Manuel enciende la chispa en 'La Promesa' que le separará de sus padres para siempre

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El personaje de Lope tenía pendiente de afrontar un par de traumas del pasado en la serie La Promesa. El cocinero de la ficción de época que La 1 de Televisión Española emite entre semana a las 17:30 horas, sin embargo, podría liberarse de todo asunto arrastrado gracias a la ayuda que Jana le ha brindado en el episodio de este viernes, en el que el joven ha experimentado un onírico viaje hacia el pasado.

En el episodio anterior, Jana le propuso a Lope que cocinase con los ojos vendados, mientras ella le iba haciendo preguntas que le remitían a su infancia. El chico se emocionó cuando recordó a sus padres, que trabajaban en una conservera.

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En el capítulo de hoy, Jana ha confrontado a María Fernández, para saber si eran ciertas sus intenciones de marcharse de La Promesa. La dicharachera sirvienta le ha aclarado que aquel era su sitio, y de que se trataba más de un deseo que de una realidad, aquello que le dijo a Salvador de que les quedaba allí "nada y menos".

Eso sí, María se ha quejado de las duras condiciones en las que vivían los pobres, y de lo injusto que era que a Jana le hubiesen encargado las tareas más duras como castigo, y que a ella y Salvador les hubiesen prohibido casarse cuando quisieran. Jana ha intentado consolarla diciéndole que los tiempos cambiarían, pero María ha mantenido su actitud negativa ante el futuro.

María ha recriminado a Manuel que Jana tuviese que cargar con trabajos tan físicos

Jana ha anunciado frente a sus compañeros del servicio que debía limpiar otra chimenea antes de comer, y tanto Teresa como María Fernández se han quejado a Pía del abusivo trato que estaba recibiendo la criada. Pía ha dicho que tenía las manos atadas, e intentar hablarlo con los marqueses tendría consecuencias pésimas sobre el resto del servicio.

Jana le ha dado la razón. La chica ha creído firmemente que merecía ese castigo por haber abandonado a Curro de aquella manera. Así se lo ha explicado a Abel, quien se ha interesado por su estado de ánimo. El doctor le ha regalado un ungüento para hidratar sus manos, y le ha dicho que los amigos buenos se cuidaban. La chica ha aprovechado para contarle a Abel que había indicado un nuevo tratamiento con Lope, basado en desbloquear la psique.

El mágico viaje de Lope

En una segunda sesión, Jana ha invitado al cocinero a realizar una empanada de atún, nuevamente vendado por los ojos, y le ha preguntado por los últimos recuerdos que tenía de sus padres, antes de la tragedia. El chico ha relatado que aquel día se levantó tarde, y su madre le tenía preparado el desayuno. Sus progenitores llegaban tarde al trabajo, y el chaval no pudo despedirse de ellos, porque salieron corriendo de casa.

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Cuando Jana le ha ofrecido a Lope oler un tarro de conservas, le ha dicho que pensase que tenía delante a sus padres, y que les dijese lo que le oprimía en el pecho. Lope ha entrado en un estado total de ensoñación, en el que se ha reunido con sus padres, y ha podido agradecerles todo lo que habían hecho por él. "Ustedes no han muerto, ustedes siguen viviendo en mí, y los querré siempre", ha expresado el joven, quien ha acabado abrazando a Jana por su ayuda. ¿Podrá ahora el chico declararse ante Vera?

Una invitación a la revuelta

Por otro lado, Manuel ha encontrado trabajando a Jana, y ha abordado el asunto del incendio en la fábrica de aceite, a la que supuestamente acudió Abel para ofrecer sus servicios sanitarios. El heredero de los Luján ha preguntado a su enamorada si había hablado sobre ello con el doctor, pero la criada no había querido indagar en el tema, pues ella puso como excusa que también se encontraba allí, en lugar de en la remota playa con Manuel. El hermano de Catalina ha expresado a Jana su sospecha de que Abel tampoco habría dicho la verdad sobre su obra benéfica en aquel incendio.

Manuel, a María Fernández: "Es la única manera de que os tomen en serio"

Hablando de incendios, aquella no ha sido la única chispa que ha propiciado Manuel. En el hangar, el aviador ha encontrado a María Fernández leyendo la noticia en un periódico sobre unos trabajadores que habían proclamado una huelga. La chica se ha visto con la confianza suficiente para comentarle al señor que, aunque no saliesen en los periódicos, el servicio de La Promesa sufría las mismas desigualdades.

María ha recriminado a Manuel que Jana tuviese que cargar con trabajos tan físicos, y que tuviesen que aguantar las órdenes caprichosas e injustas de los marqueses. Cuál ha sido la sorpresa de la sirvienta, cuando Manuel le ha dado la razón. "Tal vez deberíais organizar una huelga", ha sugerido el chico, justificando su idea con un “quien no llora, no mama”.

María ha mirado de reojo a Manuel, y le ha preguntado si le estaba animando a la revuelta. "Visto lo visto, es la única manera de que os tomen en serio", ha dicho el hijo de los marqueses. ¿Se ganará así Manuel el desapruebo total de sus padres? La huelga, sin dudas, perjudicaría al buen nombre de los Luján. ¿Qué harán los marqueses cuando se enteren de que su propio hijo ha alimentado las llamas de la revolución?