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Ingenieros redescubren una tecnología del siglo XIX para crear baterías baratas sin litio
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Ingenieros redescubren una tecnología del siglo XIX para crear baterías baratas sin litio

Una nueva generación de baterías industriales quiere resolver el problema fundamental de las renovables: la falta de constancia en la producción eléctrica

Foto: Una configuración de las baterías de flujo de agua de sal de Infinity Turbine.
Una configuración de las baterías de flujo de agua de sal de Infinity Turbine.

Una compañía norteamericana afirma haber creado un nuevo tipo de batería de flujo que promete una caída de la factura eléctrica gracias a su capacidad para almacenar energía renovable con gran efectividad y a un coste extremadamente barato. Y lo ha hecho, afirma, refinando una tecnología de 1884.

Foto: Concepto de nave de propulsión nuclear de la NASA. (NASA)

Ése fue el año en el que el dirigible La France despegó hacia los cielos parisienses equipado con una batería de flujo de zinc y cloro de 435 kilogramos de peso. Impulsada por energía eléctrica, la aeronave de 52 metros de largo realizó un trayecto de ocho kilómetros el 9 de agosto pilotada por Arthur Constantin Krebs. Según el inventor, la compañía norteamericana Infinity Turbine, esta nueva batería de flujo utiliza exactamente los mismos principios que la del La France. Excepto que la nueva batería utiliza agua salada como principal componente.

placeholder La batería de flujo china.
La batería de flujo china.

La nueva batería es muchísimo más grande que la del La France. De hecho, es del tamaño de varios contenedores de mercancías estándar y pesa varias toneladas, por lo que no serviría para impulsar un dirigible moderno. Pero ése no es su objetivo: la función de esta nueva batería llamada SalgenX es el almacenamiento de la electricidad generada por fuentes renovables, cuyo principal inconveniente es la falta de consistencia en la producción de electricidad. Las plantas solares dejan de funcionar por la noche y las eólicas cuando no hay viento, por lo que no sirven para alimentar de forma constante el hambre constante de electricidad de la sociedad moderna. Eso hace que las eléctricas tengan que utilizar gas, carbón y otras fuentes para producir energía, con un efecto brutal en tu factura de la luz.

Cómo funciona

Según Infinity Turbine, su “batería de flujo redox utiliza dos tanques de electrolitos separados que, cuando se combinan sobre electrodos, puede almacenar o descargar energía según sea deseado. “La simplicidad del concepto”, afirma la compañía, “es la separación de los electrolitos”.

La compañía norteamericana dice que su tecnología es escalable y puede construirse con cualquier capacidad imaginable. Además, dice, es muchísimo más barata que las baterías de litio, vanadio y bromo actuales. “El coste de los electrolitos es inferior a cinco dólares por kilovatio”, asegura en una nota de prensa. Y aunque hay soluciones de flujo actuales que utilizan vanadio y bromo, apunta, éstas requieren de “una membrana costosa que complica el sistema y ha impedido su éxito comercial”. Además, subraya, “la mayor parte del sistema se puede obtener y montar en el sitio, lo que permite a las comunidades locales construir sus propios sistemas de almacenamiento”.

Aparte del beneficio económico, Infinity Turbine también dice que el otro gran punto fuerte del uso de agua salada es que la tecnología es medioambientalmente segura: ni es tóxica ni se incendia como el litio, dos de los tres grandes problemas de estas baterías además del elevado coste de ese elemento debido a su escasez, como podéis ver en el documental de Control Z: Viaje a ninguna parte sobre estas líneas.

La carrera de las baterías industriales

Actualmente, el público está más interesado en la batalla de las baterías más eficientes y energéticamente densas para vehículos terrestres y aéreos, como la batería sólida de grafeno de la NASA o cualquier otra de las que hemos hablado en Novaceno. Sin embargo, la carrera que probablemente tendrá el efecto más profundo en los bolsillos de todo el mundo y en la salud del planeta está en estas enormes baterías industriales que prometen habilitar las fuentes renovables de energía como soluciones viables para satisfacer las necesidades de la sociedad actual.

placeholder Este nuevo sistema de baterías tiene el respaldo de Jeff Bezos y Bill Gates y pretende 'transformar el sector energético'. (Form Energy)
Este nuevo sistema de baterías tiene el respaldo de Jeff Bezos y Bill Gates y pretende 'transformar el sector energético'. (Form Energy)

Hace unos días, por ejemplo, hablábamos de Form Energy, una compañía que dice tener otra solución al problema con una batería de flujo que también usa elementos baratos como el hierro, el aire y el agua. En octubre, China arrancaba la mayor batería de flujo del planeta en la ciudad de Dalian, al noreste del país asiático, conectándola a la red eléctrica. Esa batería también servirá para almacenar energía de plantas solares y eólicas, entrando en acción cuando la producción eléctrica baje o se interrumpa. Según la Academia de Ciencias de China, esta nueva batería podrá alimentar diariamente a 400.000 hogares una vez esté funcionando a pleno rendimiento.

Otras compañías y expertos también proponen utilizar el hidrógeno para almacenar el excedente energético de las renovables, usando esa electricidad para separar ese gas del agua, pero la facilidad de las baterías de flujo radica en que se pueden instalar directamente en la red eléctrica actual sin costes de distribución adicionales.

Una compañía norteamericana afirma haber creado un nuevo tipo de batería de flujo que promete una caída de la factura eléctrica gracias a su capacidad para almacenar energía renovable con gran efectividad y a un coste extremadamente barato. Y lo ha hecho, afirma, refinando una tecnología de 1884.

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