"Me ha dado una bofetada": el perdón público (e histórico) de Rafa Méndez a Lola Indigo

'The dancer' ha hecho posible una reconciliación después de más de una década, y todo gracias a la equivocación de una de las concursantes del programa. Rafa Méndez ha querido aprovechar el momento para disculparse con Lola Indigo, a quien sermoneó cuando tenía 18 años por quedarse en blanco en sus clases.

Catorce chavales de entre 14 y 23 años que han acudido al programa de Televisión Española para demostrar su arte en la modalidad de baile urbano ha sido el hilo conductor a un emotivo abrazo entre dos miembros del jurado.

Rafa, a Mimi: "Ha pasado el tiempo y me ha dado una bofetada en toda la cara"

Y es que, a pesar de que el grupo 'Teen' ha conseguido el apoyo suficiente del público para que se abra el espejo, el repentino desliz de una de las concursantes del cuerpo de baile por poco echa por tierra todo el trabajo grupal. Sin embargo, todos han gritado "¡pase directo!", debido al talento que todos han demostrado encima de las tablas.

"¿Tú crees que estas cosas pueden pasar? ¿Deben pasar? Pero tú has seguido, lo has dado todo y no te has parado", regañaba Rafa Méndez a una de las participantes. Un rapapolvo que, más que bronca, iba encaminado a demostrarle que quedarse en blanco cuando está aprendiendo no significa que vaya a fracasar. Esto mismo ha defendido Lola Indigo, que ha achacado tal descuido a los nervios por abrirse el espejo, momento en el que casualmente coincidía dicha equivocación.

Pero el coreógrafo ha insistido y se ha dirigido personalmente a su compañera Mimi: "Hace doce o trece años esta señorita que está aquí entró en una clase y no pillaba absolutamente nada, estaba desconcentrada, tenía solo 18 añitos. Ha pasado el tiempo y me ha dado una bofetada en toda la cara".

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La cara sonrojada de la cantante no le ha permitido más que seguir escuchando a su compañero, que segundos después reaccionaba de la siguiente manera: "Con esto te quiero decir que no pasa absolutamente nada, eso sí, ponte la pila porque ella se la puso y hoy está donde está, y se lo merece". Y remató con este repentino perdón público a su compañera de mesa: "Y ahora yo digo... ¡Todo mi respeto!".