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Los virus encontrados en los bosques Harvard que son un misterio para los científicos
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Los virus encontrados en los bosques Harvard que son un misterio para los científicos

El estudio recoge una gran muestra de microorganismos "diversos e inimaginables” hasta el momento, cuyos orígenes y funciones son desconocidas para los investigadores

Foto: Imagen del virus SARS-CoV-2 . (EFE)
Imagen del virus SARS-CoV-2 . (EFE)

Un equipo de investigadores ha encontrado un nuevo tipo de microorganismos de gran tamaño con formas nunca vistas hasta ahora, como “caparazones en forma de estrellas” y “curiosas extensiones tubulares”. Este descubrimiento nos recuerda todo lo que nos falta por saber del mundo vírico que nos rodea y supone un aviso de los próximos virus que están por llegar.

Foto: Ilustración dell interior del cohete de propulsión nuclear de Pulsar. (Pulsar)

Los microorganismos descubiertos no son solo excepcionales por su apariencia, sino también por su gran número, ya que este descubrimiento posiblemente se trate de la mayor variedad de virus gigantes identificados hasta el momento. Científicos del Instituto Max Planck de Investigación Médica realizaron el hallazgo en el suelo del bosque de Harvard, en Petersham (Massachusetts, EEUU).

"Hemos descubierto una gama completamente nueva de formas que nunca habíamos visto antes", declaró Matthias Fischer, coautor del estudio y virólogo, para el medio científico Live Science. El experto sugiere que la amplia diversidad genética de los virus gigantes se relaciona con estructuras de partículas que antes resultaban inimaginables y cuyos orígenes y funciones son un misterio que aún debe ser estudiado.

placeholder Los microorganismos apodados como 'Medusa' y 'Estrella de Navidad'. (bioRxiv)
Los microorganismos apodados como 'Medusa' y 'Estrella de Navidad'. (bioRxiv)

El equipo de Fisher empleó un microscopio electrónico de transmisión para analizar las muestras del suelo con gran detalle. Tras el análisis, los investigadores descubrieron multitud de extrañas partículas parecidas a virus, entre ellas una que parecía un caparazón de doble capa en forma de estrella, apodada como la "Estrella de Navidad". En función de su aspecto, los investigadores etiquetaron a los microorganismos con nombres como el "Fontanero", la "Supernova", el "Corte de pelo", la "Tortuga", el "Faro" y la "Gorgona".

Los microorganismos encontrados aún necesitan un análisis genómico para ser categorizados como virus gigantes, aquellos que suelen medir cerca de 300 nanómetros o más y son capaces de vivir durante miles de años. En su lugar, los investigadores etiquetaron a las curiosas estructuras como "partículas similares a virus (VLP en sus siglas en inglés). Sin embargo, señalan que con toda probabilidad se trata de virus gigantes.

Los autores del estudio creen que podría haber organismos similares en los suelos de otros bosques de frondosas de todo el mundo y ven improbable que supongan una amenaza para los seres humanos. Aunque su función exacta es desconocida, estos microorganismos desempeñan un papel crucial en el ecosistema, sobre todo en el ciclo del carbono, controlando la abundancia de microbios que habitan en el suelo.

Patógenos viajeros en el tiempo

Aunque los virus gigantes descubiertos parecen ser inofensivos, el aumento del número de microorganismos preocupa seriamente a los científicos. Por primera vez, un análisis exhaustivo ofrece cifras sobre los riesgos que suponen los patógenos viajeros en el tiempo, aquellos que permanecen atrapados en las capas de hielo más profundas.

El estudio, realizado por científicos del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea y la Universidad Flinders de Australia, advierte sobre la amenaza que representa la liberación de microbios almacenados en el hielo derretido y el permafrost, la capa de suelo permanentemente congelada.

En la simulación, los antiguos patógenos invasores a menudo sobrevivían y evolucionaban en el mundo moderno. Alrededor del 3% llegaron a ser dominantes en su nuevo entorno y el 1% mostraron resultados impredecibles. Según los investigadores, los riesgos que plantea este 1% pueden parecer menores, pero si se tiene en cuenta el gran número de microbios antiguos que se liberan regularmente en entornos modernos, estos brotes representan un peligro sustancial.

placeholder Deshielo de las plataformas y placas en la Antártida. (EFE)
Deshielo de las plataformas y placas en la Antártida. (EFE)

Solo liberar un pequeño porcentaje de estos microbios abriría una caja de pandora que podría causar graves daños ambientales y la pérdida de seres vivos en todo el mundo. “En el peor de los casos, aunque totalmente plausible, la invasión de un único patógeno antiguo pudo reducir el tamaño de su comunidad huésped en un 30%”, recoge el estudio.

El científico Giovanni Strona, investigador de la Comisión Europea y autor principal, afirma que las impredecibles amenazas que hasta ahora estaban reservadas para la ciencia ficción podrían suponer un grave riesgo ecológico. Y su compañero, el catedrático de la Universidad Flinders Corey Bradshaw, opina que como sociedad necesitamos comprender el riesgo potencial que plantean estos microbios y estar preparados. Las probabilidades de que se desate una nueva pandemia por el deshielo no son nada despreciables. “Los resultados nos dicen que el riesgo ya no es simplemente una fantasía”, alerta el experto.

"Desde esa perspectiva, los resultados son preocupantes porque apuntan a un riesgo real derivado de los raros sucesos en los que los patógenos actualmente atrapados en el permafrost y el hielo producen graves impactos ecológicos”, concluye Bradsaw.

Un equipo de investigadores ha encontrado un nuevo tipo de microorganismos de gran tamaño con formas nunca vistas hasta ahora, como “caparazones en forma de estrellas” y “curiosas extensiones tubulares”. Este descubrimiento nos recuerda todo lo que nos falta por saber del mundo vírico que nos rodea y supone un aviso de los próximos virus que están por llegar.

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