Bertín Osborne manda al "payaso de Rufián" y a "las feminoides" a la embajada de Irán

El presentador de televisión Bertín Osborne ha echado más leña al fuego tras ser criticado en redes sociales al asegurar que "España no necesita un movimiento feminista". En esta ocasión, ha arremetido contra "las feminoides de pancarta subvencionadas", "el payaso de Rufián" y "la Julia Otero de turno", a quienes ha recomendado acudir a la "puerta de la embajada de Irán, donde todavía lapidan a las mujeres, donde tienen que salir a la calle acompañadas de un mach y donde las visten como brujas".

"Me gustaría que esos iluminados me digan cuál es un derecho fundamental que tengamos los hombres y que no tengan las mujeres en España", comienza la alocución grabada en vídeo que ha compartido en Twitter. "Las mujeres hoy en día están más que liberadas", asegura enumerando todos los cargos públicos que han ocupado y haciendo especial mención al ámbito deportivo: "¿Dónde está el problema? Ahora las mujeres hacen deportes que no hacían antes. Juegan al fútbol, y además muy bien, por cierto. Y son boxeadoras".

Posteriormente, achaca a "las feministas españolas" no defender a las mujeres oprimidas de otros países, "como las africanas a las que mutilan genitalmente". "Lo que pasa es que eso no es progre. ¡Eso no es progresista, mamarrachos!", brama antes de presumir de ser "mucho más beligerante" en cuanto a la violencia de género: "Si por mí fuera, a esos cobardes de mierda los colgaba por las pelotas. Seguro que eso no lo haríais vosotros, porque sois muy progres y estáis seguros de que la reinserción de esos cabrones es posible".

¿Dónde está el problema? Ahora las mujeres juegan al fútbol. Y muy bien, por cierto.

Estas palabras van en la línea de las pronunciadas hace unos días, aunque aquella vez el rostro de 'Telecinco' fue más sosegado al sostener que "habría que endurecer el código penal y dedicar más recursos" a la prevención de la violencia machista, incluso "quitar ministerios si hace falta" para obtener una mayor dotación económica. Fue entonces cuando admitió desconocer el movimiento #MeToo, germen de las reivindicaciones feministas que han ganado terreno durante los últimos años.