Paloma Ferre ('Madrileños por el mundo'): "Llevo con orgullo que copien nuestro formato"

No es nada fácil que un programa se mantenga en antena durante 17 años, por lo que para Paloma Ferre es un verdadero orgullo que 'Madrileños por el mundo' siga tan bien a día de hoy. Fue en el 2003 en Fitur, mientras trabajaba como directora de 'Mi cámara y yo', cuando se le ocurrió este formato que tantos reconocimientos ha dado a Telemadrid a lo largo de los años. "Me di cuenta de que la persona del 'stand' de China era de la calle Serrano de Madrid, que la de Perú era de Menéndez Pelayo, que la de Noruega era de Aluche… Me di cuenta de la cantidad de madrileños que hay repartidos por el mundo", confiesa la periodista, aprovechando el estreno de la nueva temporada de 'Madrileños por el mundo'.

Tras acudir al Ministerio de Asuntos Exteriores y conocer la gran cantidad de madrileños que había desperdigados por el globo terrestre, en 2005, la periodista decidió comenzar con 'Madrileños por el mundo'. El éxito de este formato televisivo hizo que otras cadenas pusiesen en marcha sus propias versiones, copiándose de la idea original de Paloma Ferre, como es 'Españoles en el mundo' de Televisión Española.

Paloma Ferre: "Haber recorrido las calles, te ayuda a saber de dónde sacar historias"

A pesar de la multitud de versiones o copias, el pionero es el programa de Telemadrid. La prueba está en el motivo por el que recibió el Premio Ondas: "Por ser el iniciador de una fórmula de éxito que marca tendencia en televisión", aseguró Àngels Barceló, minutos antes de otorgar este galardón a Ferre y al equipo de 'Madrileños por el mundo'. Algo que llena de orgullo a su creadora, que en ningún momento pensó el gran potencial que este programa autonómico llegaría a alcanzar.

Paloma Ferre es una de esas periodistas de raza que, antes de ponerse detrás de las cámaras, comenzó delante de ellas. En 1993, la madrileña comenzó como reportera de 'Madrid directo', enfrentándose a todo tipo de informaciones y situaciones. Más tarde pasó a ser presentadora en programas de Telecinco ('Historias de hoy', 'Informativos Telecinco') y también de Telemadrid ('Telenoticias fin de semana'). Incluso en 2009 dio las campanadas de la televisión autonómica.

PREGUNTA. Has tocado numerosas ramas del periodismo y has trabajado como reportera, presentadora, directora... ¿Qué es lo que más te llama la atención? ¿En qué faceta te sientes más cómoda?

RESPUESTA. Lo que más me gusta es crear programas. Me encanta esa parte creativa de idear formatos televisivos. También echo de menos salir como reportera. Si eres reportero o periodista es porque te encanta contar historias y yo me siento como pez en el agua haciendo eso. Aunque ahora esté en un despacho, sigo siendo reportera. Yo admiro a mis compañeros que barren las calles detrás de la noticia. Eso es durísimo. Quienes lo hemos hecho durante muchos años, sabemos valorarlo.

P. Como reportera llegaste a poner en peligro tu propia integridad. Cuéntanos, ¿qué sucedió en el poblado de la Rosilla o cuando cubriste la llegada de las Spice Girls a España?

R. Sinceramente, nunca pensé que podría morir cubriendo una noticia de las Spice Girls. A mi pobre cámara lo pasaron por encima [risas]. Aunque cuando peor lo pasé fue cuando conseguí la entrevista a Poli Díaz, en la que reconoció por primera vez que tenía problemas de drogadicción y que estaba viviendo en un poblado chabolista. Me encerraron en una de esas casas. Fueron unos momentos muy tensos, pensaba que me zurraban. Afortunadamente, pudimos reconducir toda la situación y, al final, todo acabó bien. A día de hoy, no sé lo que hice. Creo que cuando la situación es muy tensa y tú tienes todas las de perder, la inteligencia emocional es la que te conduce al camino correcto.

P. ¿En qué momento decides ponerte detrás de las cámaras? ¿Fue algo buscado o una decisión de la cadena?

R. Fue todo un poco por casualidad. Acabé de presentar informativos en Telemadrid los fines de semana y me ofrecieron presentar y dirigir 'Mi cámara y yo'. Es un formato maravilloso que lleva en la casa 18 años. Para mí, que me encanta contar historias, era un lujo poder seguir transmitiéndolas y, además, en 'prime time' y con más tiempo para elaborarlas. Me pareció increíble.

P. En 2005 creas 'Madrileños por el mundo' y, tras el éxito del programa, empiezan a darse distintas copias en otras televisiones. ¿Sienta mal cuando te copian?

R. No, sienta muy bien porque nadie copia lo malo, copia lo bueno. Además, el mercado televisivo es así. Cuando hay una idea que resplandece más que otras, todas las cadenas intentan hacer eso mismo con otra variante. Yo no lo llevo mal, al revés, lo llevo con orgullo.

P. ¿Cómo hacéis para diferenciaros de la competencia? ¿Es posible marcar distancia?

R. En televisión, como en la vida, todo se puede copiar. Pero quien tiene el éxito es el que no deja indiferente al telespectador, el que tiene el tono justo, el que ofrece lo que el espectador está deseando ver. Es decir, el reportero que hace las preguntas que tú, como espectador, te estás preguntando mientras ves el programa. Eso es un tono muy personal que lo damos los reporteros de 'Madrileños por el mundo'. La audiencia los recibe con los brazos abiertos porque son de su familia. Para mí la clave del éxito es la edición, los reporteros y tener el tono. Todo se puede copiar, pero el tono de 'Madrileños por el mundo' solo lo tiene 'Madrileños por el mundo'.

P. Parece que todas las personas que aparecen en 'Madrileños por el mundo' tienen una vida idílica fuera de España. ¿No os llaman también las que sufren un verdadero calvario?

R. Claro, a lo largo de 17 años hemos tenido de todo. Sí que es verdad que al que le va fatal, no lo quiere contar públicamente porque lo va a ver su padre, su vecino... Nosotros respetamos muchísimo eso. La gente que se está separando o que no está muy bien lo último que le apetece es salir en la televisión. Al que le apetece aparecer es al que le va de maravilla.

"La pandemia nos trastocó todos los planes. Fue un infierno real"

P. Eres directora de dos programas que gozan de un gran éxito y reconocimiento ('Madrileños por el mundo' y 'Mi cámara y yo'). ¿Qué dirías que hace falta para saber llevar bien las riendas de un programa?

R. Depende del tipo de programa, pero en los que yo hago, creo que ser cocinero antes que fraile es algo muy bueno. Yo antes he sido reportera y me lo he trillado mucho. Creo que eso es un aprendizaje que tengo, que hay otras personas que no tienen y por lo cual, les puede costar más hacer este tipo de contenidos. Puede que para otro tipo de programas sea más valioso otro tipo de experiencia, pero para los programas de calle, de viajes o de reporteros es muy importante que tú hayas vivido esa experiencia antes. Haber recorrido las calles, te ayuda a saber de dónde se pueden sacar historias y de dónde no.

P. En programas como 'Madrileños por el mundo', la libertad de movimiento es fundamental para su producción. La pandemia hizo que las fronteras de numerosos países se cerrasen y abriesen en función de la situación sanitaria del lugar. ¿De qué manera os ha condicionado eso?

R. Nos trastocó muchísimo todos los planes. Fue un infierno real. Salíamos por la mañana a volar y teníamos que bajarnos de la escalerilla del avión porque habían cerrado el país al que íbamos.

P. Para muchas personas es un sueño trabajar viajando, pero puede ser un inconveniente para, por ejemplo, formar una familia. ¿Os ha sucedido alguna vez que os hayáis replanteado continuar en el programa debido a la falta de estabilidad que puede ocasionar?

R. Viajar es maravilloso y 'Madrileños por el mundo' es un programa idílico para los reporteros, ellos son felices haciendo el programa. Sí que es verdad que es un trabajo muy limitante cuando tienes problemas familiares importantes, como a un familiar enfermo. Viajar es muy sacrificado y es difícil llevar una vida normal cuando estás todo el día montado en un avión. Aun así, es un programa que te da una cultura, una flexibilidad mental y un enriquecimiento alucinante.

"En televisión el físico ayuda, pero tiene que haber algo más"

P. En una entrevista dijiste que por la calle te llaman 'La rubia de Telemadrid'. ¿Alguna vez te ha molestado que te conozcan por esa simpleza?

R. ¿Qué dices? A mí me encanta. Vas entrando en años y no te mira ni San Pedro. Entonces, aunque solo sea por eso, yo les pongo un piso [risas].

P. Se dice que el físico ya no es tan importante como antes para trabajar en televisión. ¿Nos estamos engañando? ¿Se está pretendiendo maquillar la realidad?

R. El físico siempre te ayuda. Si trabajas de cara al público, tener un aspecto agraciado te puede ayudar. Pero como solo tengas el aspecto, no vas a llegar ni a la esquina. Tiene que haber algo más. Además, el físico es algo que no tiene mucha transcendencia porque con el tiempo se va fastidiando. Aunque es verdad que para mucha gente tener un buen físico es una oportunidad.

P. Julia Otero contó en 'Lo de Évole' que cuando era más joven un director le puso la mano sobre la pierna y ella la apartó con un manotazo. ¿Alguna vez te has visto en una situación de acoso de ese tipo?

R. Afortunadamente, a mí nunca me ha pasado nada. Yo siempre he tenido un trato completamente normal, pero sí que sé que de compañeras que lo han pasado muy mal. Aunque hace muchísimo tiempo que no escucho algo de este tipo. A lo mejor a la gente más joven que empieza le puede pasar, pero yo llevo 20 años sin conocer algún caso de ese tipo.

P. Para terminar, ¿te veremos próximamente en cosas nuevas?

R. Pues ojalá que me veáis en cosas nuevas pronto, yo encantada. Me lo paso bomba haciendo contenidos televisivos. Me encanta el público, la calle... Si es que la cabra tira al monte y eso no se frena ni con la edad.