El visionario Mario Vargas Llosa, la estrella rutilante de 'MasterChef Celebrity'

"En la civilización del espectáculo, es normal y casi obligatorio que la cocina y la moda ocupen buena parte de las secciones dedicadas a la cultura, y que los chefs y los modistos y modistas tengan en nuestros días el protagonismo que antes tenían los científicos, los compositores y los filósofos. Los hornillos y los fogones y las pasarelas se confunden dentro de las coordenadas culturales de la época con los libros, los conciertos, los laboratorios y las óperas, así como las estrellas de la televisión ejercen una influencia sobre las costumbres, los gustos y las modas que antes tenían los profesores, los pensadores y (antes todavía) los teólogos". Esto no lo digo yo. Esto lo escribió Mario Vargas Llosa en su ensayo 'La civilización del espectáculo', publicado en 2012 por Alfaguara.

La privilegiada pluma del premio Nobel pretendía dejar constancia de la metamorfosis que ha experimentado la cultura en las últimas décadas, y ese espíritu crítico que rezuma en casi todos sus ensayos, esa desazón, le llevó a firmar una sólida, angustiosa y desoladora radiografía de nuestro tiempo y de nuestra cultura. Así las cosas, siete años después, y por sorpresa, Mario Vargas Llosa se ha convertido en la estrella rutilante de la final de la cuarta edición de 'MasteChef Celebrity', una edición que ha ganado por mérito propio Tamara Falcó, la hija de Isabel Preysler. Su pareja.

[Tamara Falcó, ganadora de la cuarta edición de 'MasterChef Celebrity']

Si hace unos años me dicen que el escritor de 'La fiesta del chivo', 'El Paraíso en la otra esquina', 'Pantaleón y las visitadoras', 'La tía Julia y el escribidor' o incluso 'Historia de un deicido' (el ensayo que firmó sobre la obra de García Márquez y que en mis años de instituto me otorgó un soberano sobresaliente simplemente porque el profesor de Literatura me pilló en un recreo leyendo aquel tocho de más de 600 páginas), lo dicho, si hace unos años me dicen que uno de los autores que han marcado mi vida lectora iba a participar en un 'reality', me apuesto 10 contra uno que no. Imposible. ¿Vargas Llosa en la tele? ¿En un 'reality' o 'talent'? Lo dudo. Pues sí.

Tamara obró el milagro de juntar en el plató de TVE a todo un premio Nobel con concursantes como los Chunguitos, el Sevilla o Ana Obregón

Tamara Falcó lo ha conseguido. ¡'Chapeu'! La cuarta hija de la reina de corazones, el vástago más dicharachero de la emperatriz del papel cuché llegó a la final de 'MasterChef Celebrity' y fue capaz de arrastrar a su hermana Xandra, a su madre y… al premio Nobel. Fogones, chefs y modistas en un mismo plató. Visionario Vargas Llosa. Está claro que no se puede escupir al cielo.

Ya me la imagino con su encanto, su inocencia y su falta de filtro diciendo en casa: "Vengga Mario, acompaña a mami a la tele. Es que sstoy muy nerviosssa. Jamasss pensé que iba a llegar a la final de 'MasterChef'. Si yo no sabía ni freír un huevo. ¡Ay! Ramona, graciasss por tus consejosss". (Léase con el tono pijo y tierno de la niña Falcó).

Tamara obró el milagro de juntar en el balcón del plató de TVE a todo un premio Nobel con concursantes como los Chunguitos, el Sevilla o Ana Obregón. Impagable. Esta niña, bueno, no tan niña, que el pasado 20-N cumplió 38 primaveras, siempre se ha caracterizado por llevarse genial con las parejas y las exparejas de su madre. Para ella, Julio Iglesias es el tío Julio, también llamaba tío Miguel a Boyer, del que ha confesado en más de una ocasión que fue quien le enseñó "a reírse de sí misma", el que más influyó en su educación porque "era un hombre con curiosidades intelectuales poco comunes". Buen trabajo, exministro. Allá donde esté.

Al único que no llama tío es a Vargas Llosa, será porque la relación con su madre ya le ha pillado mayorcita. De hecho, ella misma le contó a Bertín Osborne que sospechó que a su madre le gustaba el premio Nobel cuando su madre, que los sábados no se arregla para comer, invitó por tercera vez al escritor. "Mami salió 'peluqueada', con tacón. Ya le dije a Ana: 'A mami le gusta Mario. Aquí hay tomate". Tamara define al novio de su madre como "el tío más genial" que ha conocido. Lo de tener a un premio Nobel en casa no le da pereza y no siente que tenga que estar todo el día haciéndose la inteligente. Genio y figura.

Desde su primera aparición, Tamara Falcó prometía. Vivió un principio de concurso muy complicado, pero su esfuerzo, su constancia y su encanto personal la llevaron a compartir final con Félix Gómez, el rival más fuerte de la noche; Vicky Martín Berrocal, toda una luchadora, y el repescado Boris Izaguirre. Gala tras gala, se ha ganado el cariño del público y, por qué no decirlo, el del jurado.

Tamara Falcó reza el rosario mientras cocina. Esa es su manera de superar las trabas que le pone la vida

No sé si su tonteo con Jordi Cruz ha sido fruto del espectáculo o real, pero después de la famosa cobra que la hija del marqués de Griñón le hizo al cocinero en la semifinal, al saberse ganadora se soltó la melena y, en el momento de recibir el premio de 75.000 euros que donó a Mensajeros de la Paz, ni corta ni perezosa le plantó un beso en condiciones. Ella, que es como es, después declaró: "La verdad es que nunca había besado yo a un chico primero".

Pues confieso que para mí no fue este el momentazo de la noche. El momentazo fue cuando Samantha Vallejo-Nájera, alabando las virtudes de Tamara Falcó, le pregunta de dónde saca ese don increíble, esa capacidad de concentración.

—¿Qué tipo de método de relajación practicas?
—El rosario.

Así, sin filtros. Tamara Falcó reza el rosario mientras cocina. Esa es su manera de superar las trabas que le pone la vida. Ella nunca ha renegado de la fe católica, es más, cada vez que puede cuenta lo que supuso este cambio en su vida, incluso se plateó consagrarse como monja.

Ya ven, entre fogones y modistas anda el juego, pero no olviden que la civilización del espectáculo es cruel. "Los espectadores no tienen memoria; por esto, tampoco tienen remordimientos ni verdadera conciencia. Viven prendidos a la novedad, no importa cuál sea con tal de que sea nueva". Octavio Paz 'dixit'.