Un extraño motor que puede alcanzar Marte en sólo una semana
Investigadores de la NASA afirman que un nuevo sistema de propulsión para grandes naves podría alcanzar Marte en una semana y Júpiter en solo un mes
La NASA ha aprobado el desarrollo experimental de un nuevo sistema de propulsión que no se parece a nada de lo que hemos visto hasta ahora: una tecnología que utiliza un láser de alta energía para lanzar proyectiles microscópicos que pueden mover naves espaciales de gran tamaño a enormes velocidades, pudiendo llegar a Marte en una semana.
Según su inventor — el Profesor Asistente de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) Artur Davoyan — con este nuevo sistema “se podrá alcanzar los planetas exteriores del sistema solar en menos de un año”.
Cómo funciona
El sistema es realmente sorprendente. La arquitectura parece similar a la de una vela solar impulsada por láser — como el proyecto Starshot — pero es completamente diferente. Davoya, de hecho, afirma que está inspirado en el concepto de “vela-rayo” de Starshot.
El objetivo de Starshot es viajar a una quinta parte de la velocidad de la luz utilizando una matriz de láseres situados en una estación terrestre. Esta matriz impulsará una vela solar de grosor microscópico y solo tres metros de diámetro. Como un barco de vela espacial, esta vela arrastraría sensores de tamaño microscópico a Alfa Centauri, el sistema estelar más cercano a la Tierra, situado a “sólo” 4,37 años luz de distancia.
La nueva arquitectura de propulsión, sin embargo, no usará una vela. De hecho, el láser de 10 megavatios situado en órbita no tocará la nave sino unos proyectiles de tamaño microscópico que saldrán disparados a hipervelocidad (más de 120 kilómetros por segundo) hacia una nave de aproximadamente una tonelada de peso. Esos proyectiles serán los que empujen la nave en trayectorias rápidas, recorriendo 66.220 millones kilómetros en un año.
Obviamente, la nave Starshot es mucho más rápida: llegará a recorrer 1,8 billones de kilómetros en un año si el programa tiene éxito. Pero, mientras que Starshot sólo podrá llevar unos instrumentos diminutos, este nuevo sistema podría enviar una tonelada de peso a su destino.
Nuevas posibilidades de exploración
Esto significa que podríamos enviar un submarino en busca de vida a Europa — la luna de Júpiter — en sólo un mes. O enviar nuevos rovers a Marte en sólo una semana.
Otro uso interesante sería poner un nuevo telescopio infinitamente más potente que el James Webb en una órbita lejana. Davoyan afirma que una nave llegaría a 100 unidades astronómicas (la distancia de la Tierra al Sol) en sólo tres años y a 500 UA en unos 15 años. Esta última es una distancia suficiente para utilizar el sol como una lente gravitacional en el mayor telescopio jamás creado por la humanidad, un instrumento tan increíblemente potente que permitirá, por primera vez en la historia, ver un planeta en otro sistema solar en detalle. Tanto detalle — en la escala de decenas de kilómetros por pixel – que los astrónomos aseguran que podremos observar continentes, océanos, nubes y hasta volcanes en activo. De hecho, afirman que podremos ver cómo se mueve la atmósfera mientras el exoplaneta rota en torno a su estrella madre.
Hace poco decíamos que, con la tecnología actual, un telescopio así sería imposible dentro de plazos razonables. Pero esta nueva propulsión sí lo podría hacer en sólo 15 años. Desgraciadamente, antes hay que diseñar, construir y probar este tipo de propulsión. Por el momento, la NASA ha pagado a Davoyan la cantidad suficiente para realizar los prototipos digitales y simulaciones necesarias para asegurarse de que funciona como asegura. Siguiendo el protocolo del sistema de proyectos avanzados de investigación, deberá antes pasar esa primera fase antes de pasar a la de desarrollo y construcción.
La NASA ha aprobado el desarrollo experimental de un nuevo sistema de propulsión que no se parece a nada de lo que hemos visto hasta ahora: una tecnología que utiliza un láser de alta energía para lanzar proyectiles microscópicos que pueden mover naves espaciales de gran tamaño a enormes velocidades, pudiendo llegar a Marte en una semana.