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Las revelaciones sobre ovnis en el Congreso de EEUU son “la punta del iceberg”, dice un testigo
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COMISIÓN DEL CONGRESO DE EEUU

Las revelaciones sobre ovnis en el Congreso de EEUU son “la punta del iceberg”, dice un testigo

Uno de los testigos que declararon ante la comisión del Congreso de EEUU revela que la gran mayoría de los avistamientos de FANI son de pilotos comerciales que no reportan sus encuentros

Foto: Los testigos declaran ante el Congreso de EEUU. (EFE)
Los testigos declaran ante el Congreso de EEUU. (EFE)

El Congreso de Estados Unidos celebró recientemente una audiencia pública sobre las sorprendentes acusaciones de que el Pentágono ha llevado a cabo un programa secreto durante "varias décadas" para recoger y hacer ingeniería inversa de naves espaciales de origen no humano. La audiencia, en la que había miembros de los dos partidos políticos principales, tenía como objetivo forzar al gobierno norteamericano a difundir la información clasificada de la que disponen. Ahora uno de los denunciantes ha dado nuevas explicaciones acerca de su testimonio.

Foto: El taxi autónomo Cruise hundido en una carretera de San Francisco. (Paul Harvey)

Se trata de Ryan Graves, uno de los dos expilotos junto a David Grusch que declaró ante los miembros del congreso. Grusch trabajó en el Departamento de Defensa encargado de analizar fenómenos aéreos inexplicables (FANI, el término que ha sustituído al acrónimo UFO). En la audiencia también presentó testimonio Jonathan Grey, un oficial de inteligencia en activo dentro del Centro Nacional de Inteligencia Aérea y Espacial (NASIC).

placeholder Ryan Graves (i), David Grusch y  Jonathan Grey (d) durante su declaración ante el Congreso de los EEUU. (EFE)
Ryan Graves (i), David Grusch y Jonathan Grey (d) durante su declaración ante el Congreso de los EEUU. (EFE)

Durante su declaración, Graves aseguró que “nuestro cielo está lleno de FANI, cuya existencia no se denuncia lo suficiente. Los avistamientos no son raros, ni aislados. Son la rutina. El estigma de los FANI es real, y plantea un desafío poderoso a la seguridad nacional”. Al preguntarle si había alguna característica común a los fenómenos aéreos citados por otros pilotos, Graves dijo que los avistamientos eran principalmente de "cubos grises oscuros o negros dentro de una esfera transparente" en los que "el vértice o las puntas del cubo tocaban el interior de la esfera". Este tipo de FANI, asegura, se siguen viendo en los cielos, aunque en la mayoría de los casos no se reportan oficialmente.

Graves acaba de publicar un artículo en Newsweek en el que resume su propia experiencia con los FANI. “Hace nueve años, el escuadrón de mi F/A-18, que operaba frente a la costa de Virginia Beach, observó y rastreó FANI que se habían infiltrado en el espacio aéreo militar. Los FANI no tenían superficies de propulsión o elevación visibles, pero podían permanecer inmóviles en vientos huracanados de categoría 4, acelerar hasta alcanzar velocidades supersónicas y operar durante todo el día, superando a nuestros cazas en 10 horas o más. Incluso provocaron colisiones casi en pleno vuelo con nuestros aviones, lo que dio lugar a informes de seguridad obligatorios”.

placeholder Ryan Graves. (EFE)
Ryan Graves. (EFE)

El expiloto va un paso más allá en su artículo y asegura que lo que contó ante los representantes del Congreso estadounidense es “la punta del iceberg”. Graves es el fundador de Americans for Safe Aerospace, una plataforma sin ánimo de lucro con 8.200 miembros que sirve para recoger y normalizar los testimonios de los pilotos sobre los FANI. “Los testigos acuden a nosotros por dos razones: en primer lugar, confían en nosotros y, en segundo lugar, no existe un sistema oficial para que los pilotos comerciales informen de los FANI”, asegura.

Según dijo el expiloto durante su declaración, su ONG ha recogido el testimonio de más de 30 pilotos comerciales que han sido testigos de la presencia FANI. Aunque desde entonces ese número se ha disparado en varias decenas más.

placeholder David Grusch. (EFE)
David Grusch. (EFE)

El problema, según Graves, es que la FAA (la Administración Federal de Aviación, dependiente del Departamento de Transporte de EEUU) no dispone de un protocolo directo para que los pilotos comerciales informen de los objetos no identificados o anómalos que se encuentran en su espacio aéreo. La FAA obliga a los pilotos a notificar los incidentes de FANI a organizaciones civiles, pero no existe un seguimiento oficial ni análisis a través de un conjunto de datos oficiales verificados.

Este desinterés se une al estigma que sufren los pilotos comerciales y a las posibles represalias, incluidas cartas de cese y desistimiento por hablar públicamente, que sufren por parte de sus empleadores. Los pilotos, segura Graves, temen posibles sanciones administrativas o que no se les conceda el estatus médico de vuelo por denunciar un caso de FANI, lo que hace que no reporten todo lo que ven.

A parte de un posible plan del gobierno para ocultar restos de tecnología alienígena, que para muchos es pura conspiranoia, de lo que se trata también aquí, según Grave, es de saber si los FANI representan una amenaza real y a la seguridad nacional y a la seguridad aérea. Sea como sea, la violación del espacio aéreo de un país por aeronaves no reconocidas es un hecho que no pueden dejar de investigar.

La pelota está ahora en el tejado de los miembros del Congreso. Grusch aseguró que daría los detalles de su denuncia en una futura audiencia a puerta cerrada y que allí hablaría de quién ha participado exactamente en el programa secreto, cómo se financia y dónde se guardan las supuestas naves alienígenas recuperadas. A día de hoy, todavía no se sabe si esa audiencia llegará a tener lugar.

El Congreso de Estados Unidos celebró recientemente una audiencia pública sobre las sorprendentes acusaciones de que el Pentágono ha llevado a cabo un programa secreto durante "varias décadas" para recoger y hacer ingeniería inversa de naves espaciales de origen no humano. La audiencia, en la que había miembros de los dos partidos políticos principales, tenía como objetivo forzar al gobierno norteamericano a difundir la información clasificada de la que disponen. Ahora uno de los denunciantes ha dado nuevas explicaciones acerca de su testimonio.

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