La dueña de un bar de 'Pesadilla en la cocina', contra Chicote: "No puedes cargarte a una persona por audiencia"

Hace más de cinco años, Alberto Chicote viajó, junto al equipo de 'Pesadilla en la cocina', hasta Castilla y León para conocer y echar una mano a Sole Álvarez, una veterana hostelera con la que acabaría protagonizando una fuerte discusión. La situación del 'Café Zamora', con 25 despidos en tres meses, no presagiaba nada bueno.

El mal funcionamiento del negocio era evidente, sin embargo, las causas eran muy diferentes según la versión de la dueña o la de los empleados. Para Sole, el problema se encontraba en que nadie cumplía sus exigentes órdenes. Los empleados, por su lado, se lamentaban de la desconfianza de la dueña hacia ellos, de las despóticas maneras con las que los trataba y de su falta de empatía hacia quienes trabajaban para ella.

Sole: "De la carta de Chicote no queda nada, no hubiera funcionado"

Tras la reforma del local, el equipo procedió a su reapertura e intentó corregir los errores del pasado, sin embargo, la dueña se empeñó en seguir haciendo las cosas a su manera. "Tienes una forma de hacer las cosas que te van a llevar al mismo agujero donde estabas cuando me llamaste", llegó a decirle Chicote tras ver que la propietaria no reaccionaba. "Si quieres, me voy ya", dijo desesperado el chef. "No voy a decirte que no", respondió ella con prepotencia. Por primera vez, antes de completar el proceso de reapertura, Alberto Chicote decidió abandonar el local con su equipo dada la terquedad y la intransigencia de la dueña.

Ahora, casi seis años después, Sole ha reaparecido en el canal 'Cenando con Pablo', de Youtube, para cargar nuevamente contra el programa y asegurar que absolutamente todo está preparado. Aunque muchos no lo recordarán, Sole Álvarez y Manoli Paz (del restaurante Irlanda, de El Ferrol) fueron dos de las empresarias que en 2017 encabezaron "la primera asociación de afectados de Pesadilla en la cocina". La idea era presentar una demanda conjunta por "promesas incumplidas" y "vejaciones" por parte del chef y el programa, sin embargo, nunca más se supo de aquella famosa demanda. Sí se interpusieron otras por supuestos "comentarios vejatorios e injuriosos" o "intromisión ilegitima en el honor", pero la justicia dio la razón a Chicote y al programa de La Sexta.

"Todo muy bien"

"De momento no hemos cerrado como nos vaticinó Chicote y compañía. Seguimos luchando y gracias a dios todo muy bien", asegura Sole en esta nueva entrevista. "Yo no les llamé, ellos me llamaron en 2014 y después de pensármelo mucho les dije que no. Mi sorpresa fue cuando en marzo de 2015 me llamaron otra vez y no entendía por qué me volvían a llamar. Lo consulté con mi familia y me dijeron que si era verdad que montaban cocinas (porque yo tenía pensado cambiarla) pues que aprovechara. Y acepté".

Según la propietaria, 'Pesadilla en la cocina' es un fraude, porque nada es lo que se vende. Mantiene que hay "un guion y una provocación" para que suceda lo que ellos tienen planeado. "Por tener audiencia lo que no se puede hacer es cargarse a una persona". Según Sole, tras el programa se vio en la necesidad de pedir ayuda de un especialista: "Psicológicamente, yo quedé muy tocada. Iba por la calle y parecía que había fantasmas por todos lados". El programa en cuestión tuvo un 'share' del 14,3% con casi 2,5 millones de espectadores, por lo que la gente empezó a hablar por hablar.

"Me sentí defraudada", opina Sole, "porque los comensales que vinieron, vienen elegidos por ellos [por el programa] y esos comensales saben perfectamente lo que tienen que decir y hacer". Lo que más lamenta es que aquellas personas que asistieron a su restaurante no comentasen nada del trato que el chef tuvo con ella. "Se me puso de maltratadora, de psicópata, de loca, que estaba para tirarme".

Según desvela en esta entrevista en Youtube, entre los clientes que asistieron a las grabaciones estaban sus cuñados y sus sobrinas, quienes reconocieron que había mesas que reclamaron y se quejaron porque la dirección del programa así se lo había pedido. En cualquier caso, los espectadores fueron testigos del trato de la propietaria con uno de sus empleados de cocina. Y eso no lo preparó el programa. "Ese enfrentamiento que tuve con el cocinero, que para mí fue dantesco, fue debido a la presión a la cual estábamos sometidos, en este caso yo", se justifica.

"Si la gente piensa que te solucionan la vida, no. Te la pueden complicar. O haces borrón y cuenta nueva, y sigues tu camino, o acabas muy mal", cuenta Sole.

Antes de acabar, Sole Álvarez asegura que en la emisión del programa decían que Chicote, muy enfadado, abandonaba, pero no fue así. "Dicen que Chicote no acabó el programa. Mentira, lo acabó. Lo maquillaron así y se marchó. Yo no lo eché, se marchó solo", relata ella, aunque en su día frente a la cámara dijo otra cosa. "Yo le dije que se fuera porque estaba hasta las pelotas. Le mandé a paseo".

"Me voy con la satisfacción del trabajo bien hecho. Pero, donde no me quieren, ya se que me tengo que ir. Lo siento por el equipo y por Sole, porque como no cambie no va a servir de nada lo que he hecho", comentó Chicote a cámara antes de dejar aquel local.