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El bajón que no vimos venir con la segunda parte de 'Sálvese quien pueda'
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OPINIÓN

El bajón que no vimos venir con la segunda parte de 'Sálvese quien pueda'

Los tres últimos episodios de la docuserie de 'Sálvame' en Netflix parecen producidos y pensados hasta por otra productora distinta de los que nos dejaron embobados en el estreno

Foto: Germán González, en 'Sálvese quien pueda'. (Netflix)
Germán González, en 'Sálvese quien pueda'. (Netflix)

Lo corto, placentero y divertido que se me hizo el estreno y lo tedioso, insípido y dilatado que me ha resultado la segunda parte de Sálvese quien pueda. Si los tres primeros capítulos fueron la pura esencia del Sálvame de antaño, el cierre de la docuserie parece haberse cedido a otras manos.

Paradójicamente, el final del formato deja un intrigante mensaje que invita a pensar en una continuidad en la famosa plataforma de streaming. Sin embargo, todas las ganas de más con las que me dejaron los primeros episodios se han esfumado por completo con la última tanda de capítulos. Ciertamente, ese arranque dejó el listón demasiado alto.

"De lo prometido, se ha quedado en un viaje de fin de curso por los rincones de México"

El viaje de los famosos excolaboradores de Telecinco por Miami rezumaba picardía, justo lo que la cadena de Fuencarral ha fulminado con la cancelación de estos míticos rostros de sus tardes diarias. Fue curioso observar cómo unas figuras que han supuesto todo un éxito durante 14 años en la que fue televisión líder de España buscaban trabajo al otro lado del charco, aprovechándose de su lengua castellana. Todo lo opuesto a lo que nos ofrecen en su visita a México.

La imponente presencia de Laura Bozzo se ha quedado tan descafeinada como su reciente participación en Gran Hermano VIP 8, lo mismo que otra inesperada colaboración, la de Germán González. Todo el talento que derrochó en los platós de Mediaset se quedó sepultado con la era Vasile, o eso, al menos, han sacado de él en la docuserie de Netflix.

placeholder Víctor Sandoval, Belén Esteban, Terelu Campos y Kiko Matamoros, en 'Sálvese quien pueda'. (Netflix)
Víctor Sandoval, Belén Esteban, Terelu Campos y Kiko Matamoros, en 'Sálvese quien pueda'. (Netflix)

De lo prometido, ser desde nuestro sofá de casa la comitiva del núcleo duro de Sálvame intentando hacerse un hueco en Latinoamérica, se ha quedado en asistir a un viaje de fin de curso de Belén Esteban, María Patiño, Lydia Lozano, Víctor Sandoval, Kiko Matamoros, Kiko Hernández, Germán González y Chelo García Cortés. Las travesuras, piques y atrevimientos que vimos en el estreno, y que nos hacían viajar en el tiempo a los comienzos del desaparecido neorreality, se han esfumado en un abrir y cerrar de ojos con este último enfoque de la docuserie.

Foto: Varios rostros de 'Sálvese quien pueda'. (Netflix)

Me ha costado llegar al sexto y último episodio, y eso que es el que menos duración tiene, gracias a Dios. Tres entregas que parecen haber bebido más de Las Campos y sus extravagantes periplos por Estados Unidos, que de aquella docuserie prometida para buscarle trabajo a los recién despedidos de Telecinco, que, por desgracia, solo ha sido la anécdota entre visita y visita por los rincones mexicanos.

Sin embargo, destaco algunos momentos que me han parecido para enmarcar. Hablo, sobre todo, de la arisca intervención del apodado 'señor Netflix', así como las jocosas reacciones de los protagonistas, que por momentos perdían toda su bravura ante la figura que podría convertirse en su nuevo jefe. Las críticas a escondidas a Chelo García Cortés en su performance LGTBIQ+ o las escenas de ensayo de teatro que terminó ganando quien menos se esperaban ellos.

Lo corto, placentero y divertido que se me hizo el estreno y lo tedioso, insípido y dilatado que me ha resultado la segunda parte de Sálvese quien pueda. Si los tres primeros capítulos fueron la pura esencia del Sálvame de antaño, el cierre de la docuserie parece haberse cedido a otras manos.

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