"Son unicornios": Carlos Sobera, ojiplático en 'First Dates' ante una dudosa comparación

"El amor es una carrera de aguante, hay momentos malos y buenos. En los malos, no puedes mandarlo todo a la mie***". Así de profundo y reflexivo se presentó Javier, un "extrovertido" madrileño de 31 años dispuesto a encontrar el amor en 'First Dates' o, al menos, vivir la experiencia, pues se confesó seguidor incondicional del programa de Cuatro.

Tras tres relaciones largas, que acabaron porque no compartía con ellas "el mismo punto de vista", el administrador llegaba al 'dating show' para conocer a Daniela, una profesora de origen brasileño afincada en Valladolid. Poco antes de que entrase en el restaurante la joven, el concursante comentó a Carlos Sobera qué buscaba concretamente en una mujer.

Javier: "Tiré la toalla de encontrar una chica graciosa. Son unicornios"

"Pues, mira, yo ya tiré la toalla de encontrar una chica graciosa, porque creo que son unicornios. Son complicadas de encontrar. Me conformo con que se reían de mis tonterías", confesó ante un atónito Sobera, que no daba crédito a la comparación que acababa de escuchar. No obstante, hizo oídos sordos y animó al chico en su propósito: "Hoy lo conseguiremos, a por ello".

Lo cierto es que Javier no fue del todo sincero con Daniela durante la velada. Cuando la chica quiso saber cuánto tiempo llevaba soltero, el participante del programa de citas no quiso concretar, aunque más tarde, una vez fuera del restaurante, reconoció ante el equipo que "solo un mes".

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X.M.

No fue el único dato que quiso omitir, al menos en un principio, pues en determinado punto de la cena llegó el momento de jugar al 'rasca del amor', un juego que comenzó con la cuestión '¿el tamaño importa?'. "No, dicen que no importa tanto, por lo que sé del tema", respondió Javier, que justo después revelaría algo sin demasiada conexión con lo anterior: "Tengo un amigo que sigue a un terapeuta sexual y este hace cursos. Fui a dos, hay tres. Hice el de masaje genital femenino y uno era... otro".

Finalmente, durante la decisión definitiva, el comensal terminó por decir de qué iba ese segundo curso, una práctica que aseguró que no tenía ningún interés en probar: "Hice el de 'squirting' femenino". "Somos compatibles, nos llevamos bien. Siento cuando me llevo bien con alguien", afirmó Daniela, dando pie a una segunda cita, a la que también accedió él.