'Red Flags', la nueva y cruda serie juvenil de Atresplayer: "Hemos entendido por qué actuábamos así de adolescentes"

Directa y sin paños calientes. En síntesis, así podría definirse Red Flags, la serie juvenil que estrena Atresplayer Premium este domingo, 7 de abril. Producida por Zeta Studios (Élite, Reyes de la noche, Días mejores...), indaga en el modo que tiene la generación Z de enfrentarse a la sexualidad y asuntos derivados a través de los ojos de cuatro adolescentes. Perfiles que, dicho por sus actores principales, podrían ser de "personaje secundario", que ahora esta ficción ha decidido poner en primer plano.

Mar Isens (Érika), Iria del Valle (Luna), Diego Rey (Toni) e Ibrahima Kone (Walter) son los protagonistas de la apuesta de Atresmedia para su plataforma, una idea original de Nando López, que ha coescrito el guion junto a Estel Díaz. En EL CONFI TV hemos podido charlar en exclusiva con los actores, que nos han compartido sus sensaciones al visibilizar determinadas situaciones. Situaciones que, dada su juventud, vivieron en primera persona hace no tanto.

Un reencuentro con su 'yo' adolescente

Isens, cuyo personaje lidia con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), destaca la importancia de que el elenco se reuniese con un psicólogo para comprender con todo detalle la enfermedad: "Hice una sesión individual con él, le comenté lo que no entendía de Érika, le poníamos palabras a las cosas". "Esa charla nos ayudó mucho a nivel emocional o incluso sexual. Influye mucho la edad, hay cosas de Walter que a mí me han pasado", añade Kone.

Este psicólogo, a pesar de no acudir a los rodajes, siempre estaba disponible para los intérpretes, como apunta Rey: "Nos preguntaba por teléfono, después de grabar, si necesitábamos algo. Es que, al fin y al cabo, estás en un momento muy vulnerable". Asimismo, la relación con Nando, que les acompañó en todo el proceso de casting, también fue estrecha ("él se dedica a aprender de los jóvenes, a representarnos"), sin olvidar el trabajo de Estel: "Ha escrito y dirigido la serie, tiene ese background de haberla escrito, de saber de qué estaba hablando".

Ibrahima incluso asegura que la producción les ha permitido entender por qué actuaban de determinada forma en esa etapa: "Hemos comprendido por qué hacíamos las cosas así de adolescentes, es un proceso bonito". "Yo me he basado bastante en el guion, así como en cómo me sentía en esos años", expone Del Valle, que hace hincapié en la libertad que los creadores les han dado para introducir ligeros cambios en el texto: "Podíamos modificar palabras o frases para que fueran más acordes a nuestra generación, para que hubiese comodidad y nada se sintiese forzado".

Una serie de jóvenes hecha por jóvenes

Una de las marcas de identidad de Red Flags, que contrasta con el error en el que han caído otras del pasado, es que se trata de una serie de adolescentes contada por adolescentes, algo que remarca Mar: "Todos hemos visto cómo hacían de adolescentes personas de 30 años y eso es un poco raro. Al final, cuando la rodamos, todos teníamos 18, 19 o 20 años. Era como: 'Lo acabo de pasar, cómo no te lo voy a contar bien'. Si, a veces, me siento como una adolescente".

"En series, todos hemos visto cómo hacían de adolescentes personas de 30 y eso es raro"

De hecho, la figura del adulto pasa a un segundo plano en el proyecto de Zeta Studios, en la que los ocho capítulos se desarrollan siempre en viernes, ese día "en el que sales de clase y te vas de fiesta con los amigos": "Los padres aparecen solo cuando son realmente necesarios, cuando acuden a ellos porque les necesitan. En la adolescencia, tú quieres ser independiente y que nadie te diga qué hacer".

"Nuestros padres no saben lo que hacemos en la calle, no saben lo que nos pasa, no saben cómo tratamos a los demás. Eso es bonito de plasmar", asegura Rey, que interpreta a Toni, un chico homosexual que se expresa como tal, pero que podría considerarse "plumófobo" al rechazar toda clase de feminidad en el hombre: "La figura adulta de Toni en casa es una figura masculina [la de su hermano mayor], de ahí viene ese prejuicio, ese miedo a la feminidad".

Un concepto parecido representa Walter, un joven racializado que lucha día a día contra los comentarios homófobos de sus compañeros de equipo de baloncesto. "Con Walter pasa prácticamente lo mismo. Su padre no aparece ningún momento y, en su equipo, es juzgado porque socialmente se consideraría afeminado. Es que también se nota cuando educa una madre o un padre", señala Ibrahima.

Un necesario diálogo generacional

Red Flags es una serie de adolescentes, pero con aspiraciones de llegar a cualquier público, como lo fueron otras que salieron de la factoria Atresmedia (Compañeros, Física o química...). La ficción creada por López pretende poner el foco a la mal llamada "generación de cristal" y enseñársela a las anteriores, de manera cruda y sin juicios. "Hasta los padres podrían sentirse identificados. 'Ostras, esto me pasó a mí en la adolescencia y nadie me lo explicó, ahora lo entiendo'. Aparecen problemas que son la generación Z, pero otros son atemporales, han pasado toda la vida", indica Mar Isern.

"Nos podemos llegar a sorprender de lo que nos entienden los padres"

Además, la actriz que da vida a Érika agrega: "Nos podemos llegar a sorprender de lo que nos entienden los padres. Eso que nos han marcado toda la vida de que somos de distintas generaciones... Pues, al final, hay una conexión. Yo he oído eso, por parte de gente mayor, de 'ojalá haber nacido en tu generación'. Es fuerte".

Y es que, en un momento en el que en redes sociales y en televisión, se insiste en recalcar esa diferencia generacional entre boomers, millennials, Z o alphas, de alguna forma, la serie ya disponible en Atresplayer propone cierto diálogo entre todas las edades. "Nos conocen como la generación de cristal, un nombre superficial que nos ponen solo porque estamos visibilizando problemas que también les podrían haber sucedido a los millennials", opina Iria del Valle.