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Nadie había probado productos para la regla con sangre de verdad, hasta que llegó ella
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"EL AGUA NO ES COMO LA SANGRE"

Nadie había probado productos para la regla con sangre de verdad, hasta que llegó ella

Este mes se han publicado los resultados de la primera investigación que ha recurrido a sangre real para medir la eficacia de los productos para la regla. Hablamos con su autora

Foto: Una copa menstrual. (EFE/Mauricio Dueñas Castañeda)
Una copa menstrual. (EFE/Mauricio Dueñas Castañeda)

"Esta soy yo explicándole a la gente que el primer estudio en el que los científicos han probado la absorbencia de productos para la regla usando sangre y no agua se ha publicado este mismo lunes, y para sorpresa de nadie ha mostrado que estos productos no tienen la absorción que dicen sus etiquetas, lo que impacta de manera drástica en cómo los médicos diagnostican el sangrado menstrual abundante".

La mayoría de estudios científicos no llegan a ser leídos más allá que por un círculo limitado, no digamos ya aparecer en los medios de comunicación o viralizarse en TikTok. La excepción es Red blood cell capacity of modern menstrual products: considerations for assessing heavy menstrual bleeding, publicado en el último número de BMJ Sexual & Reproductive Health. El trabajo ha causado un pequeño terremoto no tanto por sus conclusiones principales, sino por su letra pequeña: es el primer estudio sobre la absorción de productos que ha utilizado sangre de verdad. O, más bien, una mezcla de glóbulos rojos caducados con suero.

"Por una parte se debe al tabú, pero también a que se trata de un entorno particular"

Hasta el momento, como explica el paper, las investigaciones habían utilizado agua o una solución salina que "no son equivalentes a la sangre", por lo que los resultados de estos experimentos eran discutibles. "Creo que por una parte se debe al tabú", explica a El Confidencial Bethany Samuelson Bannow del Departamento de Medicina de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón y coautora del estudio. "Pero también se debe a que es un entorno muy particular".

La investigadora decidió que debía utilizar sangre real después de darse cuenta de que muchas de sus pacientes estaban utilizando copas menstruales, algo que "no sabíamos interpretar". ¿Podía deberse a que sufrían de sangrado abundante no diagnosticado? Los últimos estudios sobre el tema se habían realizado hacía mucho tiempo y la tecnología ha cambiado mucho desde entonces, por lo que decidieron volver a probarlo, esta vez, con un líquido que se acercase más a la menstruación.

placeholder Bethany Samuelson Bannow, autora del estudio. (OHSU)
Bethany Samuelson Bannow, autora del estudio. (OHSU)

A diferencia de lo que ocurre con otros experimentos, como los relacionados con la diabetes, la presión sanguínea o la tiroides, para los que existen herramientas y estándares médicos, la mayor parte de investigaciones y experimentos sobre la regla provienen de la industria. "Estas métricas son creadas por las empresas, y las empresas no diseñan sus productos pensando en ayudar a la gente a diagnosticar un sangrado abundante", explica la doctora. "No quiero culpar a las compañías, porque es comprensible que no estén pensando en esto cuando diseñan sus productos".

"La solución salina o el agua y la descarga menstrual no presentan la misma viscosidad", añade Xusa Sanz, enfermera y nutricionista especializada en Salud Hormonal y autora de La revolución de la menstruación. "La menstruación puede ser más o menos líquida, incluso presentar coágulos en algunos casos y se parece más a un huevo batido que a un vaso de agua. Estas diferencias podrían alterar los resultados a la hora de comprobar la absorción de los diferentes productos, sobre todo los que no son de recogida como la copa menstrual o el disco, sino de absorción como los tampones y compresas".

"Realizar el experimento con sangre implica recogida de productos biológicos"

Tan solo ha habido tímidos intentos de medir la absorción de los productos para la regla, recuerda Bannow. Uno de ellos se descartó porque la sangre se coagulaba. Otro no llegó a publicar sus resultados. Una colega de la doctora ha realizado un estudio con sangre diluida para validar "la tabla de evaluación de pérdida de sangre", que sirve para diagnóstico. "Pero nadie había evaluado la absorbencia máxima de estos productos", recuerda Bannow.

En busca de sangre

Otro de los motivos obvios para que no se hubiesen realizado experimentos semejantes es el difícil acceso a sangre real, especialmente para empresas privadas que, como recuerda Bannow, "no quieren abusar de los bancos de sangre que tienen un uso más urgente". Es más fácil obtenerla en un entorno académico. En el caso del experimento realizado en Oregón, se trata de sangre que iba a ser desechada y que no iba a encontrar otro uso.

"Supongo que estos experimentos se llevan a cabo con suero salino o agua porque, como ya te puedes imaginar, es más sencillo hacerlo así que usar sangre menstrual", añade Sanz. "Al usar agua o suero, solo tienes que abrir el grifo o la botella y trabajar con un líquido seguro y, si decides hacer el experimento con sangre menstrual, esto implica una recogida de muestra de productos biológicos y lograr que las mujeres quieran participar en el estudio".

Esa es otra de las grandes dificultades, la de las resistencias a la hora de participar en un experimento relacionado con algo tan íntimo como es la regla. "Debido a este tabú podríamos encontrar reticencias por parte de las mujeres a participar", explica la autora de La revolución de la menstruación.

"Se precisa la firma de consentimiento, la aprobación de un comité de ética, etc."

"Primero porque la menstruación se sigue considerando algo sucio o como poco, íntimo, y segundo por el proceso de recogida —guardar el sangrado, transportarlo y entregarlo en los laboratorios—, la logística se complica. No solo eso, se precisa la firma de un consentimiento informado para participar en el estudio, la aprobación previa de un comité de ética, desechar esos fluidos de la manera correcta y segura, las personas que trabajan en el estudio pasan de manipular agua a manipular muestras biológicas con los riesgos que conllevan, etc.".

Como recuerda Sanz, no obstante, lo verdaderamente revolucionario habría sido utilizar sangre menstrual.

Un producto para cada persona

Los resultados del experimento muestra que los discos menstruales con forma de diafragma son los productos más absorbentes, mucho más que los tampones y las compresas, lo cual no quiere decir que sea necesariamente el mejor para todas las mujeres, que es como muchos han interpretado el estudio. "No, no era nuestra intención", explica Bannow.

"Lo que hace que un producto menstrual sea mejor que otro depende de muchos factores, y nosotros solo hemos atendido a la cantidad de sangre que pueden aguantar en un entorno de laboratorio", desarrolla. "La conclusión es que la gente debería elegir sus productos menstruales dependiendo de los factores a los que den más importancia".

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(iStock).

El hecho de que los discos menstruales retengan mucha más sangre de la que podía esperarse sugiere que puede haber casos en los que no se esté diagnosticando un sangrado inestable. "Si una persona se da cuenta de que necesita un disco porque si no tendría que cambiarse los tampones demasiado a menudo, definitivamente deberían hablar con su médico y hacerse un chequeo para tratar su sangrado", recuerda Bannow.

Un tabú que no termina de desaparecer

A pesar de todos los esfuerzos para que la situación cambie, se trata de un tema que suele encontrarse con muchas resistencias, tanto por parte de los pacientes como de los investigadores, lo que ha provocado que se ralentice su estudio. "Por supuesto que hay un tabú, es un tema aún muy complicado", concede la doctora. "Es incómodo para los pacientes comentárselo a sus médicos, pero también muchos médicos se sienten incómodos a la hora de sacárselo a sus pacientes porque no quieren ponerles nerviosos".

"Hay una falta de debate y de normalización sobre este tema en la sociedad", añade. "No hay formación ni en los colegios ni en los hogares. Y cuando tienes algo que no está normalizado, no entendemos qué es normal o qué no lo es, lo cual va a impactar en tu capacidad de estudiarlo y manejarlo. No quiero infravalorar el papel del tabú y del estigma a la hora de perjudicar la salud de las mujeres, la menstrual en particular".

"Hay muchas opciones para tratarlo, nadie debería sufrir por un sangrado abundante"

La doctora se refiere en concreto a las dificultades que tienen las mujeres a la hora de saber si sus niveles de sangrado son normales o no, ya que no existen medidas exactas. Por eso realiza una última petición a las mujeres que puedan leer el artículo: "Me gustaría animar a cualquier persona que menstrúe que sea consciente de cada cuánto tiempo tiene que cambiar sus productos", concluye. "Si considera que sus períodos son demasiado pesados, que acuda a su médico, porque hay muchas opciones para tratarlo, así que nadie debería sufrir por ello".

"La ciencia no escapa al tabú menstrual, al fin y al cabo, todos vivimos en el mismo mundo. Creo que usar suero salino o agua es una mezcla de practicidad a la hora de llevar a cabo el estudio y de seguir siendo víctimas de un tabú menstrual lo que hace que no se investigue más o se estudie este fenómeno", concluye Sanz. "Lo que no se visibiliza no interesa estudiarlo, al final se junta la falta de financiación con el estigma, la falta de datos hace que no seamos conscientes de la importancia de investigar este fenómeno y al final, todo esto, acaba teniendo un impacto en nuestra salud".

"Esta soy yo explicándole a la gente que el primer estudio en el que los científicos han probado la absorbencia de productos para la regla usando sangre y no agua se ha publicado este mismo lunes, y para sorpresa de nadie ha mostrado que estos productos no tienen la absorción que dicen sus etiquetas, lo que impacta de manera drástica en cómo los médicos diagnostican el sangrado menstrual abundante".

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