"Estoy impactado": Carlos Sobera no da crédito ante la salida de un soltero en 'First Dates'

No es la primera vez que un comensal deja sin palabras a Carlos Sobera, pero probablemente la presentación de Grifo ante la audiencia de First Dates es de las más llamativas que se recuerdan, con el presentador confesándose "impactado" e incapaz de contener un ataque de risa segundos después.

Todo empezaba con la llegada del joven al restaurante y tanto Sobera como Matías se interesaban por conocer de dónde le venía su mote: "¿Tu padre era fontanero?", bromeaba el camarero, ajeno a que estaba dando pie a una de las presentaciones más surrealistas de los últimos tiempos.

"No, es por uno de los trabajitos que había hecho... respecto al porno", arrancó sincerándose, dejando a los dos rostros de Cuatro atónitos, tanto por la singularidad del trabajo como por la sinceridad de Grifo. "Básicamente, es mi nombre artístico, pero también viene de años atrás, es como todo el mundo me conoce en mi barrio, en las redes sociales... Es porque la tengo así, para abajo", concluyó mientras les hacía un gesto de gancho con el dedo.

La cara de Sobera era un poema, estupefacto. "Bueno, ¿qué tal? ¿Cómo lo llevas? ¿Todo bien?", le decía el joven, segundos después, tratando de romper el hielo, ya que ninguno de los dos articulaba palabra. "Bien... impactado, la verdad", reconocía el presentador.

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X.M.

"Es un nombre gracioso y simplemente es por eso. En una situación seria no lo usaría, obviamente, pero en general me tomo la vida en gracia, así que uso el mote mucho", agregaba el soltero, que rápidamente pasaba a contar algunas de sus curiosas experiencias viviendo en el extranjero. Su verborrea pillaba a Carlos por sorpresa: "Ahora sé por qué le llaman Grifo, no para de soltar por la boca".

"Conmigo nadie se aburre, entre lo cotorra que soy y todas las aventuras que puedo contar y compartir...", aseguraba Grifo, ajeno a que precisamente sería ese don para la palabra el que acabara echando para atrás a su cita esa noche. Sobera iba a buscarla a la puerta, pero no podía contener un ataque de risa por la arrolladora personalidad que acababa de conocer, llegando incluso a cubrirse el rostro con la carta del bar.

Alba se reconocía también a su llegada como una chica muy extrovertida, con muchas anécdotas que compartir, la graciosa de su grupo, y quizá por ello no encajó bien con Adrián Grifo, ya que acabó sintiendo que no la dejaba hablar. Por eso, aunque la velada transcurrió bastante bien entre ambos, optaba por darle calabazas en La decisión final.