'Yo fui un narco': Laureano Oubiña rompe su silencio en televisión

DMAX estrenará finalmente esta semana (miércoles y jueves en prime time) 'Yo fui un narco', una cuidada narración de la vida y trayectoria de Laureano Oubiña, uno de los narcotraficantes gallegos más conocidos durante los años 80 y 90. El documental, producido por Unicorn Content ('El programa de Ana Rosa'), reconstruye la historia del narco gallego, a partir de testimonios de periodistas especializados, abogados, testigos, fiscales y jueces, entre los que destacan el juez Baltasar Garzón, el exnarcotraficante y testigo protegido del caso Nécora, Ricardo Portabales, y el propio Laureano Oubiña.

Esta producción, que sigue la línea editorial iniciada con la primera producción del género true crime del canal, 'Yo fui un asesino', cuenta con el visto bueno del propio Oubiña. La nueva apuesta del canal descubrirá algunas de las aristas aún desconocidas del 'Pablo Escobar' gallego, una persona que fue por un tiempo totalmente inaccesible: "He estado más de 22 años en prisión, he pasado por más de 42 cárceles y yo no he matado a nadie. Durante todos estos años no he podido hablar, pero ahora voy a hablar alto y claro”, afirma Oubiña en el documental.

Al parecer, Laureano Oubiña ha conseguido ahora contar su historia en primera persona, como ya hiciera en su libro 'Toda la verdad'. "Me animé a escribirlo porque la mayoría de los medios no contaban lo que era la realidad de mis vivencias". Oubiña se mostró muy crítico con el libro de Nacho Carretero en el que posteriormente se basó 'Fariña', la exitosa ficción de Antena 3. "Es un corta y pega" de los artículos de prensa de la época, llegó a decir al diario 'ABC'.

Un hombre en libertad

¿Fue Laureano Oubiña víctima de sus circunstancias y cabeza de turco del narcotráfico en Galicia? ¿Es culpable de haber llevado el dolor a muchas familias a través de la droga con la que se enriqueció? ¿Fue el caso Nécora, la mayor operación contra el narcotráfico en la historia de España, una farsa? Conocido por ser uno de los mayores contrabandistas y narcotraficantes de Galicia durante décadas, su Pazo de Baión se convirtió en símbolo de la lucha de la sociedad gallega contra el tráfico de drogas. Tras encadenar varias condenas de cárcel y pasar más de 20 años en prisión, ahora es un hombre libre.

Ofrece una completa visión del problema del narcotráfico en Galicia que en su día removió los cimientos de toda una sociedad

'Yo fui un narco' podrá verse dividido en dos partes de una hora de duración cada una. La cita será el martes 13 y el miércoles 14, a las 22:30 horas. La serie analizará la relación con su padre, sus inicios en el mundo del contrabando, su enfrentamiento con otros narcotraficantes, su relación con Esther Lagoy y su pérdida tras su fallecimiento, su primera condena en 1978 por un delito de cohecho, pasando por su detención en 1990 en el marco de la Operación Nécora contra el narcotráfico en Galicia, su paso por prisión y sus últimos delitos por blanqueo de capitales.

Quienes han tenido la ocasión de conocerlo le dedican todo tipo de calificativos, ninguno bueno. Oubiña se defiende asegurando que "una persona no nace contrabandista ni delincuente, te hacen las circunstancias. He sido toda mi vida un trabajador de lo legal y de lo ilegal".

La primera parte

Para Laureano, su infancia fue "como la de mucha gente en aquella época. Había mucha hambre, mucha miseria. En el tiempo de la posguerra, o emigrabas o hacías algo ilegal". El documental recoge testimonios que confirman que fue "un niño maltratado", según él mismo reconoce y que, tras la última pelea con su padre, se marchó de casa con 17 años para no volver nunca. Se casó siendo menor de edad, aunque para él su primer matrimonio "fue un desastre" y reconoce que ha "sido un mal marido y un mal padre".

El inicio del fin de Laureano llegó con la Operación Nécora, en la que fue clave el testimonio del exnarcotraficante Ricardo Portabales

Laureano comenzó con el contrabando de café, de gasoil y de productos que provenían de Portugal y que introducía por la Ría de Arousa para terminar convirtiéndose en el mayor contrabandista de tabaco de la zona. Aunque parezca mentira, las fuerzas de seguridad miraban para otro lado y, de hecho, hubo agentes de la Guardia Civil involucrados ya que con este tipo de operaciones conseguían un sobresueldo que llevarse a casa.

"Sin la colaboración de las fuerzas del Estado era imposible hacer nada y sigue siéndolo hoy". El boom de este tipo de contrabando coincidió con la entrada en vigor la Constitución de 1978. El contrabando de tabaco no era delito en aquella época, era una infracción tributaria, y los narcotraficantes ganaban y gastaban mucho dinero, lo que abrió las puertas al tráfico de drogas.