Un arma hipersónica china destroza tanque americanos sólo con la onda de choque

Según nuevas simulaciones de ingenieros chinos, la onda de choque del mero roce con un proyectil sólido hipersónico de 20 kilogramos desmontaría la consola estabilizadora de la torreta de un tanque americano Abrams M1, desconectando el cableado y destruyendo las conexiones con el ordenador de control de incendios para dejar el carro de combate completamente inoperativo.

Ése sería el menos grave de los escenarios probados por los científicos del Instituto Aerodinámico de Hipervelocidad del Centro de Investigación y Desarrollo Aerodinámico de China. Un impacto directo a siete veces la velocidad del sonido, por ejemplo, partiría el tanque por la mitad. Pero lo importante del estudio, sin embargo, es el increíble efecto de los impactos indirectos.

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Como apunta el diario hongkonés South China Morning Post, el estudio supuestamente demuestra que el cañón cinético desarrollado por los ingenieros del régimen de Pekín es un arma mucho más peligrosa que cualquier otro tipo de proyectil, haciendo que la armadura reactiva del vehículo sea totalmente inútil como medida defensiva.

El equipo liderado por Huang Jie, escribe en el diario científico revisado por pares Equipment Environmental Engineering que “el impacto de proyectil cinético de alta velocidad en el objetivo blindado exhibe líneas de espectro de respuesta de impacto con amplitudes a ciertas frecuencias que exceden los límites de seguridad recomendados por el estándar militar de EEUU MIL-STD-810".

Arma implacable

Los científicos chinos llevaron a cabo una serie de pruebas y simulaciones, llegando a la conclusión de que las armas cinéticas tienen la capacidad de inutilizar efectivamente tanques militares estadounidenses incluso sin impactos directos.

De hecho, un proyectil sólido de 20 kilogramos, desplazándose a cuatro veces la velocidad del sonido, es capaz de causar daños internos graves a los tanques, a pesar de que exteriormente no parecen dañados físicamente.

La energía cinética de dicho proyectil es de aproximadamente 25 megajulios, suficiente para causar daños significativos a un tanque pesadamente blindado, afirman los investigadores.

La onda de choque es la clave

Su estudio, dicen, demuestra cómo los proyectiles cinéticos causan daños internos en los tanques, como la fractura de pernos que conectan equipos cruciales, dejando el tanque inoperable incluso si la tripulación sobrevive.

Al contrario que las armas antitanque tradicionales, que dependen de explosivos y sistemas de lanzamiento, este cañón cinético hipersónico no tiene limitaciones basadas en el grosor del blindaje ni el punto de impacto. La onda de choque es la que causa una concentración de estrés en áreas específicas, llevando a la distorsión o incluso la fractura de los elementos mecánicos del tanque y afectando severamente su integridad estructural.

En otras palabras, aseguran, los impactos cinéticos de alta velocidad provocan que ciertas partes del objetivo blindado fallen debido a daños por la onda de choque.

A la vanguardia de las armas cinéticas

China está hoy a la vanguardia de las armas cinéticas, una posición irónica, ya que la historia de las armas cinéticas comienza en los Estados Unidos como parte del programa de defensa estratégica de Ronald Reagan, que llevaría a los primeros desarrollos prácticos de cañones de riel y armas de energía cinética décadas más tarde.

Tras incontables pruebas y miles de millones invertidos, sin embargo, el Pentágono abandonó el proyecto citando retos insalvables como la deformación progresiva provocada por los disparos de los proyectiles, que terminaban inutilizando los cañones.

Los científicos de las universidades chinas financiadas por el ejército recogieron el testigo norteamericano y, según ellos, han podido resolver esas dificultades. Hace unas semanas, los científicos navales chinos anunciaron el desarrollo de un cañón de bobina electromagnética capaz de disparar esferas pesadas a velocidad hipersónica a kilómetros de distancia.

Su capacidad ofensiva, afirmaron en ese momento, es virtualmente infinita, solo dependiendo de la disponibilidad de energía eléctrica y proyectiles sólidos, mucho más fáciles y baratos de fabricar que los explosivos.

Japón también está investigando estas armas, probando su propio prototipo (ver vídeo sobre estas líneas) hace solo dos meses en preparación ante un posible conflicto con Pekín.