'¿Qué coño está pasando?', el documental para aquellos que niegan el machismo

'¿Qué coño está pasando?'. Nunca vi un título más acertado. Para todos aquellos que sostienen que ya no hay machismo les recomiendo que inviertan 82 minutos de su vida en ver el documental dirigido por Rosa Márquez y Marta Jaenes, que el día de su estreno en los cines Renoir dejó en la calle a decenas de personas, y ahora arrasa en Netflix gracias al boca a boca. '¿Qué coño está pasando?' es un trabajo sobre el feminismo absolutamente incontestable.

El tándem Márquez-Jaenes sienta frente a su cámara a más de 40 mujeres, entre las que destacan políticas como Irene Montero, Adriana Lastra o Begoña Villacis, filósofas como Ana de Miguel, la sexóloga Loola Pérez, la socióloga Cristina Hernández; escritoras y periodistas, como Rosa María Calaf, Nuria Varela o Henar Álvarez, guionistas como Vera Montessori o Isa Calderón; Laura Baena, fundadora de Malasmadres y la directora de cine porno Anekke Necro. ¿Qué pretenden? Nada más y nada menos que nos demos cuenta como sociedad que el machismo subsiste en el siglo XXI impertérrito, por mucho que haya voces que se empeñen en lo contrario.

Abrir los ojos frente a lo que tenemos adquirido como normalidad es un ejercicio de autodisciplina complicado, pero saludable

Arranca el documental poniendo el dedo en la llaga. Sin tener la necesidad de revisar datos oficiales, las directoras demuestran como en el día a día surgen comportamientos absolutamente desequilibrados e injustos para las mujeres, dejando claro que el feminismo es un viaje hacia la libertad, hacia la igualdad.

Aunque los políticos y, en cierto modo el capitalismo que hace negocio con todo lo que cae entre sus manos, se hayan apropiado del concepto; aunque esté de moda ser feminista, sobretodo desde que partidos de nuevo cuño se hayan empeñado en desfigurar el significado, la única verdad es que ser feminista no es más que buscar "un principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre", RAE dixit. Y eso que no es precisamente una de las características de esa institución. Pero esta es otra historia.

Arranca el documental, decía, recordando a aquellos que se les llena la boca defendiendo que creen en la igualdad, pero no en el feminismo, convencidos de que son dos cosas distintas. El gran reto al que nos enfrentamos como sociedad es educar en el feminismo y hacer entender que lo único que se busca es la igualdad de derechos y oportunidades. Llegados a este punto vendrá quien piense "eso ya existe". Pues no señores y señoras, no existe. Tenemos que desaprender lo aprendido. Y eso lo dejan tan claro como el agua en '¿Qué coño está pasando?'.

Para empezar, desde que nacen, nada es lo mismo para los niños y las niñas. Nada. Como dice una de las entrevistadas, "el éxito del patriarcado hoy es haber hecho pasar por normal la desigualdad". Y si no lo creen, les invito a pasear por una juguetería o, incluso, ahora que vivimos un bombardeo publicitario de juguetes, les recomiendo un ejercicio que he hecho yo con mi hijo de 13 años. Analicen un bloque publicitario de una cadena infantil cualquiera.

Las diferencias hoy son más sutiles que antes, pero siguen siendo las mismas. Las voces en 'off' y las canciones de los anuncios de muñecas, juegos de abalorios, maquillajes etcétera son siempre femeninas, puede que metan un niño para que nadie pueda acusarlos de machistas, pero el target está clarísimo. Al mismo tiempo, la publicidad de los juguetes que durante años se han calificado para chicos cuenta con voces masculinas y en la mayoría solo surgen manos moviendo los muñecos, no se ven niños ni niñas. Así nadie puede acusarlos de machistas. Mi hijo alucinó. Ponerse las gafas moradas, abrir los ojos frente a lo que tenemos adquirido como normalidad es un ejercicio de autodisciplina complicado, pero saludable.

El documental es un ejercicio pedagógico, no solo del momento que vive el movimiento feminista, sino de la situación y el contexto social

A medida que transcurren las entrevistas, el espectador de '¿Qué coño está pasando?' se topa con la gran verdad, las mujeres estamos obligadas a demostrar constantemente nuestras capacidades, algo que no se pide a los hombres. No hemos avanzado.

Rosa Márquez y Marta Jaenes tejen un hilo argumental que pulula por todas las desigualdades que aún están arraigadas como normalidad en la sociedad del siglo XXI: la discriminación por sexo, la hipersexualización de las niñas, la violencia sexual, la prostitución, la pornografía, la publicidad, el uso del lenguaje, la gestación subrogada, la idea del amor romántico (sí ese que nos metieron con calzador gracias a los cuentos de Disney), la ausencia de mujeres en los libros de texto o en los museos, la vida laboral, la maternidad y las consecuencias que trae consigo para las mujeres… La temática resulta inagotable.

Si algo queda claro con este trabajo es que todavía existen barreras por derribar, más de las que nos creemos. El documental es un ejercicio pedagógico, no solo del momento que vive el movimiento feminista, sino de la situación y el contexto social. Aquellos que sostienen que en nuestra sociedad no existe el machismo están muy equivocados. Cegados por el miedo, diría yo. De verdad no son conscientes de qué coño está pasando. Como mujeres no nos podemos permitir dar ni un paso atrás, ni siquiera para coger impulso. El futuro será feminista o no será.