Joaquín Torres llora desconsoladamente en su reaparición con Sonsoles Ónega tras su espantada en 'Espejo público'

Tras poner pies en polvorosa de Espejo público hace ahora cuatro meses, Joaquín Torres ha reaparecido este jueves, 14 de marzo, en otro plató de Antena 3: Y ahora, Sonsoles acogía al arquitecto para relatar la delicada situación que atraviesa, muy tocado tras el fallecimiento de su madre, las disputas con uno de sus hermanos, un fatal accidente y, por encima de todo ello, la espinita que todavía tiene clavada desde el fallecimiento de otro de sus hermanos.

El mediático arquitecto desaparecía de las pantallas de Atresmedia el pasado noviembre, cuando se lanzaba contra la dirección de Espejo público por incluirle en la lista de colaboradores que supuestamente más seguidores falsos tenían en sus redes sociales. Torres no estaba dispuesto a consentir que se ensuciase su nombre de esa manera y, tras llegar incluso a encararse con Susanna Griso, ponía pies en polvorosa.

Desde entonces no volvía a aparecer en Atresmedia, una situación que ahora ha cambiado de la mano de Sonsoles. La presentadora le recibía en su magacín de tarde para conversar sobre su difícil situación: Joaquín ha acusado a su hermano Julio de haber engañado a sus padres después de haberse quedado supuestamente con parte del patrimonio familiar, valorado, según él, en más de mil millones de euros.

El reciente fallecimiento de su madre no ha hecho más que reabrir esa herida, con la herencia encima de la mesa. Estas dispuestas no llegan, además, en el mejor momento personal de Torres, quien sufrió un grave accidente el pasado diciembre por el que tuvieron que intervenirle durante ocho largas horas y que le dejó la pelvis y el antebrazo rotos, además de una lesión pulmonar y de hígado.

Este complicado trance, por el que entró y salió del plató con muletas, le ha acabado repercutiendo también en su relación con su pareja, Raúl Prieto, ahora que se va a cumplir su primer año de matrimonio: "Ahora mismo me priorizo yo. Tengo que sanarme yo para poder dar a mis hijos, a Raúl. Tengo que salir de este agujero. Me duele muchísimo. Sé que no estoy a la altura, pero es que no puedo. Raúl está pagando todo esto, y, en esta especie de incomprensión, lo estamos pasando mal como pareja. Yo ahora mismo tengo que sanar y él es incapaz de dar más, no puede... Llega un momento que cuando las cosas no funcionan de una manera adecuada...es el amor de mi vida, pero ahora necesito curarme y todo lo demás es secundario".

Ónega rescataba además unas imágenes del programa El secreto, del año 2009, donde el invitado se abría en canal sobre el fallecimiento de uno de sus hermanos: "Soy muy crítico, conmigo mismo y con los demás. A mi hermano nunca le entendí, y tenía una enfermedad. Iba a decir que nunca le di una segunda oportunidad, pero es que no llegue a darle ni una primera", explicaba Joaquín a cámara.

Al ver las imágenes, Torres se derrumbaba: "Yo no me porté bien con mi hermano Juan. Tenía una enfermedad, que era la drogadicción, y yo no lo supe entender. Creía que era un capricho. Mi hermano muere de una sobredosis y yo nunca pude soportarlo". Sonsoles le pasaba un paquete de pañuelos, con el arquitecto hecho un mar de lágrimas.

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Todavía sin recomponerse, Joaquín Torres proseguía abriéndose en canal: "Cuando conocí a un chaval que había podido rehacer su vida y dejar atrás su adicción, me eché la culpa por no haber ayudado a mi hermano a salir de ese problema, de esa enfermedad. Yo le aparté, y eso ya está hecho. Ese dolor lo llevaré siempre por dentro. ¡Cómo me saco esto de encima!", se lamentaba entre lágrimas, pensando en el pesar que su madre se debió de llevar consigo a la tumba por esta misma circunstancia.

Dada su situación, Sonsoles Ónega no podía hacer otra cosa que levantarse para fundirse con él en un largo abrazo tras el que le costaba mantener la compostura. Tras varios minutos de lágrimas, el arquitecto era despedido entre aplausos, agradeciéndole su sinceridad sobre estos dolorosos episodios.