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Los motivos por los que 'Stranger Things 3' merece la pena, aunque sea más de lo mismo
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Los motivos por los que 'Stranger Things 3' merece la pena, aunque sea más de lo mismo

La tercera temporada destaca por la brillante incorporación de la actriz Maya Hawke, cuyo personaje revela algo nada habitual en 'Stranger Things'

Foto: La pandilla, en la tercera temporada de 'Stranger Things'. (Netflix)
La pandilla, en la tercera temporada de 'Stranger Things'. (Netflix)

La larga espera de casi dos años para poder disfrutar de la tercera temporada de 'Stranger Things' ha merecido la pena. La joya de la corona de Netflix ha vuelto en plena forma y más divertida que nunca. Hay quien se queja de que, una vez más, no aporta nada nuevo, pero lo cierto es que tampoco lo pretende. El entretenimiento adictivo y el éxito de la serie no radica tanto en los fenómenos paranormales que temporada tras temporada se repiten, sino en la química entre los personajes y la inyección de nostalgia ochentera que salpica la pantalla.

['Stranger Things': seis cosas que debes saber sobre la tercera temporada]

En esta ocasión, el espectador tiene ocasión de disfrutar de todo ello, pero además con más humor que nunca. Los ocho capítulos se pasan en un suspiro. El ritmo es frenético. Prueba de ello es que los episodios vuelan uno detrás de otro y antes de que Netflix salte automáticamente al siguiente, uno no para de darle al play para seguir devorando el siguiente. Por algo será...

Los protagonistas han crecido, pero han sabido mantener intacta la esencia de sus personajes, así como la química que había entre ellos

Ciertos aires de modernidad sobrevuelan Hawkins, el pequeño pueblo de Indiana donde no dejarán de pasar cosas raras en esta temporada. Todo gira en torno a la apertura de un maravilloso centro comercial que tendrá un peso importante en la historia. A partir de su inauguración, estamos en 1985, las fuerzas del mal harán de las suyas.

placeholder Imagen de la temporada 3 de 'Stranger Things'. (Netflix)
Imagen de la temporada 3 de 'Stranger Things'. (Netflix)

Concurrirán loquísimas persecuciones de lo más inverosímil. Once, como siempre, moverá de todo con su mente, con una facilidad pasmosa... y la pandilla de chiquillos, no tan pequeños, tratará de investigar lo que está sucediendo. Tendrán que vérselas, ¡no solo con monstruos, sino hasta con rusos! En fin, toda una odisea, cuyo impactante y misterioso capítulo final dejará abierta y garantizada la cuarta temporada.

placeholder Centro comercial Starcout que inauguran en Hawkins. (Netflix)
Centro comercial Starcout que inauguran en Hawkins. (Netflix)

'Stranger things' sigue funcionando

La serie, que tan de moda puso la nostalgia en la televisión, consigue una vez más, sin reinventarse ni arriesgar demasiado, entretener y sorprender al mismo tiempo. ¿Es más de lo mismo? En buena parte sí, pero funciona. ¿Para qué cambiar algo que marcha sobre ruedas y que, además, el público consume como churros? Es lo que han debido de pensar sus directores y creadores, los hermanos Duffer, a la hora de dar continuidad a la historia por tercera vez.

Dicho y hecho. Aunque hay cosas que inexorablemente, nos gusten o no, sí han cambiado. Aquellos niños que nos cautivaron con su inocencia hace tres años han pegado un estirón de tres pares de narices. Se han convertido en unos adolescentes de tomo y lomo, en pleno despertar sexual y en continuo conflicto con sus hormonas.

placeholder Imagen de la T3 de la serie 'Stranger Things'. (Netflix)
Imagen de la T3 de la serie 'Stranger Things'. (Netflix)

Había miedo, y muchas dudas, sobre si no restaría fuerza a la historia verlos transformados en púberes castigados por toda suerte de espinillas, granos y pelusilla de bigote entrecortado. Pues bien, miedo ninguno. Igual que han crecido como personas, lo han hecho como actores. Los responsables de encontrar el reparto de la primera temporada se merecen un aplauso. Aquellos chiquillos han crecido, sí, pero han sabido mantener intacta la esencia de sus personajes, así como la química que había entre ellos. Es más, se ha fortalecido con el paso de tiempo. Hay mucha más complicidad entre ellos.

Maya Hawke, un escándalo de actriz

La incorporación al reparto de la joven actriz y modelo de 20 años Maya Hawke es una de las grandes sorpresas de la temporada, y merecedora de todos los elogios, que está recibiendo. Hija de Ethan Hawke y Uma Thurman, interpreta a Robin, una alocada quinceañera y compañera de trabajo de Harri en el centro comercial abierto en Hawkins.

placeholder Maya Hawke, en 'Stranger Things 3'. (Netflix)
Maya Hawke, en 'Stranger Things 3'. (Netflix)

Polémica, y mucha, la que ha desatado, por cierto, una secuencia suya, donde realiza una confesión muy íntima sobre su vida personal. Quizás porque al público de 'Stranger Things' le ha pillado por sorpresa, como a todos, el gran secreto de Robin. Sea como fuere, Maya es uno de los grandes aciertos de esta temporada, al igual que lo es la divertida relación que los guionistas han construido entre Winona Ryder, que por fin deja atrás sus lloros tan cansinos, y David Harbour. Ambos protagonizan muchos de los momentos más hilarantes de esta saga.

Esta temporada cuida más que nunca la ambientación de los 80. Netflix y los hermanos Duffer saben que gusta y lo potencian con ingenio y dinero. Además de referencias musicales, como 'Material Girl' o 'La historia interminable', y cinematográficas a películas tan emblemáticas como 'Karata Kid' o 'Terminator', donde realmente se han dejado la pasta ha sido en recrear y ambientar espacios como el parque de atracciones donde se celebra el 4 de julio o el centro comercial 'Startcourt.

placeholder Imagen de 'Stranger Things 3'. (Netflix)
Imagen de 'Stranger Things 3'. (Netflix)

Por cierto, el centro comercial en cuestión existe y se encuentra en Atlanta. Estaba abandonado y el equipo de la serie lo recuperó y lo rehabilitó para la grabación. Es en estos y otros escenarios donde apreciamos un cambio de luz , frente a otras temporadas mucho más oscuras y frías. 'Stranger Things 3' está llena de color y de calor. Por primera vez, es verano en Hawkins y eso también marca la historia.

Esperando ya la cuarta temporada

En resumen, estamos ante una temporada luminosa, divertida y trepidante, aunque también con algunos momentos tristes y con unos diez minutos finales llenos de amargura e incógnitas, que exigen y piden a gritos una cuarta tanda de 'Stranger Things'. Siempre hacen lo mismo, sí, es cierto, pero hasta en eso hay que ser maestros. No es fácil acabar en alto y en medio de tantas dudas una temporada. De nuevo, los hermanos Duffer lo han logrado.

La larga espera de casi dos años para poder disfrutar de la tercera temporada de 'Stranger Things' ha merecido la pena. La joya de la corona de Netflix ha vuelto en plena forma y más divertida que nunca. Hay quien se queja de que, una vez más, no aporta nada nuevo, pero lo cierto es que tampoco lo pretende. El entretenimiento adictivo y el éxito de la serie no radica tanto en los fenómenos paranormales que temporada tras temporada se repiten, sino en la química entre los personajes y la inyección de nostalgia ochentera que salpica la pantalla.

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