La copia del Starship de Elon Musk con la que China quiere llegar a la Luna y Marte

La Academia China de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento (CALT) continúa con los avances en la construcción de su cohete Long March 9 (CZ-9). Esta nave superpesada y reutilizable de la familia Long March, será la versión china del Starship de SpaceX con la que planean llegar a la Luna y a Marte. CALT ha anunciado el fin de la construcción de su primer tanque propulsor y es ligeramente más ancho que el del Starship o el del Space Launch System (SLS) de la NASA.

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El Long March 9 es el mayor cohete desarrollado por China hasta la fecha, llegando a doblar el tamaño de la primera etapa del Long March 5, su modelo actual. Según CALT el diámetro del tanque es de 10 metros, con lo que supera ligeramente al Starship de SpaceX (con nueve metros) y al Space Launch System (con 8,4 metros) con el que la NASA buscará volver a la Luna.

CALT ha copiado la estrategía de SpaceX. Igual que pasa con el Starship de Elon Musk, el CZ-9 será reutilizable y tendrá la capacidad de aterrizar verticalmente sobre sus retrocohetes, lo que permitirá a la Agencia Espacial China aumentar el número de lanzamientos mientras reduce el coste de las misiones.

Cómo será el Long March 9

China lleva ya tiempo sorprendiendo con la rápida evolución de sus programa espacial. El nuevo CZ-9 está ‘inspirado’ en el Starship, pero los ingenieros Chinos le han incluído mejoras durante estos años para adaptarlo a sus necesidades. El nuevo tanque de propulsión es un ejemplo y con él China se convierte en el tercer país por detrás de Rusia y EEUU en alcanzar una capacidad similar.

"La estructura del tanque de almacenamiento de diámetro supergrande es una parte importante de la estructura del cuerpo del cohete de gran potencia y su diámetro afecta directamente al diámetro del cuerpo del cohete, a la capacidad de carga y a la escala”, dice CALT en un comunicado del que se ha hecho eco Universe Today.

Para la fabricación de esta etapa han necesitado el trabajo de 20 grupos ingenieros durante seis años. Como explica Hu Zhenggen, investigador del Instituto de Propulsión Aeroespacial de Pekín y diseñador jefe adjunto del CZ-9 en la Academia de Cohetes de China, la dificultad no estaba solo en multiplicar por dos el tamaño del tanque. Desde el punto de vista estructural, dice, el volumen del tanque de 10 metros significa que tiene que ser mucho más resistente para albergar el aumento de combustible, pero también lo suficientemente delgado y ligero para minimizar el peso total a la hora del lanzamiento del cohete.

La técnica que han aplicado en la construcción del tanque es la soldadura por fricción-agitación. Un proceso que utiliza una herramienta giratoria que genera calor para unir secciones de material sin fundirlas.

Como ya contamos aquí, China planea crear tres modelos de CZ-9 de diferentes tamaños, donde el más grande será un cohete de tres etapas que llegará a medir unos 110 metros de altura. Y todos usarán motores Longyun para las distintas etapas. Según un análisis elaborado por la Shanghai Academy of Spaceflight Technology, cada motor tiene un empuje de 70 toneladas fuerza y, como el Raptor de SpaceX, utiliza metalox —metano y oxígeno líquidos— como combustible, aunque no serán tan potentes como los de SpaceX. El cohete más pequeño usará cinco motores y el mediano de siete a nueve. El grande podrá llegar a 22 motores, 11 menos que la etapa ‘Super Heavy’ del Starship. Esta última versión podrá llevar unas 20 toneladas de carga a una órbita heliosíncrona (sincrónica al Sol) a 700 kilómetros de altitud.

China quiere llegar a la Luna antes que EEUU

China se ha propuesto convertirse en una potencia espacial que rivalice con la NASA. Su objetivo es llegar a la Luna antes que los estadounidenses para establecer allí una base permanente en el polo sur de nuestro satélite que les permita avanzar con la investigación científica y la explotación de minerales lunares. Además, van quemando etapas más rápidamente que la agencia americana y han adelantado la fecha de esta misión de 2035 a 2027.

En lugar de descender directamente en la Luna con grandes lanzadores como el Starship o el SLS, el plan chino es establecer una infraestructura en órbita terrestre en el punto Lagrange L2, el lugar donde la la interacción entre las fuerzas gravitatorias de la Tierra con el Sol y la Luna permite aparcar la estación espacial con más seguridad. Esta infraestructura intermedia les posibilitará volar a nuestro satélite usando cohetes mucho más pequeños, que empleen menos combustible y, por lo tanto, menos peso.

Los ingenieros de CALT están trabajando también en el desarrollo de un nuevo vehículo tripulado previsto para 2027 y una versión más pequeña de la nave transportará a los taikonautas a la órbita terrestre baja (LEO). Esta nave se acoplará a la estación espacial Tiangong, que está ya en órbita, mientras que otra, un poco más grande, llevará a los tripulantes chinos hasta la superficie de la Luna.

"En el futuro, con los esfuerzos de más equipos de la Academia de Cohetes, conseguiremos adelantar la llegada de este tipo de vehículos de lanzamiento pesados”, escribe CALT. “En ese momento, la capacidad de nuestro país para llegar al espacio de forma independiente dará un gran paso adelante y el ritmo de exploración del espacio por parte del pueblo chino también dará pasos cada vez más grandes".