El material imposible chino que deja atrás a EEUU en la guerra hipersónica
Pekín sigue a la cabeza en el desarrollo de armas hipersónicas, ahora con un nuevo material que revoluciona el vuelo a velocidades de más de Mach 5, y deja a EEUU detrás otra vez
China afirma haber desarrollado un nuevo material que antes se creía 'imposible'. Según los científicos responsables del proyecto, esta sustancia vuelve a poner a Pekín varios pasos por delante en la carrera de tecnología militar hipersónica con EEUU. El nuevo material está pensado para cubrir las superficies de vehículos y armas hipersónicas y, según sus tests, puede protegerlos de las temperaturas extremas provocadas por la fricción de la atmósfera en vuelos hipersónicos de larga duración. El equipo afirma que el material "cambia las reglas del juego" y "revoluciona" el campo de las armas hipersónicas.
"Se pensaba que este tipo de tecnología era imposible hasta ahora", afirman los expertos involucrados en el proyecto. El anuncio, de ser cierto, disparará otra vez las alarmas en el Pentágono, que ya pudo comprobar cómo China estaba a la cabeza en esta carrera tras detectar una vehículo que los norteamericanos consideraban como "algo imposible".
Según afirma el South China Morning Post, el ejército chino ha probado con éxito este material en la nueva generación de un misil crucero hipersónico del tipo ‘waverider’. Este tipo de misiles está basado en tecnología norteamericana desarrollada a partir de las investigaciones lideradas por Qian Xuesen, un ingeniero chino que trabajó en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en California en los años 40 y es considerado uno de los padres del vuelo hipersónico. Según el SCMP, Xuesen regresó décadas después a China para fundar el programa de cohetes del país y puso las bases para superar las barreras térmicas del vuelo a velocidad superior a Mach 5.
Material 'imposible' con sorprendente resistencia
Lo sorprendente de la nueva aeronave china es su resistencia térmica y su capacidad para utilizar ondas de choque generadas durante el vuelo para mejorar su sustentación. Durante la prueba, se sometió al material a temperaturas extremadamente altas de hasta 3,000 grados centígrados. En tales condiciones, las moléculas en el aire pueden descomponerse e iniciar reacciones químicas con el material de la superficie.
El equipo consideró múltiples soluciones para este problema, desde pulir el metal hasta obtener superficies extremadamente lisas hasta utilizar elementos como el niobio, molibdeno y boro para resistir la ablación.
A pesar de este intenso calor, el material no sólo protegió a los componentes internos de la aeronave, sino que también permitió una comunicación ininterrumpida, facilitando la identificación de objetivos en tiempo real, algo con lo que el Pentágono está teniendo problemas según los expertos de la industria.
Tecnología a punto de usarse en armas reales
Ai Bangcheng, subdirector de la Academia China de Aerodinámica Aeroespacial en Beijing y líder del equipo de investigación, afirmó que "el vuelo de prueba fue un éxito total". Aunque no detalló datos específicos del ensayo por motivos de seguridad, Bangcheng afirma que el avance es innegable.
El desafío de la gestión del calor en vuelos hipersónicos no es algo nuevo. Sin embargo, el enfoque adoptado por el equipo de Bangcheng para abordar este problema es, según él, "revolucionario y cambia las reglas del juego en la tecnología hipersónica".
Este avance, dicen, vuelve a colocar a China varios pasos por delante de EEUU, cuya comisión de investigación en el Senado ya afirmó que estaban detrás. Más aún considerando que este nuevo material está cerca del nivel de preparación tecnológica (TRLs) 8, lo que indica que está casi listo para ser implementado en un entorno operativo. En otras palabras: están a un paso de la aprobación final para su despliegue en armas reales.
Primeros pasos americanos
Mientras China avanza a pasos agigantados en la tecnología hipersónica, Estados Unidos avanza y busca recuperar su posición de liderazgo. Recientemente, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos presentó su primer misil hipersónico ‘waverider’ en la Base de la Fuerza Aérea Edwards, en California.
Este misil es fruto de años de investigación y desarrollo en colaboración con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), producto del programa Hypersonic Airbreathing Weapon Concept (HAWC).
El Teniente Coronel Jeffrey Komives, especialista en el programa de armas hipersónicas, compartió detalles sobre el Misil de Crucero Hipersónico de Ataque con las tripulaciones de bombarderos y cazabombarderos B-1, B-2, B-52 y F-15E. Estos aviones serán los encargados de lanzar este tipo de misiles, subrayando la importancia de las armas hipersónicas para la defensa de los EEUU.
La ventaja china preocupa en el Pentágono
Pero mientras EEUU da estos primeros pasos, Pekín ya ha demostrado capacidades hipersónicas avanzadas para asombro de las agencias de inteligencia norteamericanas y la OTAN. Ya contamos en estas páginas que la capacidad de China para lanzar un vehículo hipersónico que puede maniobrar a velocidades cinco veces superiores a la del sonido y, además, lanzar su propio misil hipersónico en pleno vuelo, ha dejado a los militares americanos perplejos, en un estado que ellos mismos admitieron como un ‘shock’ al nivel del 'momento Sputnik' que inició la carrera espacial entre EEUU y la Unión Soviética.
En el Pentágono escuece ventaja clara porque, tan sólo hace una década, Estados Unidos lideraba la investigación en esta área, pero los retrasos y fracasos han provocado que aún no tengan un arma hipersónica completamente operativa. Raytheon, en cooperación con Northrop Grumman, están ahora trabajando en el programa HACM, con la esperanza de que el misil esté operativo y desplegado a partir de 2027.
China afirma haber desarrollado un nuevo material que antes se creía 'imposible'. Según los científicos responsables del proyecto, esta sustancia vuelve a poner a Pekín varios pasos por delante en la carrera de tecnología militar hipersónica con EEUU. El nuevo material está pensado para cubrir las superficies de vehículos y armas hipersónicas y, según sus tests, puede protegerlos de las temperaturas extremas provocadas por la fricción de la atmósfera en vuelos hipersónicos de larga duración. El equipo afirma que el material "cambia las reglas del juego" y "revoluciona" el campo de las armas hipersónicas.