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Los factores que impiden que el hidrógeno reemplace a la gasolina y las baterías
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Los factores que impiden que el hidrógeno reemplace a la gasolina y las baterías

El coche de baterías está destinado a fracasar por la limitación del litio. Es hora de apostar todo al hidrógeno, antes de que sea demasiado tarde

Foto: BMW empezará a fabricar en serie coches de hidrógeno en 2025. (BMW)
BMW empezará a fabricar en serie coches de hidrógeno en 2025. (BMW)

vCientíficos y organizaciones como el World Economic Forum advierten que es materialmente imposible que los vehículos de baterías sustituyan al coche de combustión, por mucho que se empeñen Elon Musk y los políticos de turno. El coche eléctrico de baterías está destinado al fracaso por la escasez del litio, el cobalto y otros metales que se están convirtiendo en un nuevo oro del siglo XXI. Con los datos en la mano, el hidrógeno se perfila como la única opción viable. Desgraciadamente, hay cinco problemas serios que impiden su adopción en Europa.

Foto: El Entropy Vest está diseñado para usarlo debajo de la ropa. (Petit Pli)

Es lo que cuenta François Paquet, director de impacto de la Coalición de Hidrógeno Renovable (RHC en sus siglas en inglés), la organización que promueve la fabricación de este combustible utilizando fuentes de energía renovables, la clave para que los vehículos de hidrógeno — tanto de pila como de combustión — no contaminen. En una reciente entrevista durante la cumbre ​​Recharge Hydrogen Summit en Hamburgo, Paquet identificó cinco barreras fundamentales que impiden este nuevo Big Bang tecnológico en nuestro continente.

Cinco barreras

La primera y más importante, afirma Paquet, es la burocracia de los permisos. Según él, "cualquier gobierno que se tome en serio el aumento del hidrógeno renovable o las energías renovables tiene que abordar este problema”. Para ello se necesitan permisos más rápidos y sencillos por parte de la burocracia de los estados europeos. Ahora mismo, asegura, el proceso para aprobar una planta de producción energética solar o eólica en Europa toma la friolera de seis a nueve años. Y esto, según Paquet y cualquier persona con dos dedos de frente, no puede ser así. Como máximo, apunta que deberían ser dos años.

placeholder El Yaris de combustión de hidrógeno. (Toyota)
El Yaris de combustión de hidrógeno. (Toyota)

También denuncia una falta de apoyo a la creación de una cadena de suministro potente que garantice el acceso a las materias primas y componentes necesaria para montar estas plantas de producción de hidrógeno, algo que Europa ya ha comenzado a hacer aunque sea China la que lleve la delantera una vez más.

La falta de talento en el sector que, según Paquet, debe ser solucionada con la educación, es la tercera barrera. Se necesitan por lo menos un millón de personas en el sector de las renovables antes de 2030. Esto, dice, es un gran reto porque — aunque parezca una paradoja en estos momentos — no hay gente especializada para tanto empleo.

La cuarta barrera es la regulación europea o, mejor dicho, la falta de esta regulación y el conflicto con la necesidad de energía renovable para dejar de depender del gas ruso. Como ya contamos, los miembros de la UE están ahora debatiendo una revisión de su Directiva de Energías Renovables para que el hidrógeno ‘verde’ no debilite el suministro de energía renovable. Pero esto debilita al hidrógeno.

placeholder Uno de los prototipos de BMW. (BMW)
Uno de los prototipos de BMW. (BMW)

Por último está la necesidad de medidas que garanticen la competencia leal de estados fuera de la Unión, sobre todo de China. Ahora mismo, en Europa exigimos la “fabricación sostenible, normas sociales, normas ambientales. Cuando pensamos en términos de competencia, aquí en Europa tenemos una fabricación de alta calidad. Tenemos que asegurarnos de que las mismas reglas se apliquen también a la competencia mundial".

Necesitamos acelerar

Precisamente China ha metido el acelerador y quieren un millón de vehículos de hidrógeno en las calles en 2035. También están investigando a fondo en nueva tecnología para optimizar la producción del hidrógeno verde por electrólisis, abaratando sus costes. Hace poco anunciaron un nuevo sistema capaz de fabricar hidrógeno a un precio cuatro veces inferior a las tecnologías europeas y americanas.

Los japoneses quieren 800.000 coches de hidrógeno en activo para 2030. La japonesa Toyota, el mayor fabricante del mundo, fabricará unidades con pila de hidrógeno y motores de combustión que usan hidrógeno en vez de gasolina. EEUU espera tener cinco millones de coches de hidrógeno activos para 2050, aunque no llegaron a las 4.000 unidades vendidas en 2021.

placeholder Un sistema de electrólisis del fabricante chino Longi. (Longi)
Un sistema de electrólisis del fabricante chino Longi. (Longi)

En Europa, se rumorea que la UE quiere que haya 4,3 millones de este tipo de vehículos para 2030. Aquí, la compañía más agresiva por ahora es BMW, que aparte de fabricar coches de baterías está apostando por el hidrógeno después de que su consejero delegado criticara en privado el reemplazo acelerado y sin sentido de los coches de combustión interna impulsado desde los gobiernos europeos. La compañía alemana ya anunció el mes de agosto que empezará a fabricar en serie varios vehículos de hidrógeno junto a Toyota.

Pero esos 4,3 millones de vehículos de hidrógeno europeos para 2030 parecen demasiado ambiciosos, sobre todo teniendo en cuenta, que en 2021, el viejo continente sólo vio 3.885 nuevos coches de hidrógeno registrados. En estos momentos, la UE sólo tiene 228 estaciones de servicio que ofrecen este combustible.

Mientras, la producción subvencionada del coche de baterías sigue a pesar de que los números demuestran claramente que es un viaje a ninguna parte. Una solución claramente inferior — glacial velocidad de carga, autonomía limitada y el peligro del litio — que ha trasladado la polución de los países ricos a los más pobres, fomentado además el esclavismo o la explotación infantil en minas de materia prima. Una catástrofe a cámara lenta, en definitiva, que no tiene pinta de cambiar en las próximas décadas, ya que ninguna de las baterías milagrosas llegará a tiempo antes de que el litio se acabe.

vCientíficos y organizaciones como el World Economic Forum advierten que es materialmente imposible que los vehículos de baterías sustituyan al coche de combustión, por mucho que se empeñen Elon Musk y los políticos de turno. El coche eléctrico de baterías está destinado al fracaso por la escasez del litio, el cobalto y otros metales que se están convirtiendo en un nuevo oro del siglo XXI. Con los datos en la mano, el hidrógeno se perfila como la única opción viable. Desgraciadamente, hay cinco problemas serios que impiden su adopción en Europa.

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