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Los batacazos del Big Five en Eurovisión: ¿En qué fallan Alemania o Reino Unido?
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SOLO ITALIA SE SALVA

Los batacazos del Big Five en Eurovisión: ¿En qué fallan Alemania o Reino Unido?

Los expertos en Eurovisión Luis Mesa y Jordi Ramos reflexionan sobre los resultados de estas potencias históricas y analizan las claves de sus fracasos durante la última década

Foto: Mae Muller, representante de Reino Unido en Eurovisión 2023. (EFE)
Mae Muller, representante de Reino Unido en Eurovisión 2023. (EFE)

"Spain, you have received… five points". La siempre sufridora nación española todavía no se ha recuperado del batacazo de Blanca Paloma en la gran final del Festival de Eurovisión, celebrado hace apenas diez días en Liverpool, Reino Unido. El público europeo, como solía ser habitual antes del Chanelazo del pasado año, volvió a recibir nuestra propuesta con frialdad. "¡Qué hostia, qué hostia!", que diría Rita Barberá. Pero no estamos solos en el barco del desprecio continental, nos acompañan la mayoría de nuestros compañeros del Big Five, especialmente Alemania y Reino Unido.

Desde su creación en 1956, el Festival de Eurovisión ha sido escenario de apabullantes victorias, a menudo protagonizadas por potencias eurovisivas como Suecia o Irlanda. Pero para un selecto grupo de países conocidos como el Big Five —compuesto por Alemania, España, Francia, Reino Unido e Italia—, los cinco que más fondos aportan para la celebración del certamen, la gloria eurovisiva se ha convertido en una batalla perdida desde hace años, a excepción de Italia.

Para analizar la situación de estos países en el evento musical más grande de Europa, que en el pasado sí lograron cautivar al continente con su música, hemos pedido ayuda a dos auténticos expertos en la materia: Luis Mesa, periodista especializado en Eurovisión, miembro del popular portal Euromovidas y comentarista de las preselecciones de otros países en TEN TV; y Jordi Ramos, productor del programa radiofónico El Món de RAC1 y autor del libro Eurovisió (Editorial Columna, 2023), donde reflexiona sobre la influencia del festival y las relaciones del concurso con la política.

placeholder La banda alemana Lord of the Lost en la final de Eurovisión. (EFE)
La banda alemana Lord of the Lost en la final de Eurovisión. (EFE)

Alemania no levanta cabeza

La banda de heavy metal Lord of the Lost obtuvo únicamente 18 puntos en Liverpool con su canción Blood & Glitter, dejando a Alemania una vez más en la parte más baja de la tabla, concretamente en la última posición. La delegación alemana no atraviesa su mejor momento: cuatro últimos puestos y tres penúltimos en doce años. En su decepcionante palmarés solo encontramos una excepción: Michael Schulte y su You Let Me Walk Alone, cuarta posición en Lisboa 2018. Lejos, muy lejos, quedan las cinco victorias cosechadas por el país más poderoso de la Unión Europea, la última en 2010 con Satellite de Lena.

Sus malos resultados han provocado una oleada de desconfianza entre una gran parte de la población alemana, y cada vez más voces comienzan a plantear la posibilidad de abandonar el certamen, incluyendo la del famoso locutor Thomas Gottschalk. ¿Sus canciones no encajan con el gusto musical mayoritario o existe cierta aversión hacia Alemania desde el resto de naciones europeas?

Puestos de Alemania en Eurovisión en la última década:

- Malmö 2013: Cascada, Glorious - Puesto 21 (18 puntos).
- Copenhague 2014: Elaiza, Is it right - Puesto 18 (39 puntos).
- Viena 2015: Ann Sophie, Black Smoke - Puesto 27 (0 puntos).
- Estocolmo 2016: Jamie-Lee, Ghost - Puesto 26 (11 puntos).
- Kiev 2017: Levina, Perfect Life - Puesto 25 (6 puntos).
- Lisboa 2018: Michael Schulte, You Let Me Walk Alone - Puesto 4 (340 puntos).
- Tel Aviv 2019: S!sters, Sister - Puesto 25 (24 puntos).
- Róterdam 2021: Jendrik, I Don’t Feel Hate - Puesto 25 (3 puntos).
- Turín 2022: Malik Harris, Rockstars - Puesto 25 (6 puntos).
- Liverpool 2023: Lord of the Lost, Blood & Glitter - Puesto 26 (18 puntos).

"El caso de Alemania es el más flagrante", opina el periodista Luis Mesa. "Lleva deambulando por Eurovisión muchísimo tiempo, quedando en última o penúltima posición en los últimos seis o siete años. Lo más grave es que sí hace una preselección, con un método que ha ido cambiando, pero más o menos se ha mantenido firme, y no le ha dado buenos resultados", explica.

Mesa no termina de entender qué es lo que falla con las candidaturas de la delegación alemana. "No hay propuestas ambiciosas por parte de Alemania, ni están ni se las espera. Han intentado inmiscuir a las radios locales, abrirse a Tik Tok, pero no ha funcionado. Incluso este año ha estado a punto de ganar una joke entry, con un artista que escenificaba al típico borracho alemán —en el argot eurovisivo, las joke entries son aquellas candidaturas ideadas para burlarse del propio festival, al estilo Rodolfo Chiquilicuatre—. "Me da miedo que lleguen a ese punto de que a la gente de Alemania le importe tan poco Eurovisión, que ya les dé exactamente igual ridiculizarlo", lamenta.

Ramos, por su parte, no duda que algunas personas puedan tener ciertos prejuicios socio-culturales contra determinados países, pero no cree que sea lo suficientemente relevante para afectar al resultado final. La respuesta, para él, es muy sencilla: no llegan al festival con propuestas competitivas. "Si una cosa nos ha demostrado la historia de Eurovisión es que una buena actuación pasa por encima de cuestiones políticas y culturales. El problema de estos países se basa en la fuerza de sus candidaturas. En Eurovisión una candidatura funciona cuando encuentra el equilibrio perfecto entre una canción que conecta con el público, una puesta en escena potente y un buen directo a nivel formal, y eso no siempre lo han conseguido".

Reino Unido: ¿todavía hay esperanza?

Reino Unido, que también ha conseguido la victoria hasta en cinco ocasiones —la última, en 1997—, es otra de las delegaciones abonadas a las últimas posiciones de la tabla en la última década, llegando incluso a obtener un total de cero puntos hace dos años, con James Newman. Ante esta crisis reputacional, la todopoderosa BBC, el ente público encargado de seleccionar al representante británico, firmó en 2022 un acuerdo de colaboración con la discográfica TaP, de manera que el representante se elige de forma interna entre la cantera de artistas de esta discográfica.

De este prometedor acuerdo han surgido las candidaturas de Sam Rayder, que rozó la victoria en 2022 con Space Man, y la de Mae Muller, que ha patinado este año con la pegadiza I Wrote a Song, a pesar de ser una de las más reproducidas en streaming. ¿Se han reconciliado los británicos con el certamen tras años de malos resultados?

Puestos de Reino Unido en Eurovisión en la última década:

- Malmö 2013: Bonnie Tyler, Believe in Me - Puesto 19 (23 puntos).
- Copenhague 2014: Molly, Children of the Universe - Puesto 17 (40 puntos).
- Viena 2015: Electro Velvet, Still in Love with You - Puesto 24 (5 puntos).
- Estocolmo 2016: Joe and Jake, You're Not Alone - Puesto 24 (62 puntos).
- Kiev 2017: Lucie Jones, Never Give Up on You - Puesto 15 (111 puntos).
- Lisboa 2018: SuRie, Storm - Puesto 24 (48 puntos).
- Tel Aviv 2019: Michael Rice, Bigger than Us - Puesto 26 (11 puntos).
- Róterdam 2021: James Newman, Embers - Puesto 26 (0 puntos).
- Turín 2022: Sam Ryder, Space Man - Puesto 2 (466 puntos).
- Liverpool 2023: Mae Muller, I Wrote a Song - Puesto 25 (24 puntos).

placeholder Mae Muller durante su actuación en la gran final del Festival de Eurovisión 2023. (EFE)
Mae Muller durante su actuación en la gran final del Festival de Eurovisión 2023. (EFE)

Mesa se muestra optimista con Reino Unido y considera que han comenzado a salir del atolladero, a pesar del mal resultado de esta edición, que ellos mismos han organizado. Y es que al igual que ocurre en Alemania, muchos británicos habían comenzado a creer que cierta existe aversión hacia su país por cuestiones políticas. "Cuando en la edición de Róterdam las trompetas enormes de James Newman acaban en última posición, se genera un lío tremendo allí porque vinculan el fracaso con el Brexit, de repente creen que Europa les odia", nos cuenta Mesa.

Para el periodista, la segunda posición obtenida por Sam Rayder el año pasado habría cambiado por completo la percepción de los británicos sobre Eurovisión, una situación que compara al caso Chanel en nuestro país, que también ha provocado que muchos españoles hayan dejado de mirar con recelo al Festival y se ilusionen con una futurible victoria. "Creo que les ha venido muy bien el acuerdo con TaP. Lo de Mae Muller se cayó por el desfiladero en el momento en que la vimos cantar en directo, pero con un mejor directo le hubiera ido mucho mejor", afirma. "Es un país muy firme, que ha ganado el festival en varias ocasiones y ha conseguido llevar a grandes nombres de su industria, como es el caso de Bonnie Tayler, Olivia Newton-John o Cliff Richard. Habrá que ver si les ha gustado albergar Eurovisión o no y si empieza otra etapa oscura, con el miedo de volver a ganar", dice Mesa.

Ramos coincide con Mesa en que el directo de sus representantes es lo único que ha lastrado candidaturas como las de Reino Unido o Francia, muy bien valoradas durante la pretemporada. "Este año La Zarra y Mae Muller, en menor medida, partían como favoritas, pero en cuanto empezaron los ensayos y muchos vieron que no ofrecían un directo tan brillante como, por ejemplo, Marco Mengoni, el representante de Italia, sus expectativas se fueron desinflando", nos cuenta.

Francia y el espejismo de Barbara Pravi

Voilà, voilà, voilàEl público europeo tardará décadas en olvidar el gran himno eurovisivo que nos regaló hace dos años la representante francesa Barbara Pravi, muy popular en nuestro país por formar parte de la banda sonora de la docuserie de Rocío Carrasco en Telecinco, obteniendo para la delegación francesa su mejor posición en la última década. Un oasis de alegría en medio de numerosos traspiés, posiciones a media tabla y candidaturas muy criticadas, como la de Twin Twin en 2014 o la de Lisa Angell en 2015. La Zarra, representante francesa en Liverpool 2023, se ha tenido que conformar con una décimosexta posición con su pegadiza Évidemment.

Foto: La Zarra durante su actuación en la gran final de Eurovisión 2023. (RTVE)

Puestos de Francia en Eurovisión en la última década:

- Malmö 2013: Amandine Bourgeois, L'enfer et moi - Puesto 23 (14 puntos).
- Copenhague 2014: Twin Twin, Moustache - Puesto 26 (2 puntos).
- Viena 2015: Lisa Angell, N'oubliez pas - Puesto 25 (4 puntos).
- Estocolmo 2016: Amir, J'ai cherché - Puesto 6 (257 puntos).
- Kiev 2017: Alma, Requiem - Puesto 12 (135 puntos).
- Lisboa 2018: Madame Monsieur, Mercy - Puesto 13 (173 puntos).
- Tel Aviv 2019: Bilal Hassani, Roi - Puesto 16 (105 puntos).
- Róterdam 2021: Barbara Pravi, Voilà - Puesto 2 (499 puntos).
- Turín 2022: Alvan y Ahez, Fulenn - Puesto 24 (17 puntos).
- Liverpool 2023: La Zarra, Évidemment - Puesto 16 (104 puntos).

Para Mesa, el caso de Francia es el más complejo e indescifrable. "Es un caso muy particular porque se ha convertido en una superpotencia en el Junior, ha ganado dos veces en tres años, pero no parecen tener una hoja de ruta muy clara para Eurovisión Senior". Y es que el locutor de TEN TV empieza a pensar que el éxito de Barbara Pravi fue flor de un día. "Creo que el problema es que casi todas las propuestas que han hecho, quizás salvando la del año pasado, reúnen el arquetipo de exprimir el tópico típico francés. Aunque no les funciona tan mal". Aún así, Mesa valora la ambición de victoria de la delegación francesa y cree que en algún momento darán con la tecla adecuada.

placeholder Barbara Pravi, segunda finalista de Eurovisión 2021, celebrado en Róterdam. (EFE)
Barbara Pravi, segunda finalista de Eurovisión 2021, celebrado en Róterdam. (EFE)

Para Ramos, casos como el de Barbara Pravi, así como los Michael Schulte o Sam Rayder, son fundamentales para entender el funcionamiento del Festival de Eurovisión. "Son años en los que dieron en el clavo, supieron encontrar la combinación perfecta y los tres ofrecieron unas interpretaciones de escándalo. Lo que me sorprende es que sus delegaciones no hayan aprendido más de estos aciertos para repetir con apuestas del mismo nivel. Aunque si existiera una fórmula perfecta, todos la usarían", concluye el autor de Eurovisió, un completo ensayo sobre el certamen que incluye un prólogo de Nina y entrevistas a algunos de nuestros representantes, como Chanel.

El ejemplo italiano: San Remo como fábrica de estrellas

Marco Mengoni ha encandilado a Europa con Due Vite, una balada de corte clásico que ha vuelto a colar a Italia en el Top 5. Desde su regreso a Eurovisión en 2011 tras trece años sin participar, Italia se ha convertido en un ejemplo a seguir para el resto de delegaciones. La victoria de Måneskin en 2021 fue solo la guinda de una década de aciertos y candidaturas muy alabadas, tanto por los jurados profesionales como por el voto popular. La clave: el Festival de San Remo, una institución en Italia muy por encima del Festival de Eurovisión, con cifras de audiencia que superan cada año el 60% de share.

"Eurovisión nace gracias al Festival de San Remo. De hecho, podemos decir abiertamente que Eurovisión es una adaptación a nivel europeo de San Remo", dice Mesa. "La suerte que tienen en Italia es que las principales figuras de su industria musical están prácticamente obligadas a pasar por el Ariston —el mítico teatro donde se celebra el festival—. Si tú eres un artista puntero en Italia y quieres sacar un disco ese año estás deseando que te llame Amadeus", explica Mesa, en alusión al famoso presentador y director artístico de San Remo.

Puestos de Italia en Eurovisión en la última década:

- Malmö 2013: Marco Mengoni, L'essenziale - Puesto 7 (126 puntos).
- Copenhague 2014: Emma, La mia città - Puesto 21 (33 puntos).
- Viena 2015: Il Volo, Grande amore - Puesto 3 (292 puntos).
- Estocolmo 2016: Francesca Michielin, No Degree of Separation - Puesto 16 (124 puntos).
- Kiev 2017: Francesco Gabbani, Occidentali's Karma - Puesto 6 (334 puntos).
- Lisboa 2018: Ermal Meta & Fabrizio Moro, Non mi avete fatto niente - Puesto 5 (308 puntos).
- Tel Aviv 2019: Mahmood, Soldi - Puesto 2 (472 puntos).
- Róterdam 2021: Måneskin, Zitti e buoni - Ganador (524 puntos).
- Turín 2022: Mahmood & Blanco, Brividi - Puesto 6 (268 puntos).
- Liverpool 2023: Marco Mengoni, Due vite - Puesto 4 (350 puntos).

placeholder Marco Mengoni durante su actuación en la gran final del Festival de Eurovisión 2023. (EFE)
Marco Mengoni durante su actuación en la gran final del Festival de Eurovisión 2023. (EFE)

Mesa está convencido de que para los artistas italianos Eurovisión es algo secundario, lo que anhelan realmente es poder estar en San Remo. "Cuando llevas a Eurovisión a la canción que la audiencia, el voto demoscópico y la prensa han decidido que es la mejor de tu país es muy raro que quedes mal. Este año Marco Mengoni no se ha currado mucho la puesta en escena, no mira mucho a cámara, pero tiene un directo espectacular y es Marco Mengoni. Italia está educando muy bien a su pueblo sobre la importancia de Eurovisión".

Ramos también considera que la exposición mediática a nivel internacional que genera San Remo es vital para Italia, y confía en que el Benidorm Fest crezca en la misma línea y que otros países desarrollen preselecciones similares. "Creo que RTVE ha acertado al 100% con el Benidorm Fest y quizás otras delegaciones podrían tomarlo como ejemplo, como en su momento el ente español también se fijó en otras fórmulas de éxito, como el Melodifestivalen sueco o el mencionado Festival de San Remo. Este tipo de certámenes permiten involucrar a la industria musical y al público, incrementar el interés por sus candidaturas, la aparición de propuestas mejores… Objetivamente, nadie puede negar el efecto positivo que el Benidorm Fest ha tenido aquí, otros países podrían empezar a apostar más fuerte por sus preselecciones".

Big Five, sí o no: el gran debate

Los países miembros del Big Five cuentan con algunas privilegios muy cuestionados, como actuar directamente en la gran final sin pasar por las eliminatorias. Ante los pésimos resultados obtenidos por la mayoría de potencias de este club en la Eurovisión moderna, algunos eurofans creen que la ausencia de los países del Big 5 en las dos semifinales puede lastrar sus resultados al perder notoriedad durante la semana eurovisiva. Pero, ¿es viable un Festival de Eurovisión sin Big Five? Ambos expertos creen que la fórmula es la más acertada para la supervivencia del Festival desde el punto de vista económico.

placeholder La representante española Blanca Paloma durante su actuación en la gran final. (EFE)
La representante española Blanca Paloma durante su actuación en la gran final. (EFE)

"Nos encontramos con casos como el de Bulgaria, sin gobierno desde hace tres o cuatro años, Macedonia, Montenegro… países que ante crisis o efectos de la guerra tienen que abandonar Eurovisión porque no lo pueden pagar. Rumanía, por ejemplo, dedica la mayor parte de su presupuesto a pagar la cuota, unos 130.000 euros. Si no tuviéramos al Big Five pagando la gran parte de lo que cuesta Eurovisión, las cuotas de los demás serían mucho más altas. Esto es como una Comunidad de vecinos, si uno deja de pagar el resto pagará más. Ya se ha notado con Rusia —descalificada del certamen a causa de la guerra contra Ucrania—, que era una de las que más pagaba", cuenta.

"Si la fórmula no fuera necesaria para su supervivencia, no existiría", piensa Ramos, en la misma línea que su compañero. "Más de una vez se ha planteado el prejuicio que puede provocar el hecho de partir con ventaja respecto al resto de concursantes. Entiendo que haya gente que no lo comprenda o que le genere recelo. Los artistas que se juegan la eliminatoria pueden generar más simpatías y acaban teniendo más presencia y, por tanto, más visionados".

A pesar de ello, Ramos defiende que desde España deberíamos seguir apostando por este modelo. "Insisto en que un buen tema en Eurovisión puede con todo y hay muchas personas que únicamente siguen la gran final, con lo que garantizar tu posición ahí te asegura una visibilidad, una posición y un prestigio que podría quedar en duda". Ramos recuerda que si la UER se replantease la fórmula del Big Five, España podría desaparecer de la gala final cuando su propuesta no convenza al gran público, como ha ocurrido con EaEa de Blanca Paloma. "Este año, por ejemplo, sabiendo que en las semifinales solo contaba el televoto, pinta que Blanca Paloma no habría pasado. Este ya es un argumento bastante definitivo", concluye.

"Spain, you have received… five points". La siempre sufridora nación española todavía no se ha recuperado del batacazo de Blanca Paloma en la gran final del Festival de Eurovisión, celebrado hace apenas diez días en Liverpool, Reino Unido. El público europeo, como solía ser habitual antes del Chanelazo del pasado año, volvió a recibir nuestra propuesta con frialdad. "¡Qué hostia, qué hostia!", que diría Rita Barberá. Pero no estamos solos en el barco del desprecio continental, nos acompañan la mayoría de nuestros compañeros del Big Five, especialmente Alemania y Reino Unido.

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