familia Merino, y eso es algo que es un leitmotiv fundamental para él a lo largo de toda la temporada.

P. De momento, la relación con Luz no ha durado ni un asalto. ¿Podremos disfrutar de su amor sin secretos más adelante?

R. Es uno de los grandes ingredientes de este tipo de series: las luchas y los desengaños, y las idas y venidas. Yo creo que hay mucho que luchar ahí, pero fácil no va a ser tampoco. Veremos en qué queda. También te digo que yo, a día de hoy, todavía no lo sé. Hay unos sentimientos muy fuertes, pero hay una serie de cosas que nos generan siempre distanciamiento, por decirlo de alguna manera, así que es una pugna siempre por el amor.

P. ¿Cómo es trabajar con Carolina Lapausa?

R. Muy bien, esto también es una suerte. Hay una cosa que nunca se sabe del todo, que es el momento en el que te pones delante del compañero o compañera y que más allá de las aptitudes como actores que podamos tener, que haya una química, que es un intangible, se puede generar o no. Y en el caso de Carol, hemos tenido desde el primer momento una intuición muy buena y hemos sabido leer muy bien a los personajes. Creo que a la vista está. Se ha generado una historia que ha contado con el respaldo y la empatía de la audiencia. De hecho, creo que hay ya un perfil no oficial por ahí que se llama LuLu (de Luis y de Luz), de la trama de amores y desamores de esta pareja. Es bonito crear una historia con una compañera en la que, además, hay esa complicidad que hace crecer a los dos personajes.

R. Vas a estar presente en la serie de Álex de la Iglesia, 1992. ¿Qué puedes adelantarnos sobre la serie?

Fue también un notición, porque venía de una época bastante larga de muy poco trabajo en el audiovisual. Es una profesión incierta, complicada y difícil. A finales de primavera tuve la buena noticia de que entraba en este proyecto. En verano me fui a Sevilla, y tuve la oportunidad de conocer a Álex de la Iglesia, ir a sus oficinas, estar en un mano a mano con todo el equipo artístico, y poder hablar de los capítulos, leerlos, opinar. Eso fue la bomba.

Y luego en Sevilla estuvimos en verano haciendo una historia absolutamente trepidante y al más puro estilo de Álex de la Iglesia. Fue una experiencia muy emocionante y estoy deseando ver el resultado. Va a ser una serie que va a dar que hablar.