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Algo inexplicable ha enviado señales a la Tierra desde 1988: "El tiempo dirá lo que esconden"
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Algo inexplicable ha enviado señales a la Tierra desde 1988: "El tiempo dirá lo que esconden"

"Sólo el tiempo dirá qué más se esconde en estos datos, y qué revelarán las observaciones a través de muchas escalas de tiempo astronómicas", dice una astrónoma no involucrada en el estudio

Foto: El radiotelescopio FAST en la provincia china de Guizhou, el mayor del mundo.
El radiotelescopio FAST en la provincia china de Guizhou, el mayor del mundo.

Algo inexplicable ha estado bañando la Tierra con señales repetitivas de radio desde 1988. Esto no sería digno de reseñar si las señales no durasen entre 30 segundos y cinco minutos sobre periodos 21 minutos y una “subsestructura cuasiperiódica”, algo nunca observado en la historia de la astronomía y que no encaja con ninguna teoría, modelo o simulación hasta la fecha. De hecho, ahora mismo se considera como algo imposible dentro de lo que conocemos en el mundo de la astrofísica. Sencillamente, no tenemos ni idea de qué puede ser esta fuente que lleva activa más de tres décadas.

Foto: Imagen del virus SARS-CoV-2 . (EFE)

Ahora, un estudio publicado en la revista Nature intenta resolver estas incógnitas sobre esta fuente desconocida a la que han bautizado como GPMJ1839-10. Desafortunadamente, el equipo internacional de astrónomos que han intentado resolver el misterio han fallado miserablemente en el intento. Todavía no pueden entender qué es lo que puede ser GPMJ1839-10 y, al parecer, todas las teorías conducen a un punto muerto.

Según Victoria M. Kaspi, profesora de física en la Universidad de McGill sin relación con el estudio, "sólo el tiempo dirá qué más se esconde en estos datos, y qué revelarán las observaciones a través de muchas escalas de tiempo astronómicas".

Qué está pasando

Según el estudio, los pulsos varían en intensidad en dos órdenes de magnitud, duran entre 30 y 300 segundos y tienen una subestructura cuasiperiódica. “La emisión de radio periódica coherente generalmente se explica por la rotación de los campos magnéticos dipolares y los mecanismos de producción de pares, pero tales modelos no predicen fácilmente la emisión de radio de estrellas de neutrones que giran lentamente y la mantienen durante períodos prolongados”, afirman. Los datos, dicen, lo ponen más allá de “cualquier modelo teórico clásico que prediga la emisión de radio dipolar de una estrella de neutrones aislada”.

Sólo el tiempo dirá qué más se esconde en estos datos, y qué revelarán las observaciones a través de muchas escalas de tiempo astronómicas.

Para intentar comprender el significado de este descubrimiento, primero debemos entender tres conceptos clave. Primero, los púlsares, que son estrellas de neutrones que giran muy rápido. Una estrella de neutrones es lo que queda después de que una estrella más grande explota y muere. Los púlsares emiten haces de radiación electromagnética. Si estos haces están orientados de tal manera que apuntan hacia la Tierra durante parte del giro del pulsar, los vemos como un pulso de radiación. Imagina un faro que gira, solo que en lugar de luz visible, emite radiación electromagnética.

placeholder El exceso de rayos gamma del centro de nuestra galaxia es debido a púlsares
El exceso de rayos gamma del centro de nuestra galaxia es debido a púlsares

Después están las ráfagas de radio rápidas (FRB): destellos de radio muy cortos y energéticos que duran solo unos pocos milisegundos. Los científicos no están seguros de qué las causa, pero sabemos que son muy poderosas y provienen de galaxias muy lejanas.

Finalmente están los magnetar, un tipo de estrella de neutrones con un campo magnético extremadamente poderoso. Los magnetars pueden emitir ráfagas de radiación de alta energía, incluyendo ondas de radio.

placeholder Ilustración conceptual de un magnetar.
Ilustración conceptual de un magnetar.

En el caso de GPMJ1839-10, los científicos están desconcertados porque está emitiendo ráfagas de radio que duran 21 minutos. Esto es mucho más largo que las ráfagas de un pulsar o una FRB, y no encaja con lo que sabemos sobre cómo funcionan estos objetos. Además, si GPMJ1839-10 es un pulsar o un magnetar, está funcionando de una manera que los científicos pensaban que era imposible, lo que hace que este descubrimiento sea aún más intrigante.

Perdidos en el espacio

El misterio de GPMJ1839-10 se suma a otros fenómenos que han desconcertado a los astrónomos en los últimos tiempos. Por ejemplo, un equipo de astrónomos detectó una señal de radio repetitiva que los llevó hasta un planeta similar al nuestro situado a 12 años luz de la Tierra. Esa fue la primera vez que una detección de ondas de radio nos llevó a un planeta y no a una estrella.

En otro estudio reciente, el Dr. Ziggy Pleunis y su equipo consiguieron por fin establecer que la probabilidad de que dos o más ráfagas de radio rápidas (FRB) de una localización similar no pueden ser una coincidencia. Este descubrimiento puede parecer obvio pero, hasta ese momento, no habíamos podido establecer esta certidumbre de un fenómeno que todavía tiene un origen desconocido.

placeholder Puesta de sol al concluir con éxito la Expedición Interestelar, con Art Wright (izquierda) y Avi Loeb (derecha).
Puesta de sol al concluir con éxito la Expedición Interestelar, con Art Wright (izquierda) y Avi Loeb (derecha).

Estos descubrimientos demuestran una vez más que el universo sigue siendo un gran desconocido y nos recuerdan que debemos ser humildes por todo lo que nos queda por aprender sobre el cosmos. Como decía Carl Sagan en sus grandes degradaciones, el universo nos recuerda constantemente que somos sólo una pieza insignificante de un todo que todavía no podemos comprender. La astronomía, decía Sagan, es una ciencia que nos imprime humildad por naturaleza. Pero, como dice el astrofísico de Harvard y colaborador de El Confidencial Avi Loeb, aunque los misterios como estos pueden parecer desconcertantes, también son emocionantes y nos empujan a explorar para poder entender más allá de lo que ya sabemos. Sólo hay que estudiar los datos con la menta abierta y aplicar el método científico de manera rigurosa. Sólo así, quizás algúna día, podremos comprender un poco más qué es GPMJ1839-10 y todo lo demás.

Algo inexplicable ha estado bañando la Tierra con señales repetitivas de radio desde 1988. Esto no sería digno de reseñar si las señales no durasen entre 30 segundos y cinco minutos sobre periodos 21 minutos y una “subsestructura cuasiperiódica”, algo nunca observado en la historia de la astronomía y que no encaja con ninguna teoría, modelo o simulación hasta la fecha. De hecho, ahora mismo se considera como algo imposible dentro de lo que conocemos en el mundo de la astrofísica. Sencillamente, no tenemos ni idea de qué puede ser esta fuente que lleva activa más de tres décadas.

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