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Los actores racializados, contra los tópicos. "Siempre se habla de lo mismo: los terroristas"
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Diversidad en el escenario

Los actores racializados, contra los tópicos. "Siempre se habla de lo mismo: los terroristas"

La Academia de Artes Escénicas está llevando a cabo nuevas líneas de trabajo, reflejando fielmente, a través de sus integrantes, la sociedad en la que vivimos

Foto:  Fuente: Diseño EC
Fuente: Diseño EC

"Tío, después de 800 años y toda la cultura y bagaje de los árabes y musulmanes, siempre se habla de lo mismo: los terroristas. Los yihadistas. El hombre musulmán que oprime a su mujer. ¿En serio solo han dejado eso en todo ese tiempo? ¿No han dejado nada más? ¿De verdad vamos a hacer una serie o un documental que vuelve a hablar de lo mismo? Yo ya dimito, de verdad". El que me habla es Ayoub El Hilali (Barcelona, 1989), actor al que el espectador habrá podido ver en distintas producciones como 'El príncipe', 'La pecera de Eva' o 'Promesas de arena'. Series de televisión en las que sus personajes comparten eso de representar el estereotipo más clásico de una persona musulmana.

La Academia de las Artes Escénicas de España quizá pueda cambiar esos estereotipos. O, por lo menos, comienza a encaminarse hacia ese propósito. La presidenta, Cayetana Guillén-Cuervo, y las académicas Adriana Ozores, Pilar Jurado, Ana Labordeta y Antonio Najarro (integrantes del grupo "Artes Escénicas por el cambio social") están trabajando con asociaciones como Conciencia Afro, Xamfra, Fundación Secretariado Gitano o Pa'tothom para fortalecer las conductas de igualdad y respeto a través de las diferentes disciplinas artísticas. Esta nueva línea de trabajo es el primer paso para que la institución se fortalezca, reflejando, a través de sus integrantes, la sociedad en la que vivimos.

"Las artes escénicas te cambian la vida, te aportan una serie de herramientas con las que poder convertirte en un ser humano más completo y libre"

"Cuando me nombraron presidenta y me reuní con la Junta Directiva, me di cuenta de que en la Academia no había prácticamente personas racializadas. Fue cuando decidimos que tenían que entrar para poder representar fielmente la realidad étnico-social de nuestro país", me cuenta Cayetana Guillén-Cuervo desde un AVE que, en ocasiones, pasa por túneles y va cortando la llamada. "Dentro de los subgrupos que conforman el organigrama de trabajo de la Academia, se encuentra 'Artes escénicas por el cambio social'. Yo soy una presidenta muy activa y quiero llevar mi activismo cultural a las últimas consecuencias. Antes lo hacía a título individual y ahora institucional, gracias a la Academia".

Artes escénicas por el cambio social

De esa manera, se pusieron a trabajar con dichas asociaciones con el fin de establecer lazos y sinergias. "Son asociaciones que, sea cual sea tu situación (etnia, raza, familia desestructurada...) te permiten poder acceder a las artes escénicas porque estas te cambian la vida, te aportan una serie de herramientas con las que poder convertirte en un ser humano más completo y libre", me explica Cayetana. "No te imaginas el trabajo que hacen a través de distintas disciplinas, reflejando la diversidad étnico-racial. Así fue como comenzamos a hablar con distintos artistas para que trabajasen con nosotros dentro de la institución. Personas como Ayoub El Hilali, muy activista y un referente para la comunidad islámica".

"En Francia puedes ver a un negro presentando los informativos o a un actor francés de origen árabe haciendo de médico o de Lupin en una serie"

"Son gente muy formada, tan españoles como tú y yo, pero personas racializadas con distintos orígenes. Lo que quieren cambiar lo pueden hacer desde dentro, protegidos. Cuantos más seamos, más fuerte será la institución. Lo importante es dignificar y pedir respeto por estos oficios, con grupos de trabajo, actos... así es como gente con currículums impresionantes (para poder entrar tienen que estar avalados por tres académicos y luego se revisan dichos currículums) están entrando para que mediante sus subgrupos de trabajo puedan cambiar las cosas que los estigmatizan. Inglaterra, Francia o Estados Unidos están muy por delante de nosotros, pero es bonito que la Academia sea un referente del cambio y cómo se han volcado tanto las comunidades racializadas como los medios de comunicación con el proyecto. Eso significa que están cambiando las cosas", explica. "Han entrado los primeros artistas racializados, pero las puertas están abiertas a todos los profesionales de las artes escénicas".

Foto: La actriz Cayetana Guillén Cuervo. (EFE)

Ayoub, que vive en Francia, avala que ahí las cosas son un poco diferentes. "Es un país racista, pero de una manera subliminal", me cuenta. "Eso significa que puedes ver a un negro presentando los informativos o a un actor francés de origen árabe haciendo de médico o de Lupin en una serie". Cuando Cayetana y él hablaban de la diversidad en el ámbito artístico, ella llegó a la conclusión de que, en pos de la evolución artística, también tenía que existir una diversidad étnico-racial en la representación artística de nuestro país. Surgieron así varios nombres con una trayectoria intachable que pudieran formar parte del proyecto. El de Ayoub fue uno.

"Estamos hartos de oír hablar de lo mismo: documentales del 11M, una peli del Mediterráneo... no se puede hablar de esos temas desde el privilegio"

"Espero que las generaciones venideras puedan aprovechar el trabajo que estamos llevando a cabo, porque lo estamos haciendo con mucho amor. Verdaderamente, da mucha rabia estudiar y trabajar tanto y luego... vas a grabar un papel y es un estereotipo. Al final, esa imagen de los menas y los terroristas también viene de los medios de comunicación, que son los que reflejan la realidad y la sociedad la asimila, pero esto es lo que yo digo siempre en todas las entrevistas: la ficción no tiene una representación real. Yo voy a un casting y me preparo esos papeles, pero también quiero que se diversifiquen un poco, y que la persona que los crea sepa de lo que está hablando, igual que alguien al que se le ocurre hacer una película sobre Marte se informa primero. Lo digo con todo el amor del mundo, espero que los compañeros de la Academia del cine van tomando nota de la Academia de las Artes Escénicas...", indica.

placeholder  Ayoub El Hilali en la premiere de Libertad. (NurPhoto/Cordon Press/Carlos Dafonte).
Ayoub El Hilali en la premiere de Libertad. (NurPhoto/Cordon Press/Carlos Dafonte).

Por supuesto, algunas cosas están cambiando. Cayetana y Ayoub participaron el año pasado en la obra 'Puertas abiertas', de Emma Riverola, la cual se atrevía a hablar de un conflicto que conocemos de cerca y es uno de los grandes conflictos del mundo actual: el terrorismo islamista, sin tópicos o estereotipos. Le pregunto a Ayoub si cree que España es un país más islamófobo ahora que hace años. "Sí. Hemos avanzado (ahora hay ingenieros, periodistas, cirujanos racializados... aunque no podría decir que son marroquíes, sino españoles que cotizan, como Morad). Pero el racismo sigue existiendo en la genética".

Las historias de los otros

Astrid Jones (Madrid, 1980), actriz y cantante de soul, jazz y gospel, también acaba de incorporarse a la Academia de las Artes Escénicas a través del politólogo Yeison F. García, que tiene una trayectoria muy larga en activismo afrodescendiente. "Me contó el proyecto y me preguntó si me apetecería formar parte de esta iniciativa. Le dije que sí, porque me parecía muy necesario. Es el momento. Siempre lo es, pero hay determinadas épocas en las que hay una efervesencia de acciones en las que parece más posible dar pasos hacia delante", me cuenta.

"Lo primero que hay que entender es qué es la sociedad española: no somos personas que acabamos de llegar. Llevamos aquí mucho tiempo"

Aunque Astrid nació en Madrid y su familia es de Guinea Ecuatorial (se considera afroeuropea o afroespañola, aunque también guineana. "Pero no soy mucho de etiquetas", añade) en el cine la hemos visto haciendo de una guerrillera del Congo, en 'El cuaderno de Sara' (2018). Le pregunto si considera si en España es más difícil luchar contra estereotipos. "Es difícil, pero no sé si 'más' difícil. Creo que hay que entender cada sociedad en su contexto histórico para poder sacar conclusiones y herramientas adecuadas para luchar. La historia particular de España tiene sus características y tiene que ver con cómo se ha relacionado con África y con su pasado de esclavitud, que no se ha hecho visible. La población negra tiene un estigma, historia y evolución, y en función de todo eso es como se reproducirán nuestros pasos y nuestra lucha. Eso es lo primero que hay que entender para comprender por qué nos reivindicamos".

"Individualmente, mi vida y mi trayectoria se desarrollan aquí y me he construido aquí como persona. España, por otra parte, no es comparable con Estados Unidos, Francia o Inglaterra en cuanto a su densidad de población negra, pero tiene una historia vinculada con Guinea Ecuatorial que formó parte de este país como provincia y posteriormente la historia la relegó a un segundo plano. La evolución de la población ha estado formada por factores políticos y sociales. El problema es que aunque hemos aportado y contribuido no se considera que formemos parte de la sociedad. Lo primero que hay que entender es qué es la sociedad española: no somos personas que acabamos de llegar. Llevamos aquí mucho tiempo. Cuando el imaginario que se construye sobre los otros está desvirtuado, todo lo que hagamos a partir de ahí lo estará. En las artes escénicas, a la hora de considerar papeles siempre hay un cliché o estereotipo que se asoma más allá de la complejidad de la persona y su historia", considera la actriz.

"Hay que dejar de lloriquear y decir que nos oprimen, y empezar a trabajar"

Pero entonces, ¿es buena la representación si al final lo que se representa es un estereotipo? "Entiendo lo que dices", comenta Ayoub. "Yo, como consumidor, no consumo cierto contenido. Es como la entrevista de Évole a Morad, en la que hablaba de que robaba o fumaba porros. Pero está claro que él ha roto moldes y ha creado un movimiento. Que se escuche a una persona como él y haya reventado todas las ventas es una referencia. Pero hay que seguir trabajando para que haya otro tipo de mensajes. Estamos hartos de oír hablar de lo mismo: documentales del 11M, una peli del Mediterráneo... no se puede hablar de esos temas desde el privilegio, tío. Si quieres hacer una película de un negro, deja que ese negro cuente la historia. Tú cuenta tu vida, cuenta una fábula, habla de Franco, de cómo saliste del armario y lo que supuso... yo qué sé, pero mete a otros personajes. Un racializado también puede hacer de abogado o médico. No hablemos de raza o de religión, sino de historias", señala Ayoub.

placeholder  Astrid Jones en El regreso de la espía. (Netflix)
Astrid Jones en El regreso de la espía. (Netflix)

"Esto, hasta que nosotros no entremos en diferentes espacios no va a pasar", indica. "Podremos estar hablando de esto durante años, quejándonos y lloriqueando, pero hasta que no creemos nosotros nuestros propios espacios no va a cambiar la situación. Discúlpame la intensidad, pero lo que yo siento refleja lo que tú has constatado: hay que dejar de lloriquear y decir que nos oprimen, y empezar a trabajar. Saber quiénes son nuestros aliados de verdad, como la Academia y Cayetana, y empezar a trabajar con ellos".

"Las personas que estamos lanzando este mensaje venimos a decir que estamos aquí y que nuestras historias también son importantes. Completan el imaginario"

Astrid cree que las cosas están cambiando en nuestro país para las personas afrodescendientes porque hay una presión global y externa. "Viene de Estados Unidos, con el movimiento 'Black Lives Matter' y al final estamos interconectados. Las grandes potencias determinan el ritmo de los cambios, pero a nivel profundo y estructural la concepción de que las personas no blancas no forman parte de esta sociedad está muy arraigada todavía y esto también sucede con los personajes de las artes escénicas. Por la parte que nos toca tenemos que realizar la visibilización y el entendimiento, que no somos personas ajenas, que formamos parte de la sociedad. Ahí apelo a la responsabilidad de las historias que se cuentan y los personajes que se crean".

Foto: Imagen de los Teatros del Canal (Efe)

"Si tu sensibilidad o capacidad de percepción se limita a tu entorno, todo lo que cuentes va a estar bañado por ese sesgo", dice. "El tema es que las personas que estamos lanzando este mensaje venimos a decir que estamos aquí y que nuestras historias también son importantes. Completan el imaginario y la visión de lo que es esta sociedad. Al fin y al cabo, son imágenes que llegan a otros que desconocen esa realidad, y todos merecemos un respeto en la en la manifestación de esas realidades diferentes. Siempre han sido otros los que nos han contado, y quizá no han tenido en cuenta quiénes somos verdaderamente. La sensibilidad que nosotros podemos aportar con nuestras historias es mucho más rica y compleja de lo que una persona ajena pueda lanzar al mundo, a menos que esa persona se rodee de gente que le de una imagen completa de ese entorno. A veces no hay un interés en mostrar la profundidad de estos personajes, tiene que haber un acercamiento real y responsable a las historias de los otros".

"Tío, después de 800 años y toda la cultura y bagaje de los árabes y musulmanes, siempre se habla de lo mismo: los terroristas. Los yihadistas. El hombre musulmán que oprime a su mujer. ¿En serio solo han dejado eso en todo ese tiempo? ¿No han dejado nada más? ¿De verdad vamos a hacer una serie o un documental que vuelve a hablar de lo mismo? Yo ya dimito, de verdad". El que me habla es Ayoub El Hilali (Barcelona, 1989), actor al que el espectador habrá podido ver en distintas producciones como 'El príncipe', 'La pecera de Eva' o 'Promesas de arena'. Series de televisión en las que sus personajes comparten eso de representar el estereotipo más clásico de una persona musulmana.

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